Exploradores De Cavernas
Enviado por nemesiszay • 2 de Diciembre de 2011 • 8.754 Palabras (36 Páginas) • 1.320 Visitas
1.- Síntesis.
La historia comienza en una corte futurista, la Corte de Newgarth en el año 4300 con un caso de apelación por parte de los sentenciados por homicidio en el tribunal del condado de Stowfield.
El presidente Truepenny relato los hechos ocurridos con este grupo de acusados, relato que estos eran parte de Sociedad Espeleológica, que es una organización de aficionados a la exploración de cavernas; así entonces, relato que los acusados en compañía de Roger Whetmore quien también era miembro de la Sociedad, penetraron en una caverna de piedra caliza, misma que cuando se encontraban ya lejos de la entrada sufrió una avalancha que tapó la única entrada conocida a la caverna, al darse cuenta de esto los exploradores acamparon en las cercanías de la entrada para esperar ahí al grupo de rescate. Al ver que Whetmore y los demás no regresaban a sus casas sus familiares dieron aviso al secretario de la Sociedad, pues los exploradores habían dejado indicaciones en la sede central de la Sociedad acerca de la ubicación exacta de la caverna que visitarían. De inmediato se mandó una partida de rescate al lugar que habían indicado los exploradores.
El rescate de los exploradores resulto ser muy difícil y se tuvo que mandar apoyo para las fuerzas de rescate que partió originalmente, el transporte de los hombres y la maquinaria necesaria hasta el lugar donde se encontraba la caverna resultó ser bastante costoso. Pero ya en el lugar se instalo el enorme campamento de obreros, ingenieros, geólogos y otros expertos que se necesitaron para el rescate. El rescate de los exploradores se pudo concluir con éxito hasta el trigésimo segundo día de trabajos de remoción de escombros, porque mientras se hacían los trabajos hubo nuevas avalanchas y en una de ellas 10 obreros perdieron la vida.
La preocupación del grupo de rescate era muy grande porque sabían que los exploradores solo habían llevado pocas raciones de alimentos y que además en la cueva no había ningún tipo de alimento, por eso se temía desde el principio que existía la posibilidad de que los exploradores fuesen hallados muertos. Fue hasta el vigésimo día de trabajos que se supo que los exploradores habían llevado consigo un equipo inalámbrico para enviar y recibir mensajes y de inmediato se instaló en el campamento un equipo similar y se pudo establecer comunicación con los exploradores, cuando se estableció comunicaciones los exploradores pidieron se les informara cuanto tiempo tardarían en rescatarlos, de inmediato los ingenieros a cargo de la obra les respondieron que por lo menos tardarían diez días más y eso si no había nuevas avalanchas. Después de eso los exploradores preguntaron al grupo de médicos que se encontraba en el campamento acerca de si sería posible sobrevivir esos diez días sin alimentos y el jefe de la comisión les informo que era muy poca.
Ocho horas después de silencio los exploradores se volvieron a comunicar al campamento y pidieron hablar nuevamente con los médicos, Whetmore en representación de todos los ahí atrapados le preguntó al médico si comiéndose a uno de ellos los demás podían sobrevivir diez días más y ninguno de los médicos quiso responder a la pregunta, viendo esto preguntó si había algún juez o u otro funcionario público que pudiera responder la pregunta y tampoco nadie quiso hacerlo, entonces Whetmore pidió hablar con algún sacerdote pero no pudieron encontrar a ninguno. Después de eso no se volvieron a recibir mensajes desde la caverna y todos pensaron en que se habían agotado las pilas del aparato de los exploradores aunque después supieron que esa no había sido la razón. Cuando por fin los exploradores fueron rescatados se supo que el día vigésimo tercero después de haber entrado en la caverna los compañeros de Whetmore lo habían asesinado y además se lo habían comido.
Los acusados declararon que Whetmore había sido el primero en proponer que se echaran suertes con un par de dados que casualmente llevaba consigo. Los acusados narraron que en un principio se resistieron a esa acción tan desesperada, pero después de las conversaciones terminaron por aceptar el plan propuesto por Whetmore y después de una serie de discusiones llegaron a un acuerdo sobre el método que usarían para resolver su problema con los dados.
Pero antes de que se arrojaran los dados Whetmore quiso retirarse del acuerdo, porque según el había decidido esperar una semana más antes de recurrir a esa opción. Pero sus compañeros no lo dejaron retirarse, pues decían que era una violación a lo pactado y procedieron a arrojar los dados, cuando fue el turno de Whetmore, otro de los exploradores los arrojo por él y se le pidió que hiciera las objeciones que tuviera que hacer acerca de la tirada, a las mismas que dijo no tener ninguna y como el tiro fue en perjuicio de él los demás procedieron a matarlo y comérselo.
Después de ser rescatados los exploradores estuvieron por una temporada en un hospital donde los atendieron por desnutrición y por el shock, pero después de esto se les sometió a proceso por el homicidio de Roger Whetmore, en el juicio después de haber sido concluida la prueba testimonial el portavoz del jurado preguntó al juez si el jurado podía emitir un “veredicto especial”, dejando al juez la determinación de la culpabilidad de los reos y luego de la discusión entre el fiscal y el abogado defensor dieron su conformidad al procedimiento solicitado. Así entonces el jurado decidió que si las cosas habían ocurrido tal y como fueron relatadas y que si se les hallaba culpables del crimen, los acusados debían de ser condenados. Y en base a ese veredicto el juez decidió que los acusados eran culpables del homicidio de Roger Whetmore y en consecuencia los sentenció a la horca como lo exigía la ley del Commonwealth. Los miembros del jurado suscribieron una comunicación al jefe del Poder Ejecutivo, pidiéndole que en vez de la horca se les condenara a los reos con seis meses de prisión. El juez dirigió otra comunicación similar al Poder Ejecutivo y este no tomaba una resolución para esas peticiones pues esperaba la respuesta de la Corte de Newgarth.
El presidente Truepenny pensaba que en el caso, el juez y el jurado habían tomado la mejor decisión, porque era el único camino que permitían las disposiciones legales, porque la ley decía claramente: “Quienquiera privare intencionalmente de la vida a otro, será castigado con la muerte” y esa ley no permite excepción alguna aplicable al caso.
Truepenny pidió a los demás miembros de la corte que se solidarizaran con el Poder Ejecutivo, con el juez y con los miembros del jurado, para que los acusados tuvieran justicia en el veredicto, “sin menoscabo de la letra
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