El Zarco Ignacio Manuel Altamirano

El Zarco

Ignacio Manuel Altamirano

El libro comienza con la descripción de Yautepec, el paisaje que se podía apreciar los naranjos y limeros de la región. Habla también de los plateados (Bandidos que se les conocía así porque utilizaban plata en su vestimenta.) personajes principales en el desarrollo de esta trama

En la zona de Yautepec fijaban a alguien en la torre de la iglesia para anunciar a los bandidos cuando estos se adentraban en las tierras, estos tenían emisarios dentro de la población los cuales lo mantenían informados de la situación que se vivía en el poblado. Los plateados establecieron un cuartel donde tenían a personas detenidas en contra de su voluntad donde los torturaban y dirigían cartas a los acomodados para pedir dinero.

En la trama se habla a cerca de dos mujeres una de ellas de nombre Manuela hija de una señora llamada Antonia y la otra llamada Pilar aijada de doña Antonia la señora Antonia decía que “ya no era vida la que tenían en Yautepec” por la ola de violencia de los plateados que tenían miedo al oír sonar la campana de la iglesia porque casi siempre era para dar malas noticias; muertes, asesinatos y cuando llegaban las tropas del gobierno.

La señora tenía miedo que le robaran a su hija Manuela porque era bonita y codiciada por los plateados así que su plan era enviarla a Cuernavaca o a la ciudad de México. Manuela tenía un pretendiente llamado Nicolás él era el herrero y como toda mujer en esa época necesitaba de un hombre para que pudiera protegerla.

Poco después mataron a una familia que iba a Acapulco decían los pobladores “Vale más morir de una vez que sufrir las mil muertes que tienen los plagiados” si todos se resolvieran a defenderse, no habría bandidos ni necesitaríamos de las fuerzas del gobierno, ni viviríamos aquí muertos de miedo, temblando como pájaros azorados”.

El zarco era el más famoso bandido plateado, hijo de padre trabajadores holgazán era codicioso y envidioso conoció a Manuela enamorándose de ella planeaban huir.

El Zarco era uno de los jefes más renombrados por sus infames proezas y horribles venganzas en las haciendas, fría crueldad y su valor temerario, le habían dado una fama espantosa.

El herrero preocupado por la salud de doña Antonia se dio a la tarea de buscar a Manuela y consecuencias de ese acto fue detenido por un comandante. Nicolás hizo valer sus derechos al comandante diciéndole que era más fácil fusilar a un inocente que abatir a los malos “Es más fácil matarme a mí por recordarle sus deberes”. En este proceso existieron muchas arbitrariedades y crímenes.

El comandante se llevó al herrero a Cuautla y el prefecto acompaño al militar para que juzgaran al joven de Yautepec alegando que era bueno que mostraran en esa resistencia con los bandidos y no con los hombres de bien. Nicolás fue liberado tiempo después, regreso

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