Inteligencia Emocional
Enviado por LiliPxndozxLeite • 23 de Febrero de 2014 • 1.935 Palabras (8 Páginas) • 288 Visitas
Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo.
Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el
Momento oportuno. Con el propósito justo y del modo correcto, eso,
Ciertamente, no resulta tan sencillo.
Aristóteles, Ética a Nicómaco.
INTRODUCCION
El presente libro constituye una guía para conocer todas esas visiones científicas sobre la emoción, un viaje cuyo objetivo es proporcionarnos una mejor comprensión de una de las facetas más desconcertantes de nuestra vida y del mundo que nos rodea.
La meta de nuestro viaje consiste en llegar a comprender el significado —y el modo— de dotar de inteligencia a la emoción, una comprensión que, en sí misma, puede servirnos de gran ayuda, porque el hecho de tomar conciencia del dominio de los sentimientos puede tener un efecto similar al que provoca un observador en el mundo de la física cuántica, es decir, transformar el objeto de observación.
Nuestro viaje se inicia en la primera parte con una revisión de los descubrimientos más recientes sobre la arquitectura emocional del cerebro que nos explica una de las coyunturas más desconcertantes de nuestra vida, aquélla en que nuestra razón se ve desbordada por el sentimiento.
En la segunda parte, la siguiente parada importante de nuestro recorrido, examinaremos el papel que desempeñan los datos neurológicos en esa aptitud vital básica que denominamos inteligencia emocional.
Este modelo ampliado de lo que significa «ser inteligente» otorga a las emociones un papel central en el conjunto de aptitudes necesarias para vivir.
En la tercera parte examinamos algunas de las diferencias fundamentales originadas por este tipo de aptitudes: cómo pueden ayudarnos, por ejemplo, a cuidar nuestras relaciones más preciadas o cómo, por el contrario, su ausencia puede llegar a destruirlas; cómo las fuerzas económicas que modelan nuestra vida laboral están poniendo un énfasis sin precedentes en estimular la inteligencia emocional para alcanzar el éxito laboral.
Como muestra la cuarta parte de nuestro libro, las lecciones emocionales que aprendimos en casa y en la escuela durante la niñez modelan estos circuitos emocionales tornándonos más aptos —o más ineptos— en el manejo de los principios que rigen la inteligencia emocional. En este sentido, la infancia y la adolescencia constituyen una auténtica oportunidad para asimilar los hábitos emocionales fundamentales que gobernarán el resto de nuestras vidas.
La quinta parte explora cuál es la suerte que aguarda a aquellas personas que, en su camino hacia la madurez, no logran controlar su mundo emocional y de qué modo las deficiencias de la inteligencia emocional aumentan el abanico de posibles riesgos, riesgos que van desde la depresión hasta una vida llena de violencia, pasando por los trastornos alimentarios y el abuso de las drogas.
Esta parte también documenta extensamente los esfuerzos realizados en este sentido por ciertas escuelas pioneras que se dedican a enseñar a los niños las habilidades emocionales y sociales necesarias para mantener encarriladas sus vidas.
Si existe una solución, ésta debe pasar necesariamente, en mi opinión, por la forma en que preparamos a nuestros jóvenes para la vida. En la actualidad dejamos al azar la educación emocional de nuestros hijos con consecuencias más que desastrosas. Como ya he dicho, una posible solución consistiría en forjar una nueva visión acerca del papel que deben desempeñar las escuelas en la educación integral del estudiante, reconciliando en las aulas a la mente y al corazón. Nuestro viaje concluye con una visita a algunas escuelas innovadoras que tratan de enseñar a los niños los principios fundamentales de la inteligencia emocional.
Quisiera imaginar que, algún día, la educación incluirá en su programa de estudios la enseñanza de habilidades tan esencialmente humanas como el autoconocimiento, el autocontrol, la empatía y el arte de escuchar, resolver conflictos y colaborar con los demás.
Este libro de Inteligencia Emocional, nos explica como el éxito de una persona no depende de el inteligencia o de nuestros estudios académicos , si no de nuestra inteligencia emocional, según el autor es la capacidad de reconocer los sentimientos propios y los de los demás, para así manejar bien nuestras emociones y tener relaciones más productivas con quienes nos rodean, y que no nacemos con inteligencia emocional si no que nosotros mismos la podemos diseñar, y ejercer a través de nuestros conocimientos. Y la podemos apreciar en nuestra capacidad de hacer las cosas, nuestras habilidades, y nuestros talentos de cada uno de nosotros.
Nosotros como seres humanos tenemos y sentimos emociones, pero ¿cómo sabremos en qué momento hay que dejarnos llevar por nuestros sentimientos o por nuestros pensamientos? Por suerte y para nuestro bien o para nuestro mal, existen momentos en donde nos vemos que nos dejamos llevar por las emociones en donde nuestra inteligencia no es reflejada en la situación, algunas veces como por ejemplo: cuando uno de nuestros familiares o seres queridos sufre alguna circunstancia difícil en la cual no estábamos preparados o simplemente esta deprimido por alguna situación, ahí es donde entran mas y se reflejan nuestros sentimientos más que nuestros propios pensamiento, pero no solo nuestros sentimientos, en ocasiones tenemos impulsos o emociones que nos llevan a actuar automáticamente y cada una de estas emociones nos hace actuar de diferente forma un ejemplo de estos sentimientos es el miedo, tal vez este nos sea beneficioso y nos ayude a salvar nuestras vida ya que el tener miedo nos conduce a tener precaución de las cosas o simplemente estar ala defensiva, aun que creo que en algunos casos no nos ayuda ya que nos paralizamos y no podemos reaccionar ante una situación difícil, otro tipo de emoción es el amor, en este cada uno de nosotros tenemos nuestro propio significado de amor en mi punto de vista es un sentimiento el cual da tranquilidad y seguridad.
La tristeza es lo contrario de felicidad este nos provoca dolor y disminución de nuestra
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