El Universo En El Cual Se Crece

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Para todo niño es difícil madurar hacia la independencia, encontrar su identidad, lo cual se dificulta mas cuando la sociedad no se interesa por las personas.

Los adolescentes están espiritualmente abandonados, aislados por que no se les toma seriamente. La sociedad no desea su iniciativa, quiere su conformidad, discrimina el idealismo.

En lo sexual, la sociedad es ambigua, pues se queja de que existe una menor inhibición, sin embargo ni en los patrones de economía o de la familia existe respuesta a las costumbres alteradas y por otro lado se preocupan de que un adolescente no sea sexual, ya que se alarman.

La incapacidad para expresar o revelar nuestras necesidades y sentimientos a los otros, es universal en los adolescentes y los hace hostiles ante quienes no les hagan caso, los rebajen, tendrán desesperación de darse a entender, y al no lograrlo deja de creer en el derecho de sus propios deseos, duda de su existencia. Ante él sus exigencias no parecen tener bases, carecen de madurez y son ridículas.

Una sub-sociedad es común en casi todas las culturas, como el interés en la exploración sexual, la danza, la música excitante, parecen naturales a la juventud, así como muchos de los intereses de los adultos parecen

aburridos e irrelevantes.

Sin embargo, el desarrollo de una sub-sociedad en una subcultura no es normal, sino reactivo, lo que significa que la cultura adulta es hostil a los intereses de los adolescentes, en donde los jóvenes están excluidos de las actividades de los adultos. Se debe también a que los adultos están dispuestos a explotar a los jóvenes y a presionarlos, sin tener en cuenta la elección individual de cada uno de ellos.

Se debe tomar a la juventud como un periodo de crecimiento para integrarse a una cultura única; sin embargo la juventud se siente casi marginada o manipulada cuando menos, lo que da pie a que tengan sus secretos, su propia jerga y todo un cúmulo de sabotajes y defensa contra la cultura adulta.

La vida intelectual de los jóvenes al ser poco consistente, sus intereses juveniles se dirigen a las modas, pandillerismo, drogas o alcohol, hábilmente promovidas por los adultos. Este tipo de desarrollo secundario traba el espíritu juvenil, pues además de frívolo es conservador y ejerce una presión de chantaje contra los inconformes y rebeldes, pues estos jóvenes nunca serán populares.

En cuanto a lo educativo se le trasmite la doctrina vigente y se le prepara para que la repita con toda precisión, lo que origina

que el estudiante piense que el propósito de un curso es dominar un tema.

En conflicto con el mundo adulto el joven sufre un aplastante fracaso, algunos se rinden y se someten, otros resultan ser psicópatas o delincuentes, y otros racionalizan, y regresan cuando estén

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