Ensayo del laberinto de la soledad
Enviado por Marquez Morales Rafael • 4 de Marzo de 2022 • Ensayo • 6.419 Palabras (26 Páginas) • 1.061 Visitas
Universidad Nacional Autónoma de México
Colegio de Ciencias y Humanidades
Plantel Naucalpan
Taller de Lectura, Redacción e Iniciación a la Investigación Documental III
Unidad IV. Ensayo literario. Ensayo académico
Marquez Morales Rafael
El mexicano es inteligente, pero no sabe encontrarse.
Introducción.
Este ensayo tratará sobre el libro de Octavio Paz “El laberinto de la soledad” donde además de tratar de resumir, realmente expondré los puntos que me hayan parecido más interesantes sobre este libro.
Daré mi opinión y mi forma de ver los puntos que expone Octavio Paz para lograr encontrar respuesta ante la incógnita de si el mexicano es inteligente o no partiendo de la tesis de que sí lo es, pero sigue en proceso de aprendizaje.
Quisiera iniciar también con esta cita hacía lo que nos dice Paz, en el inicio de todo el libro ya que considero importante para al menos los tres primeros capítulos y así tengan una mejor idea de por donde va mi mentalidad, mis pensamientos y forma de ver las cosas.
“A TODOS, en algún momento, se nos ha revelado nuestra existencia como algo particular, intransferible y precioso. Casi siempre esta revelación se sitúa en la adolescencia. El descubrimiento de nosotros mismos se manifiesta como un sabernos solos; entre el mundo y nosotros se abre una impalpable, transparente muralla: la de nuestra conciencia. Es cierto que apenas nacemos nos sentimos solos; pero niños y adultos pueden trascender su soledad y olvidarse de sí mismos a través de juego o trabajo. En cambio, el adolescente, vacilante entre la infancia y la juventud, queda suspenso un instante ante la infinita riqueza del mundo. El adolescente se asombra de ser. Y al pasmo sucede la reflexión: inclinado sobre el río de su conciencia se pregunta si ese rostro que aflora lentamente del fondo, deformado por el agua, es el suyo. La singularidad de ser — pura sensación en el niño— se transforma en problema y pregunta, en conciencia interrogante.” (Paz, 1950, p.4)
Este párrafo lo he rescatado a motivo de que me siento identificado. De niños solo se nos enseña a distraernos, a divertirnos y de vivir una vida vaga sin conciencia, sin entendimiento y razonamiento ante lo que vendrá mañana; sin embargo, una vez llegas a la adolescencia, (que más como un rango de edades, lo veo como una etapa mental) comenzarás a ver tu mundo totalmente distinto. Etapa solitaria, en donde por fin comienzas a ver tus alrededores con otros ojos. A analizar tu presente, te preocupas por el futuro y no paras de pensar en errores del pasado.
Es una etapa, porque posiblemente, aún llegues a esa edad mínima en la que uno comienza a ser un adolescente para la sociedad, tal vez aún no generes conciencia ante tu vida y todavía solo sepas divertirte. Cuando comiences a madurar, sabrás que tu vida cambiará totalmente y, te atemorizarás, pensarás y analizarás todo sobre ti y si la vida que has llevado hasta ese entonces ha valido la pena. Sino lo ha valido te arrepentirás porque sabes que ya no hay vuelta atrás y no queda más que avanzar con cautela. El mundo comienza a ser sombrío y sabes que será peor cuando tengas una vida de adulto y creo que es eso a lo que Paz se refiere al mencionar que todo se transforma en problemas e interrogaciones.
I
EL PACHUGO Y OTROS EXTREMOS
El mexicano es inteligente, pero se niega a sí mismo y eso lo hace idiota.
“No toda la población que habita nuestro país es objeto de mis reflexiones, sino un grupo concreto, constituido por esos que, por razones diversas, tienen conciencia de su ser en tanto que mexicanos.” (Paz, 1950, p.5)
Aquí Paz nos habla que no todos son pertenecientes a esas personas de las cuál él habla en su libro; sin embargo, realmente todos podemos pertenecer a ese grupo, tarde o temprano y tal vez solo un pequeño momento, porque como menciona Paz posteriormente “Todos pueden llegar a sentirse mexicanos”. (Paz, 1950, p.5)
“Lo que me parece distinguirlos del resto de la población es su aire furtivo e inquieto, de seres que se disfrazan, de seres que temen la mirada ajena, capaz de desnudarlos y dejarlos en cueros.” (Paz, 1950, p.6)
Antes de esta cita, Octavio Paz nos habla que él vivió un tiempo en Los Angeles y que realmente, muchas de sus ideas surgieron mientras vivía ahí, menciona que los mexicanos que habitan en Los Angeles realmente son muy distinguibles al resto de las personas, porque los mexicanos viven con temor y angustia ante lo que podrían decir los demás, los que si son originarios de ese país. Aquí, una vez más, el mexicano nos demuestra como llega a avergonzarse de si mismo en lugares donde se llevan costumbres distintas a las de él. Viviendo con esa angustia, tratando de pasar de inapercibido sin notar que realmente se vuelve mucho más visible ante los ojos de los demás.
El mexicano realmente tiene mucho que ofrecer, pero mientras más intente ocultarse, más estúpida será su presencia.
“El "pachuco" no quiere volver a su origen mexicano; tampoco —al menos en apariencia— desea fundirse a la vida norteamericana.” (Paz, 1950, p.6)
Y es que realmente, aun avergonzándose, todavía le queda ese espíritu, esa sensación de honor por ser mexicano, pero, recordemos que los pachucos nacieron en Estados Unidos, territorio ajeno, que como he mencionado antes, situaciones en donde él se siente avergonzado, donde no está orgulloso de sus raíces y vive negándose a si mismo y más aún, porque en su mayoría son adolescentes, al menos en mentalidad. ¿Recordamos aún el primer párrafo que rescate?
Adolescentes, que, en palabras de Octavio Paz, quedan suspendidos en el mundo y en sus riquezas, en todo lo que este les puede ofrecer. Dale a un adolescente una doble nacionalidad y no sabrá identificarse; encima, una nacionalidad de la cual no sabe si avergonzarse o estar orgulloso, quedará inerte, confundido y, los pachucos son la viva imagen de lo que esto representa, personas que niegan sus orígenes, pero no lo suficiente como para fundirse con su nueva sociedad. Por eso es que posteriormente en el libro se habla de su dualidad, que como escribió Paz y cito: “La dualidad anterior se expresa también de otra manera, acaso más honda: el pachuco es un clown impasible y siniestro, que no intenta hacer reír y que procura aterrorizar. Esta actitud sádica se alía a un deseo de autohumillación.” (Paz, 1950, p.7)
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