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HOMO VIDENS


Enviado por   •  14 de Septiembre de 2012  •  2.311 Palabras (10 Páginas)  •  573 Visitas

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INTRODUCCIÓN

En este pequeño trabajo, abordaremos el trabajo de Giovanni Sartori quien nos muestra en su obra titulada “Homo Videns La Sociedad Teledirigida”, en un principio, desde los comienzos de la información escrita, el hombre desarrollaba la capacidad de pensar frente a textos que explicaban hechos formándose un tipo de opinión sobre el contexto. Hoy, desde que el hombre se transformó en Homo Videns, dejó de hacerlo.

El hombre como ser racional tiene la capacidad de interpretar la realidad según su propio criterio, siempre y cuando los medios se lo permitan. Es aquí donde la Televisión juega el rol fundamental, puesto que es ella la que manipula al hombre y hace que pierda su capacidad de abstracción.

La televisión no nos deja pensar pues ella lo da todo mediante la imagen, la cual se considera como una verdad. Es ésta la que influye en nuestro actuar diario, es ella la que nos “sugiere” como caminar, como vestir, que decir, que opinar, ella transforma el “Yo” individual, en un “Yo” dentro de una masa homogeneizada.

El hombre ha perdido la facultad de conocimiento, antes cuando el Homo Sapiens era el hombre de la cultura del leer era mucho mas pensante e inteligente que ahora. Desde que el Homo Sapiens se transformó en homo Videns perdió su capacidad de conocimiento y saber, la televisión lo ha convertido en una persona que cada vez sabe menos de asuntos públicos.

Es por todo ello que hoy en día personas como Giovanni Sartori se preocupan por el futuro del ser humano y los lectores tienen que asumir un roll de responsabilidad en cuestión a su conocimiento.

HOMO VIDENS

LA SOCIEDAD TELEDIRIGIDA

RESUMEN

Sartori se centra en la televisión en su libro: Homo videns. La sociedad teledirigida. En su tesis de fondo indica que el video está transformando al homo sapiens, producto de la cultura escrita, en un homo videns para el cual la palabra está destrozada por la imagen, el acto de tele-ver está cambiando la naturaleza del hombre. Nuestro mundo se apoya sobre los frágiles hombros del "video-niño": Un novísimo ejemplar de ser humano educado en tele-ver incluso antes de saber leer y escribir. El más cáustico en esta cuestión es Baudrillard: «La información, en lugar de transformar la masa en energía, produce todavía más masa». Es cierto que la televisión, a diferencia de los instrumentos de comunicación que la han precedido (hasta la radio), destruye más saber y más entendimiento del que transmite.

En la sociedad, además de la televisión, hay un ordenador conectado a Internet. Este desarrollo es inevitable y útil, pero siempre que no desemboquemos en la vida inútil, en un modo de vivir que consista sólo en matar el tiempo. Las imágenes televisivas habitúan al niño a la violencia porque un niño de menos de tres años no entiende lo que está viendo y, por tanto, «absorbe» con más razón la violencia como un modelo excitante y tal vez triunfador de vida adulta, la televisión es la primera escuela del niño (la escuela divertida que precede a la escuela aburrida) El problema es que el niño es una esponja que registra y absorbe indiscriminadamente todo lo que ve (ya que no posee aún capacidad de discriminación). Por el contrario, desde el otro punto de vista, el niño formado en la imagen se reduce a ser un hombre que no lee, y, por tanto, la mayoría de las veces, es un ser «reblandecido por la televisión», adicto de por vida a los videojuegos.

Este niño cuando llega a ser un adulto se muestra sordo de por vida a los estímulos de la lectura y del saber transmitidos por la cultura escrita. Los estímulos ante los cuales responde cuando es adulto son casi exclusivamente audiovisuales. Por tanto, el vídeo-niño no crece mucho más. A los treinta años es un adulto empobrecido, educado por el mensaje: “la cultura, qué rollazo” es pues, un adulto marcado durante toda su vida por una atrofia cultural.

Los niños, pasan muchas horas frente al televisor viendo programas infantiles, o para adultos, Entre los actos violentos que son vistos por los niños están: asesinatos, guerras, puñetazos, cuchilladas, patadas, accidentes y destrucción de propiedades, entre otros. Los niños que ven violencia en la pantalla se comportan más agresivos sin importar su localización geográfica, su sexo, su nivel socioeconómico o si tienen problemas emocionales. Este efecto es interdependiente, es decir, los niños agresivos eligen programas violentos y aquellos que ven estos programas, son más agresivos. La televisión fomenta la conducta agresiva , imitan el modelo que observaron y llegan a aceptar la agresión como conducta apropiada. la imitación es usada para los niños como el primer mecanismo de aprendizaje que tienen, éstos no son especialmente selectivos en lo que imitan, y lo hacen tanto con modelos reales como con personas en la televisión o dibujos animados.

Un aspecto importante como indica Gérard Imbert en su libro la tentación de suicidio es que uno de los aspectos que más preocupa, sobre todo a los padres, es que los niños se estén volviendo insensibles ante la violencia. La desensibilización a la violencia se opone al sano desarrollo y es posible que esta reducción de la ansiedad sea lo que facilita el comportamiento agresivo.

La sociedad muestra una fascinación por la aventura, por todo cuanto permite evadirse del tiempo, conquistando otros espacios, tendencia que queda reflejada en la publicidad y en las revistas de ocio.

Pero no hay que dejar de lado una pregunta: ¿en qué sentido la televisión es «progresiva», en cuanto que mejora un estado de cosas ya preexistentes? Es una pregunta a la que debemos responder haciendo una distinción. La televisión beneficia y perjudica, ayuda y hace daño. No debe ser exaltada en bloque, pero tampoco puede ser condenada indiscriminadamente.

Es cierto que la televisión se caracteriza por una cosa: entretiene, relaja y divierte. Cultiva al horno ludens; pero la televisión invade toda nuestra vida, se afirma incluso como un demiurgo. Después de haber «formado» a los niños continúa formando, o de algún modo, influenciando a los adultos por medio de la «información». En primer lugar, les informa de noticias (más que de nociones), es decir, proporciona noticias de lo que acontece en el mundo, por lejano o cercano que sea. La mayoría de estas noticias terminan por ser deportivas, sobre sucesos, asuntos del corazón (o lacrimógenas) o sobre diferentes catástrofes. Lo que no es óbice para que las noticias de mayor repercusión, de mayor importancia objetiva, sean las que tratan de información política, las informaciones sobre la polis (nuestra o ajena). Saber de política es importante aunque a muchos no les importe, porque

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