Esquema De Análisis Del Cantar Del Mio Cid
Enviado por Edward123 • 15 de Octubre de 2013 • 3.531 Palabras (15 Páginas) • 1.612 Visitas
ESQUEMA DE ANALISIS DE UNA OBRA LITERARIA
A.-Análisis extra textual
1.-Autor:
1.1.-Biografía:
1.1.1.- Teorías sobre el autor:
Hay diversas teorías sobre la fecha de la composición de la obra, Ramón Menéndez Pidal defendió que data entorno a 1140, la mayoría de los estudiosos actuales se inclinan por principios del siglo XIII.
También hay diversas teorías sobre el autor del cantar del Mio Cid, el libro esta firmado por un tal (Per Abbat) pero se trataba del copista. La primera opinión de Menéndez Pidal acerca de la autoría del Cid es de un juglar activo en la zona de Medinaceli (Soria) y cercanías según se deduce del conocimiento que el texto refleja de topónimos cercanos a este territorio. Argumenta Menéndez Pidal otra razón: hechos muy importantes de la biografía de Rodrigo Díaz de Vivar, como el asedio y la toma de Valencia ocupa apenas 135 versos, mientras que sucesos en comparación insignificantes como la toma y abandono de dos pueblecitos de la frontera entre Castilla y los dominios musulmanes Castejón y Alcocer se narran en 450 versos.
Hoy en día se cree que el Cantar fue la versión escrita, compuesto por un poeta culto que empleó el estilo épico de la tradición oral, por lo tanto el autor es anónimo.
1.2.-Obras: -
2.-Contexto histórico social:
Se cree que fue escrito en el siglo XII después de la muerte del Cid (1099). El verismo histórico y geográfico del Cantar del Cid es indiscutible, y en ese sentido la canción de gesta castellana es totalmente distinta de las chansons francesas que debido a la lejanía describen España como un lugar fantástico, con una geografía irregular e inexacta y unos acontecimientos totalmente opuestos a la verdad histórica, así podemos encontrarnos con datos totalmente erróneos, por ejemplo que los moros tienen nombres pintorescos y diabólicos como Malduit, Falsaron, Esperveris, etc... y que adoran a unos raros ídolos llamados Mahumet, Tervegant y Apollin; ni los diversos refundidores de la Chanson de Roland ni el público a quien estaba destinada sabían cómo era un mahometano auténtico, al contrario que en el Cantar ya que cualquier persona del público de los siglos XI, XII o XIII conocían de sobra a los moros pues trataban con ellos todos los días.
Es fácil imaginar la cara de asombro que hubiesen puesto nuestros paisanos de otro tiempo al escuchar a un juglar hablar de un moro llamado Falsaron adorando a un ídolo de Mahoma o asegurándoles que Zaragoza está en una montaña, como afirma el verso 6 de la Chanson de Roland. Es evidente que el Cantar del Cid es indiscutiblemente más verídico, pero no hasta el extremo de que podamos considerarlo un acta histórica- de hecho reduce a uno los dos destierros de Rodrigo, también a uno los dos apresamientos del Conde de Barcelona; inventa el episodio de los judíos y las arcas de arena que retoma de la vieja Disciplina Clericalis de Pedro Alfonso, siendo puramente inventados por el autor los episodios del león escapado de la jaula y de la afrenta del robledal de Corpes- como sucede en lengua provenzal con la Cansó de la Crozada o el Poema sobre las Guerras Civiles de Navarra.
Pudiera ser que en vida del Cid existieran ya las raíces del Cantar en forma de cantos publicitarios para informar al pueblo sobre el desenlace de las batallas y la situación política del momento; de hecho antes de que sus hazañas fueran narradas en el Cantar los historiadores árabes Ben Alcama y Ben Basam ya se habían ocupado de él, también el llamado Carmen Campidoctoris, en verso, escrito posiblemente por un monje catalán hacia 1090 y la Historia Roderici en prosa fechada unos quince años después de la muerte del héroe. Aunque su consagración como héroe nacional podría ser debida a un juglar mozárabe anónimo nacido en Soria que hacia 1140 ya recitaba el Cantar.
No hay que olvidar que estamos en pleno siglo XI, época de una feroz lucha castellana por su hegemonía en España, hegemonía que desde 940 fecha en que Fernán González declara independiente el condado de Castilla sufre diversas etapas, no siendo hasta 1230 en que se unen definitivamente Castilla y León que el castellano es declarado lengua oficial en el reino más poderoso de la península.
B.-Análisis intertextual
1.-Genero:
El Poema del Cid es la obra más importante del grupo de la poesía épica medieval vernácula en España.
Consta de 3700 versos y está compuesto en métrica irregular, su número oscila alrededor de 16 sílabas, posee una pausa a mitad del verso.
Tiene rima asonante y se agrupa en triadas de extensión variable. Pertenece al género de la épica.
2.-Especie:
El cantar del mio Cid es un cantar de gesta (epopeya de la Edad Media escrita o una manifestación literaria extensa perteneciente a la épica que narra las hazanas de un héroe que representa las virtudes que un pueblo o colectividad consideraban modélicas durante el medievo).
Se trata de la primera obra narrativa extensa de la literatura española en una lengua romance.
El poema consta de 3,735 versos anisosilábicos (versos con numero de sílabas distintas), aunque dominan versos de 14 a 16 sílabas métricas. Los versos del cantar del mio Cid están divididos en hemistiquios (verso que se mide en métrica como si fuese un verso entero y va separada de la otra mitad por una pausa en la entonación o cesura) separados por cesura (espacio dentro de un verso).
3.-Tiempo:
Edad Media
Hacia el siglo III comienza la decadencia progresiva de Roma y se ubica el inicio de la Edad Media. Se considera Edad Media al período comprendido entre los siglos V (Caída del Imperio Romano de Occidente) hasta el comienzo de los tiempos modernos, con el Renacimiento (siglo XV).
4-Espacio
El cantar del mío cid, primer poema épico de la edad media, transcurre en la españa del siglo xvi; en los reinos de castilla, León, Navarra y Aragón.
5.-Tipo de narrador:
El narrador se posiciona siempre en favor del Cid (toma partido en su alborozo por la llegada, gracias al Campeador, del obispado a Valencia: «¡Dios, qué alegre era todo cristianismo, / que en tierras de Valencia señor avié obispo!», vv. 1305–1306), y contra sus antagonistas, como el conde de Barcelona, a quien tilda de petulante. Para buscar la complicidad con el auditorio, el narrador abandona en ocasiones la tercera persona para dirigirse a los oyentes con fórmulas apelativas en segunda persona o refiriéndose a él mismo en primera persona. Por ejemplo cuando se celebran las bodas de las hijas del Cid en Valencia, exclama ante su público: «sabor abriedes de ser e de comer en el palacio», v. 2208 ('Os encantaría estar y comer en el palacio').
6.-Personajes (descripción):
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