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Estilo, Simbolismo E Intertextualidad En El Retrato De Dorian Gray


Enviado por   •  27 de Noviembre de 2013  •  1.538 Palabras (7 Páginas)  •  3.698 Visitas

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1. Simbolismos

La obra de Oscar Wilde comprende un gran número de simbolismos, ya que en ella el autor plasma gran parte de sí mismo. Es la personalidad de Wilde, aquello que era, lo que quiso ser, y lo que no podía ser, lo que queda al descubierto en su libro. Como auténtico decadente expresa la inconformidad que tenía hacia la clase burguesa de la época, a la cual, por cierto, pertenecía. Su obra resulta ser bastante transgresora para la época, y es en sus personajes, situaciones que estos enfrentan, su ambiente y sus posesiones, donde lo deja al descubierto.

Uno de los más importantes símbolos, si no es que el más importante es el “El retrato de Dorian Gray” que pinta Basil Hallward. Éste representa la conciencia de Dorian Gray, aquella que le recuerda constantemente aquello que ha hecho, sus malos actos, e incluso el tiempo. El tiempo que, tanto el mismo Dorian Gray como la gente que estaba a su alrededor creía que no pasaba, al menos no por él, pero es esa pintura la que atrapa eso que, parece no existir, pero que está ahí. La pintura no podía engañarlo, aun cuando su entorno le proponía ideas distintas. “Si fuera yo quien permaneciera siempre joven y el retrato el que envejeciese! ¡Por eso… por esto, lo daría todo! ¡Daría hasta mi alma!” (Wilde, 38) Son estas las palabras con las que Gray hace ese casi juramento con el retrato. Todo esto, de alguna manera, influenciado por las ideas de Lord Henry, quien es quien crea esta necesidad de Gray por ser adorado, y es el que le transmite la idea de lo importante que era conservar su belleza, aquella belleza única de la cual era poseedor y que debía, según él, explotar.

El retrato para Basil representaba su obra maestra, aquella que había captado su esencia y al mismo tiempo la de Dorian Gray, esta fusión era lo que la hacía tan especial. En un principio para Basil el retrato sólo representa un ideal de belleza, el cual se transforma al hacer Dorian Gray el juramento. También representaba su amor por Gray, el cual le costaba expresar, y que, al parecer no es precisamente un amor de amigos, sino hasta cierto punto un amor pasional, que se ve obligado a disfrazar por temor.

Las enseñanzas que lord Henry le da a Dorian y el hecho de que quiera tomar el puesto de maestro o instructor nos da una idea de lo que realmente quería hacer Henry con él. No era únicamente el hecho de enseñarle y que fuera afín a él, lord Henry quería un clon de sí mismo. No es hasta la última parte de la novela en donde comienza a sospechar que el hombre que había construido, lo había rebasado completamente, y se había convertido en un ser deplorable.

“El asesinato de Basil Hallward adquiere un valor simbólico, pues representa el momento en que Dorian, resignado a ser un replica, destruye en un acto suicida los poderes de la creación y del amor, las únicas fuentes de la verdadera originalidad”. (Serna, 14) Es hasta este momento cuando Dorian Gray logra liberarse, de aquel que, según él le había arruinado su vida. No era precisamente Basil quien lo había hecho, era mas bien el significado del cuadro, el reflejo de su propia alma con lo que había estado cargando todo ese tiempo.

Así, los principales personajes de esta novela desgarradora –por quebrar el frágil recipiente de la entraña humana-, exquisita –por contener la esencia de aquel simbolismo europeo imbuido de esencias perfumadas-, lasciva –por oscilar en el mar de la sexualidad como una nave que inútilmente buscase tierra firme-, cultísima y luminosa -por resumir el alma de la filosofía de la época, y burlarse de ella- y ¿acaso no?, maestra –por abreviar de su estructura y encantamiento decenas de obras más o menos altas, más o menos mediocres-, los personajes protagónicos de El retrato de Dorian Gray no son otra cosa que las caras de Oscar Wilde. (Ruvalcaba, 8)

En cada uno de los personajes Wilde encierra una parte de sí mismo, unas partes están más a la vista que otras. El Wilde sarcástico, que manejaba con especial maestría la paradoja, aquel que era hiriente por naturaleza, que decía las cosas de una manera tan peculiar en la que expresaba su pensar netamente, sin ponerle filtros; ese Wilde estaba representado por lord Henry en la historia. El espíritu de Wilde estaba encarnado por Henry, un incasable buscador de la perfección.

Por su parte Basil Hallward , el artista, pero al mismo tiempo aquel que se esconde para, de alguna manera, expresarse. Es la parte homosexual de Oscar Wilde, que, hasta cierto punto, se encuentra reprimida por la sociedad. Es aquel que

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