Ensayo Comparativo La forja del crimen
Enviado por Marco Avellaneda Torres • 11 de Febrero de 2016 • Ensayo • 2.338 Palabras (10 Páginas) • 358 Visitas
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La forja del crimen
Después de tanto tiempo el “destino” sigue siendo una sorpresa lastimosa de encontrar, de aquellas que te toman inadvertido en un jueves por la tarde gris y lluviosa, ése golpe, aquel que cae mientras se camina tranquilamente, así es como llega la muerte para algunos. La ironía, viene después, con el golpeteo de la debilidad de nuestra propia conciencia, con la incredulidad de nuestras atareadas mentes. Hay veces que es más fuerte la debilidad, hay veces que es absurdo el destino, a veces ni la muerte tiene sentido. Así se nos plantea en las obras de Capote “A sangre fría” y “Crónica de una muerte anunciada” de Gabriel García Márquez, quienes al margen de su percepción nos presentan dos mundos que tratan de capturar dos eventos fatales, con todos sus pormenores y características. Pretendo entonces encarar, gracias al nivel de detalle de las obras, un conflicto bien definido por los autores; atreverme a esclarecer la naturaleza de la criminalidad y maldad, además de cómo es que la torpeza es clave fundamental del “destino”, pero primero he de analizar y plantear la situación de cada obra con el motivo de enumerar sus características para poder fusionar estas dos ideas, entonces comparar las similitudes entre ellas y la realidad. Todo lo anterior con el atrevido propósito de desentrañar la mal concepción del “destino” y el “mal” en la sociedad, así como tal confusión conduce al conformismo.
La primera obra “A sangre fría” de Truman Capote es una obra contemporánea dividida en cuatro capítulos que inaugura un género literario, “non fiction novel”, en se hace presente el seguimiento más fielmente posible a una serie de eventos. La profundidad es tan apegada al realismo que el grado de detalle permite una inmersión casi total en la historia. El lenguaje utilizado por Capote es ciertamente dictaminado por el propio ruralismo de la localidad y por lo tanto es fácil, aunque de extensa lectura. La trama se resume en una compilación enorme de testimonios y declaraciones obtenidos por el propio Capote acerca de un brutal asesinato de una familia cometido en Kansas por dos ladrones y hace un seguimiento del proceso y desarrollo del caso desde su inicio remontado en la niñez de los asaltantes hasta su fatal ahorcamiento. La ideología de Capote se centra en plasmar particularmente criminalidad, es decir todo aquello que lleva al asesinato. Capote, quien conversa y se hace íntimo de uno de los dos asesinos, Perry Smith, así como lo aclara Gerald: “Truman llego tan dentro del propio Perry Smith que empezó a identificarse con él mismo”(Clarke, 23)[1], con cuyas conversaciones trata de responder la pregunta clave; ¿Por qué matarían a alguien que no conocen?, para ello, Capote nos deja implícitos problemas emocionales, abusos y desempleo como detonantes retardados de las acciones, por ejemplo, Perry en su confesión aclara: “No me di cuenta lo que había hecho hasta que yo había oído el sonido. Como si alguien estuviera ahogándose. Gritando bajo el agua” (Capote, 286)[2] lo que conlleva una respuesta a traumas pasados de su niñez por abusos lo cual forjaron su personalidad como adulto. Entre los personajes principales se encuentra el señor Clutter, un hombre trabajador y honrado, respetado en la ciudad. Su esposa Bonnie con problemas depresivos. Sin duda los personajes principales son los dos asesinos Perry Smith y Dick Hickock, siendo Dick una persona fría e inteligente, quien planea el robo pero obliga a cometer los asesinatos a Perry quien es más sensible emocionalmente.
En segundo lugar se encuentra la obra de Gabriel García Márquez: “Crónica de una muerte anunciada” es una novela corta, dividida en cinco capítulos, de escritura perteneciente al boom latinoamericano y ciertamente incluyente de aspectos de ficción y el realismo mágico. La fatal narración se centra en los eventos que rodearon el asesinato de Santiago Nasar pues se creía que había tomado la virginidad de Ángela Vicario. Sus hermanos, Pedro y Pablo decidieron entonces restaurar el honor de su hermana y se dispusieron a matarlo, al final logran su cometido. El propio destino como se empieza el libro: “El día que lo iban a matar, Santiago Nasar…” (García,7)[3], y la ironía de que todos al saber que lo iban a matar y nadie hacia nada para evitarlo, más al contrario se llevaban a cabo acciones que coincidentemente ayudaban a que su asesinato se llevara a cabo. La ideología usada por García Márquez es ciertamente una crítica en un laberinto hacia la fatalidad y las autoridades. Otros temas incluyen el honor, que es el motivante para el asesinato de Santiago. La historia nos plantea ciertas debilidades de las autoridades así como la falta de acción por parte de la gran mayoría de los personajes.
Lo interesante viene cuando ambas obras se cruzan, tanto “A sangre Fría” como “Crónica de una muerte anunciada” comparten tanto características como temas merecedores de atención. Se puede concluir que la muerte de los Clutter también era una “muerte anunciada” como la de Santiago, en ambos casos esta mencionada la fatalidad de la obra desde su propio inicio con lo que se deja claro posible motivo de los autores de enfocarse en las causas del asesinato y no tanto en el desenlace que reiteradamente es fatal. Si bien ambas obras discrepan en el enfoque, presentan estructura similar, haciendo regresos en el tiempo bien detallados y documentados por parte de los autores para tratar de avivar el relato, como si uno fuera espectador incesable. Al ser un asesinato la acción central de ambas obras, la incógnita inmediata tratar de responder es buscar una causa o razón por los cuales el acto tuvo lugar, es decir, que desencadenó el asesinato. La respuesta más sencilla sería que el honor en Colombia era primordial y sobre cualquier escala moral por parte de los gemelos Vicario. En el caso de Perry y Dick sería un llano encasillamiento de ladrones sin moral. La respuesta como el propio caso de “A sangre fría” no debería limitarse a un simple “si o un no” como se les limitó en su juicio antes de ser ahorcados. Existe todo un antecedente causal que Capote destaca en Perry para romper la mal concepción del origen de la maldad y la criminalidad. La criminalidad es parte del ser humano, se podría afirmar que hay interminables motivos por el cual un humano llevaría a cabo un asesinato, siendo entre ellos los más comunes la venganza, la ira y el beneficio propio. Lo que Capote nos infiere al realizar una extensa descripción de Perry Smith es cuestionar su propia criminalidad. ¿Acaso Perry tenía el potencial de ser un buen ciudadano? De acuerdo a Esteban Jaramillo, “la influencia de las condiciones son determinantes en la criminalidad de un sujeto, si tales condiciones propician la falta de atención al sujeto por la falta de atención de los padres a temprana edad” (Jaramillo, 2008)[4], Perry es el ejemplo de una sucesión de factores sociales, psicológicos y hasta físicos que esculpieron a ser con rostro noble pero que al romperse en ira disociaba la realidad. La maldad inmediatamente se asocia con la criminalidad, como si ser malo intrínsecamente llevara a cometer un crimen. ¿Qué se podría decir en el caso de los hermanos Vicario?, ellos eran considerados como buenos e incapaces de cometer una atrocidad, ni ellos mismos lo creían: “…con sus cuchillos afilados anunciaban como si quisieran que todos lo supieran…” (García)[5]. De nuevo la influencia externa sobre la criminalidad se ve expresa en la responsabilidad ejercida por defender el honor de su hermana. Ellos se habían cargado un compromiso que no deseaban cumplir y sin embargo era ya muy tarde para retractarse. (No les recuerda a los mexicanos?). El caso de Perry y la maldad es considerablmente más complejo y estudiado tanto por psiquiatras dentro de la obra y por el propio autor que resalta el resentimiento de Perry hacia sus padres por no haberle dado educación o de ignorar que sufría constante abuso tanto en la correccional como en el convento de monjas. El estancamiento del resentimiento por tantos años acabo como dijo el propio Perry:”Los Clutter no me habían hecho ningún daño. Como otras personas en mi vida. Quizá los Clutter tuvieron que pagar por otros” (Capote, 352)[6] . Al no estar sus padres presentes durante su niñez, Perry era educado por externos y por lo tanto nunca tuvo claro que podía asociarse con lo “bueno” y lo “malo”. A esta falta de asociación se le puede inferir como determinante en la criminalidad de Perry. Capote nos menciona: “En el mundo tan podrido. No se le puede responder más que con maldad. Es la única cosa que el mundo entiende: la maldad” (Capote, 377)[7]. El precepto anterior suena retorcido en la boca de un asesino, mas es ampliamente aplicable, pareciera que el hombre aprende y entiende solo cuando se es sometido a la maldad, pero ni si quiera es así de sencillo. La maldad mayoritariamente se entiende cuando se es aplicada no a los demás sino a uno mismo. La maldad entonces debería ser considerada como el mejor instructor universal, sin embargo eso sería retorcidamente macabro. Lo anterior se debe a la mal concepción del mal en sí y de la relación que éste tiene con la criminalidad. Se cree que la maldad es una parte del humano que nace con nosotros y se atañe al corazón de aquellos que están predestinados a serlo, como si fuera algo sobrenatural y externo al humano que fácilmente se relaciona con las creencias religiosas, en específico con el pecado. Aunque en medida todo ser es potencialmente malo en su estado lúcido, la mayoría ignora cómo es que esa potencialidad se dispara y se materializa, ése es el problema, la materialización del mal es la esencia de la criminalidad. Y para que ese proceso ocurra se es determinante la influencia tanto de los padres como de la sociedad, por lo que si uno de los dos es disfuncional se germinarán más personajes como Perry, gente que es ciertamente agradable pero con algo de presión, explota fatalmente como una mina. ¿Acaso no son los humanos una mina que dependen de su entorno para determinar si explotan o no?
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