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Informe de lectura de "Gratis total, periodismo fatal"


Enviado por   •  28 de Noviembre de 2016  •  Informe  •  1.853 Palabras (8 Páginas)  •  7.166 Visitas

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INFORME DE LECTURA CRÍTICO

Serrano, Pascual. “Gratis total, periodismo fatal”, en Atlántica XXII. N° 26, mayo de 2013.

Pascual Serrano es un periodista español, cofundador de “Rebelión” y otros medios alternativos. Autor de numerosos libros y artículos que abordan la temática de los medios de comunicación. Su artículo de opinión “Gratis total, periodismo fatal” fue publicado en una revista asturiana de información y pensamiento llamada “Atlántica XXII”.

El texto circula dentro del ámbito periodístico y trata sobre el papel que juega la gratuidad de la información en sistemas democráticos. Tiene como finalidad convencer al lector de que la buena información es imprescindible en un sistema democrático, y que cuesta dinero, por lo que la sociedad es responsable de buscar la forma de cubrir ese costo. El autor se expresa con términos provenientes del marco periodístico-económico al referirse al periodismo y los costos producción y difusión informativa. Contribuye así al campo de estudio de los medios de comunicación en sistemas democráticos.

Este artículo fue escrito en un contexto de actualidad, centrado en la tecnología e internet y cómo estas herramientas influyen en la difusión gratuita de la información. Con el auge de las redes sociales y la instantaneidad de las noticias, los lectores no se concentran en el significado profundo de lo que leen, y así los intereses ocultos detrás de las noticias pasan desapercibidos.

La inquietud de Serrano al momento de escribir este texto parte de la problemática acerca de cómo influye la gratuidad del acceso informativo en la democratización de la información. En respuesta a esto, el autor plantea como hipótesis que la gratuidad de la información no implica un avance en su democratización.

Por medio de este informe queremos manifestar que lo que propone Serrano es en gran parte cierto, pero que no por eso debería dejar de existir el acceso informativo gratuito para los lectores interesados que no tienen la posibilidad de pagarlo.

Para comenzar con el análisis del artículo, presentamos las argumentaciones que usa Serrano para fundamentar su hipótesis. En primer lugar, desmiente la postura de algunos sectores progresistas que están a favor de la gratuidad de la información. Alega que la información digital no es del todo gratuita porque mínimamente requiere el pago de un equipo informático conectado a internet; que al no pagar, el valor de la información procede de intenciones ocultas como no cobrar por escribir para un medio, a cambio de la promoción de una determinada ideología, imagen o interés; que si bien esto no es algo ilegal, atenta contra el valor informativo y la profesionalidad periodística; que algunas empresas del mundo tecnológico, informático y cibernético se están haciendo ricas a costa de la información gratuita; y que muchos organismos de gobierno le están dando prioridad a estas nuevas tecnologías en cuanto a presupuestos y gastos públicos, en lugar de a los soportes culturales tradicionales como las suscripciones a periódicos y revistas en las bibliotecas públicas.

En segundo lugar, señala que la idea de la información gratuita no está incluida dentro del concepto social progresista, como sucede con la de la sanidad o la educación públicas, que son servicios financiados por el estado. En este sentido, explica que si se utilizara presupuesto público para apoyar a la prensa no comercial o al desarrollo de los medios estatales, la mayoría de los partidos y la sociedad lo tomaría como un gasto en propaganda política gubernamental. Es por esto que Serrano analiza que de las tres vías de financiación posibles para que el periodismo y la información existan –los usuarios, el Estado y los anunciantes−, la única opción aplicable es la de los anunciantes, o de sectores empresariales a los que no les importe perder dinero con tal de lograr influencia ideológica. En relación a esto, el autor cita una frase del libro de Noam Chomsky y Edward Herman, “Los guardianes de la libertad”, que dice que en el siglo XIX la incorporación de la publicidad actuó como “un poderoso mecanismo debilitador de la prensa de la clase obrera”. Así Serrano observa que actualmente las empresas que se publicitan en los periódicos de difusión gratuita por internet, al ser estas las que generan todo el ingreso monetario, se convierten en las figuras que deciden quién sobrevive y qué se debe publicar para mantener su favor. El autor dice que por eso estos medios apuntan a vender cifras de lectores o espectadores en lugar de buen contenido informativo, ya que con la llegada de internet, reducen los costos mediante la disminución de la calidad, estableciendo así una especie de dogma de la producción de noticias a un costo de casi cero.

En tercer lugar, Serrano admite que el problema recae sobre los medios alternativos porque estos difícilmente van a acceder a la publicidad, las empresas no van a financiar contenidos críticos que no coincidan con su ideología. Esto da como resultado textos sin investigación, sin contraste de noticias y sin colaboradores, lo que desemboca en una mala calidad del periodismo alternativo. Sin embargo, estando aún obligados a difundir sus contenidos gratuitamente, estos medios defienden esa postura como valor progresista y, por lo tanto, buscan otros modos de solventar sus gastos como la venta de merchandising. Entonces el autor pregunta retóricamente si en verdad esto supone un avance en el libre acceso a la información. Por el contrario, afirma que existen medios de prensa verdaderamente alternativos que cuentan con el financiamiento de sus lectores, ya que estos creen en el proyecto y lo pagan. Aclara que ninguno de estos medios publica enteramente su contenido en la red. En cambio los medios masivos sí lo hacen, y nuevamente Serrano plantea como pregunta retórica si alguien en verdad cree que lo hacen por la “socialización de la información” o porque con el apoyo de sus anunciantes no necesitan el apoyo monetario de sus lectores.

Por último, el autor plantea que, si bien la aparición de internet supone cambios e implica gratuidad en muchos sentidos, no por esto se puede negar que la buena información cuesta dinero. Asegura que para mantener la permanencia de los medios alternativos, es decir, para contribuir al avance de la democratización de la información, es necesario buscar la manera de cubrir sus costos y exigir a los poderes públicos que garanticen una sociedad informada.

Sobre la base de sus argumentos, se puede ver que la ideología de Serrano se ubica a favor de la democratización de los medios y de la activación de la sociedad y el Estado como parte fundamental para lograrla. Muestra la importancia de priorizar la buena calidad de la información por sobre la mediocre impuesta por los intereses de grupos de poder, que acaparan la mayor parte de los medios informativos. Rechaza claramente sus políticas económicas propias del capitalismo y propone valorar el trabajo de los medios alternativos que realmente están interesados en el buen periodismo. En líneas generales coincide con el punto de vista de Ramonet en “Informarse cuesta”, que habla de la crisis de la prensa escrita, su pérdida de identidad y personalidad, las nuevas tecnologías que permitían la instantaneidad de la información; la repetición de los medios sin revisar las fuentes, y la importancia de la investigación a la hora de hacer periodismo, para que los lectores puedan apreciar mejor toda su complejidad.

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