Flores en el ático

Casi Verdad

                                                                                                   Autor: Paola Fuentes Fica

                                                                                                             12.189.245-6

Dedicado a Emma Paulina

Había una vez una niña llamada Paulina , vivía en una gran casa con su mamá, su abuelita y tíos; había muchos lugares en  su casa que ella desconocía, le daba susto pues además de ser grande, la casa era  un poco oscura, era vieja y, parecía crujir cuando  había mucho viento o cuando llovía. Durante el día, cuando Paulina no tiene clase, le gusta jugar con sus muñecas, mirar televisión y hacer manualidades pero siempre se aburre con rapidez, siempre está preguntando qué más hacer, siempre y cuando no sea estudiar, en eso difiere con mamá; cada vez que le pregunta a su madre que más puede hacer, ella le dice estudiar, eso deberías hacer, pero Paulina hace como que no escucha y le va a preguntar a su abuelita, la abuelita le dice que le ayude a cocinar, tampoco le gusta mucho esa idea, así que al final va a su pieza a jugar. Uno de sus problemas es que donde vive hay muy pocos niños, sólo dos, una de ellas muy grande y la otra muy pequeña, por lo que jugar con ellas no es muy entretenido, por esa razón le gusta mucho ir al colegio y jugar con sus amigas y compañeros, pero pasó algo terrible con la aparición del coronavirus, ya no tiene clases, ha estado varios meses aislada, cuidándose y rodeada de adultos, entonces el aburrimiento ha sido abrumador.

Un día ya no sabía qué hacer, hizo lo mismo, le preguntó a todos qué podía hacer , pero todos estaban ocupados, lo distinto es que unos días antes le habían regalado una gatita (la cual llamo  Sol ), entonces vio que la gatita la miraba y le pareció que quería jugar, la comenzó a seguir, se sintió muy contenta porque la gatita corría, se escondía y luego aparecía y corrías tras ella, de pronto se dio cuenta que había entrado a una de las habitaciones que le causaban temor, pero no era oscura como ella pensaba sino que estaba pintada de color blanco y tenía un escritorio y muchos libros, ese lugar era uno de los favoritos de su madre, recordó, la veía siempre entrar ahí cuando decía que iba a trabajar en la casa, habían libros en toda la pared, eran muy gruesos algunos de ellos, pero había una parte que decía: Para Paulina .

“Para Paulina ” incluía varios libros para niños, ahí encontró a Papelucho, Mafalda, Mampato, Condorito, Judy  Moody, ABRÁZAME entre otros con los que pudo entretenerse por varios días, pues mientras su mamá no estaba, ella entraba a su sala y leía, pero luego ya no quería leer solamente.

Volvió a jugar con su gatita, a correr en la casa y entró a otra habitación que no conocía, esta le pareció fascinante porque tenía muchas cosas, había cajas por doquier y le pareció muy interesante, habían muchos tesoros para encontrar y quizás cuántas cosas para jugar, comenzó así a abrir cajas, trataba de hacerlo sin hacer ruido, a  escondidas, así era más entretenido, en la primera caja había ropa, qué decepción para Paulina , era ropa vieja y muy fea, ni siquiera le servía para hacerle ropa a sus muñecas, pero la segunda caja le planteó un desafío, había un puzle de gatitos!!!, nunca había tenido uno tan grande en sus manos, éste tenía 300 piezas, lo llevó a su habitación y comenzó a armarlo, otra vez estuvo un par de días bien ocupada pues quería terminarlo. Cuando lo terminó vuelve a la bodega y sigue revisando otra caja, se encuentra en ella con una lupa, una linterna y unos binoculares, no sabía el nombre de los últimos pero los había visto en la televisión, así es que sabía para que servían, con estos implementos partió quizás su mayor aventura porque con la linterna iluminaba los lugares oscuros de la casa y fuera de ella, con la lupa podía ver cosas que antes no y además todo se veías más grande, así comenzó a observar con más detenimiento lo que ocurría en la mesa, bajo la mesa, en su silla, bajo la silla, en su cama y bajo su cama, etc., se dio cuenta que la madera tenía distintos colores, ella siempre vio sólo un color uniforme , pero la verdad no era así, tenía zonas más oscuras y otras más claras, el barniz permitía ver esas diferencias pero había que mirarlo detenidamente. Después de aburrirse con la lupa se dio cuenta que estar en casa era mucho mas divertido de lo que esperaba . Un día su madre le presto su teléfono para que hablara con sus amigas y empezó a divertirse todo los días cada vez más ¡Sus amigas jugaban juegos online todo los días!

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