Hijo De La Luna
Enviado por Liz_saldiivar • 5 de Diciembre de 2013 • 2.069 Palabras (9 Páginas) • 370 Visitas
Dicen que el día era aún más claro de lo que es hoy, y la noche, era tan oscuro y tan vacía, que si intentabas buscar a alguien en la oscuridad, jamás encontrabas a esa persona.
Las estrellas, todas ellas, jugaban y cantaban alrededor del sol, el Sol, muy orgulloso de sus compañeras se enaltecía entre todos los demás astros del cielo, porque ninguno de ellos tenía lo que el poseía, estar ahí arriba, tan solo, por bastante tiempo, era algo muy triste. Existían estrellas que eran casi tan, tan grandes como el mismo Sol, y habían otras tan, tan pequeñitas como el polvo estelar. Todo el día, las estrellas cantaban y jugaban entre sí.
Pero llegada la noche, las estrellas se escondían, ya que el sol les contó que durante la noche, una extraña criatura sale del vacío, es tan, tan fea, que hasta tiene miedo de ella misma, y si alguien le mira a los ojos, lo más probable es que nunca más volverá a ver la luz de un nuevo día.
Entre todas las estrellas del cielo, había una estrella que parecía no ser tan normal, como lo eran las demás estrellas, esta estrella, no tenia habilidad para hacer mejor lo que hacían las estrellas, que era cantar. Si las estrellas llenaban el cielo de alegría, esta estrella cuando cantaba, hacía que todos las demás estrellas, se sintieran tristes y muy infelices, su canto hacia que las demás estrellas ya no quisiesen cantar.
El sol muy molesto, le prohibió volver a cantar a esta estrella, las demás estrellas trataron de animarle, pero nunca lo consiguieron y esta estrella, cada vez se fue apartando y apartando de todos los demás. Y pronto ellas terminaron olvidándolo, así como se olvida un mal recuerdo.
-¡Estoy tan solo! En este lugar nadie me quiere, así que lo mejor será que me vaya, muy lejos – se dijo un día la estrella.
La estrella esperó que cayera la noche, y sin mirar hacia atrás, partió rumbo al olvido. Se adentró en lo más profundo del cielo, y entre más y más avanzaba, el camino se hacía más y más oscuro.
-Tengo miedo, en este lugar, todo es oscuridad, no logro ver nada- Se decía la estrella.
En este mundo de vacío y soledad, encontró un pequeño rayo de luz, el cual rompía la nada, así que la estrella decidió buscar aquello que iluminaba tanto la noche. Entre más y más se acercaba, empezó a escuchar sonidos tan extraños y atemorizantes, que terminaron atemorizándole.
Y cuando al fin llego, vio algo que nunca en su vida había visto. Era lo más hermoso que había visto en su vida, este ser tan hermoso no podía ser el miedo y caos que el Sol tanto les había contado… Pero este ser, estaba llorando… La estrella se acercó a ella, y le preguntó
- ¿Por qué lloras?
Y ella con mucha sorpresa le respondió
– Porque en este lugar tan vacío estoy muy sola.
La estrella, sabía más que nadie que era estar solo en el mundo, y también sabía lo que era ser olvidado. El sabia, que era llegar a casa y no encontrar a nadie para que te reciba. Así que sintió mucha pena por ella. Y con una sonrisa en el rostro le dijo:
-Si quieres yo me puedo quedar contigo…
Y ella muy sorprendida, le dijo que si, con una enorme sonrisa…
-¿Cómo te llamas? – le pregunto la estrella.
Y ella con una enorme sonrisa le respondió
– Lu… Luna…
-Bueno Lu… Luna… es un gusto, los dos se miraron y empezaron a reír…
Esta era la primera vez que ambos sonreían. Yo soy sólo una estrella, nosotros no tenemos nombres, así que puedes llamarme estrella. Al caer la noche la estrella volvió a casa, y durante todas las noches se iba a jugar con la Luna, y en el día, solo dormía. Todas las noches la estrella cantaba para Luna.
-Gracias por estar conmigo a mi lado, muy nervioso, camino contigo, aunque sean incómodas mis palabras, que digo frente a ti, espero que siempre seas feliz. Todos los días oro, para que tus sueños se cumplan, y el cielo te bendiga. Lo siento, porque conociste a alguien como yo, sé que es triste, porque nunca aprendo y sigo y sigo fallándote, pero aun así, yo sigo amándote. A pesar de todo voy a estar a tu lado hasta la eternidad, incluso si es difícil voy protegerte. Ruego que nunca me separen de tu mano.
Porque el amor, puede ser tan extremo y desgastante. Incluso puede hacernos llorar, pero quiero pintar mis sueños con tu felicidad. Aunque soy malo, aunque soy imperfecto, aunque fallo en todos los sentidos, sólo tú puedes creer en mí. Sólo tú puedes perdonar a mi corazón, yo, sinceramente te quiero a ti, y juro guardar cada recuerdo tuyo, incluso los días en que lloramos… Gracias por estar siempre a mi lado…
La Luna, aplaudía y suspiraba desde su asiento, jamás había sido tan feliz. Quizás era, algo torpe y tonto, pero esto era amor. Pero, no todas las historias de amor tienen un final feliz, ya que, cuando crees alcanzar lo máximo de la felicidad, cuando estás en lo mejor de tu vida, llega el destino y te arrebata todo lo que has amado.
El Sol empezó a sospechar que algo extraño pasaba, ya que aquella estrella tan infeliz, ahora siempre andaba sonriendo. Así que una noche, apagó su luz y decidió seguirle en silencio, la sorpresa que tuvo cuando lo vio con la Luna fue enorme. Y pensaba dentro de sí, que si las demás estrellas sabían la verdad sobre la Luna, quizás muy pronto terminen dejándolo solo, en su angustia, urdió un plan para acabar con su preocupación.
Muy pronto el se dio cuenta, que aquella estrella, quizás sentiría algo muy especial por la Luna, así que se le acercó y le preguntó un día:
-Amigo, te veo preocupado, como si algo no andada bien, ¿Qué será? – pregunto el Sol con una sonrisa.
Y la estrella le dijo
– Hace poco conocí a alguien, y no sé porque, pero no dejo de pensar en ella. Y solo cuando sonríe soy feliz.
El Sol, poniendo su mano sobre el hombre de la estrella
...