Etnografía, método campo y reflexividad
Enviado por J_anta900119 • 17 de Septiembre de 2016 • Informe • 665 Palabras (3 Páginas) • 312 Visitas
Estudiar a los pueblos para aprender de ellos
2001
Colombia, Bogotá D.C.
Rosana Guber
Grupo Editorial, Norma.
La autora Rosana Guber, Antropóloga quien por cierto ejerce su profesión en la Universidad de Córdoba, Misiones y Norte de Chile, en temáticas ligadas a los métodos etnográficos nos manifiesta en su obra: La etnografía, método, campo y reflexividad precisamente es un método de investigación que consiste en observar las prácticas culturales de los grupos sociales para poder participar en ellos y así poder contrastar lo que la gente dice y lo que hace.
En una opinión se podría decir que la etnografía es la comprensión a la que debe llegar la descripción de un pueblo para ser llamado trabajo etnográfico pues es la que responde a la comprensión de los fenómenos de la sociedad desde el punto de vista de sus miembros, en el lugar de actores, agentes o sujetos sociales.
En el capítulo Uno la autora nos cuenta una breve historia del trabajo de campo etnográfico desde el punto de partida de la división social del trabajo intelectual entre antropólogos y sociólogos, para después analizar el cómo se han ido construyendo las formas contemporáneas de hacer etnografía entre la cercanía y la distancia; este capítulo termina con una apelación a la re-conceptualización de la práctica del trabajo de campo como fortaleza de la antropología.
El capítulo Dos empieza con una crítica al naturalismo y al positivismo por no cuestionar el acceso a la zona del investigador y su influencia sobre los que investigó y los resultados que arrojó la investigación, para luego mostrar los debates sobre la relación entre realidad sociocultural y su representación textual.
El capítulo Tres nos habla de que se estudia y analiza la observación notoria en las tensiones entre observación y participación, Rosana Guber muestra la observación participante como el medio perfecto para examinar teorías en contextos reales, pero también es el propio para evaluar el significado del comportamiento humano en los contextos cotidianos de la gente, es el esfuerzo por interesarse e integrarse en la lógica nativa, pues esto implica una mayor consideración por el antropólogo y también por la antropología, eso pensaría yo.
El capítulo Cuatro se enfoca en la entrevista, la autora dice que esta debe ser más informal como una conversación entre viejos conocidos y no directiva con las rutinarias preguntas “Cliché”, en sincronía por así decirlo con la observación participante, esta propuesta es justificada basándose en su valor performativo y no explícitamente informativo, la entrevista es un encuentro de reflexividades o análisis para producir un nuevo concepto de reflexividad.
El capítulo Cinco abarca el asunto del registro etnográfico de notas, imágenes y sonidos, que la autora asume como la imagen del ciclo de conocimiento antropológico, como quien dice analiza a los sujetos de cierto modo en el que los pueda definir, cuya solución pasa por reconocer los hábitos nativos y negociar con ellos; en este capítulo el libro se muestra más como un manual de orientación para el inicio del trabajo de campo antropológico, presentando guiones de registro (bitácoras) que conservan su parte analítica o reflexiva.
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