El libro de Hart y Negri
Enviado por Jockame • 22 de Septiembre de 2013 • Síntesis • 1.393 Palabras (6 Páginas) • 432 Visitas
El libro de Hart y Negri ha tenido un éxito fulminante en EEUU y también, aunque en menor grado en Europa y sin duda debe leerse con atención por cualquiera que intente comprender el mundo en el que vivimos.
La situación actual con la política intervencionista de Bush y la amenaza de guerra contra Irak lo sitúa en un primer plano. La mayor parte de los analistas tienden a situar a USA como el imperio y por lo tanto a sugerir una estrategia antiimperial que sería sin áas antiyanqui; pero el imperio es para los autores el propio Sistema Mundial que se ha ido globalizando, no sólo económica y socialmente sino también política y culturalmente. Es una reflexión paralela a la de M. Castells en La era de la Información, Alianza Editorial. Así como Castells pretende rehacer el análisis de Marx en El Capital, Hart y Negri quieren escribir la parte no realizada por Marx, la situación política y jurídica del capitalismo.
Los instrumentos que utilizan son por una parte los trabajos anteriores de Negri sobre las Constituciones materiales y la reflexión sobre el Estado y por otra el pensamiento de Foucault, Deleuze y Guatari sobre los micropoderes sociales y la sociedad de control.
En la primera parte, “La Constitución política del presente”, se analiza la existencia de un Sistema que lo es tanto en el plano económico como en el jurídico y político. La comparación con el imperio romano que hacen varias veces en la obra puede no ser lo más afortunado para explicar una situación totalmente nueva, aunque sea una metáfora para visualizar el funcionamiento del sistema. El propio título de Imperio aplicado al Sistema global subraya la continuidad con las formas imperiales tradicionales y no tanto lo que hay de ruptura.
El poder imperial no es exterior a nuestra existencia sino que genera el “biopoder”, en el sentido de Foucault, la producción de la vida social y de las prácticas que realizamos. La legitimación del orden mundial viene dado por la industria de la comunicación, una regulación no coactiva, llegan a interpretar la labor de las ONG y del apoyo a las intervenciones a escala mundial sobre los Estados como una forma representativa del poder imperial. El Imperio sería inmanente y transcendente , el nuevo rostro de Dios.
En el capítulo 3 señalan que el internacionalismo proletario ha triunfado pero de forma paradójica como poder global del Capital y el proletariado ha desaparecido como sujeto activo, su espacio sería el de todos los explotados. Las luchas locales están incomunicadas, pero como plantearán mas adelante, cada lucha local se enfrenta a la globalidad del Imperio.
En la segunda parte, “Las transiciones de la soberanía”, se estudia la superación del Estado-nación, analizando el concepto de soberanía en Europa y la soberanía colonial con la producción de la alteridad, la creación del otro; el proceso de inmigración actual nos trae el eco del periodo colonial. Esta es quizás la parte mas convencional de la obra.
En el cap. 7, “Síntomas de transición”, analizan el fundamentalismo como un fenómeno posmoderno y no premoderno, en cierta forma posmodernismo y fundamentalismo serían dos hermanos tan contrarios como Abel y Caín. Aquí conviene reflexionar con lo que hay de continuidad con una interpretación del Corán (léase a A. Elorza) y de nuevo en el fundamentalismo islámico actual.
En el cap. 8 se estudia la Constitución de EEUU y el desarrollo imperial, considerándolo como un país con vocación imperial de fronteras abiertas y comparable al imperio romano y su propuesta de una pax universal.
En el cap. 9, “La soberanía imperial”, se construye la idea del Imperio como un espacio uniforme, "no hay ningún lugar del poder: está a la vez en todas partes y en ninguna. El imperio es una u-topía, es decir un no lugar”. Analizan también los mecanismos del dominio imperial, inclusivo (todos pueden pertenecer), diferencial (hay diferencias culturales) y administrativo (hay que administrar y jerarquizar estas diferencias). El Imperio es corrupto, en el sentido de figuras del poder no estables, accidentales, siempre cambiantes.
En el último capítulo de esta parte se resaltan las oposiciones, las respuestas espontáneas, con las formas de la deserción, el éxodo y el nomadismo. Acaban considerando que hay que luchar dentro del Imperio (¿hay un fuera?) y
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