Isabel Allende - resumen
Enviado por Aylen Olv • 24 de Abril de 2021 • Ensayo • 1.543 Palabras (7 Páginas) • 698 Visitas
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Isabel Allende
El oficio de Contar
En un diálogo directo al corazón de sus lectores de todo el mundo, la autora nos revela sus secretos a la hora de escribir. Confiesa cómo y por qué escribe, de donde vienen sus historias. El oficio de contar es tal vez el mayor regalo que Isabel Allende podía hacer para aquellos a los que llama, “Los locos que leen”.
La autora chilena nos expresa que su vicio de contar se manifestó muy temprano en su vida. Tan pronto aprendía a hablar empezó a torturar a sus dos hermanos con cuentos tenebrosos. Más tarde, sus hijos tuvieron que soportar el mismo martirio de los relatos espeluznantes. En su etapa adulta, sin embargo, los cuentos le han servido para seducir hombres.
Ella es una eterna desterrada, su suerte es andar de un sitio a otro, adaptarse y sobrevivir. Chile, su país inventado, el pueblo de sus recuerdos e imaginación, viajan con ella. Expreso su dolor por como la vieja casa de sus abuelos, la casona de adobe donde nació su madre, desaparecía y llegaban a su fin. Ya no vive en chile, pero su inspiración literaria, su necesidad de narrar, proviene de esos suelos.
Se crio en una casa donde las paredes estaban cubiertas de estanterías con libros. En la noche, le parecía oír desde su cama como los personajes se escapaban de las páginas y vagaban por las oscuras habitaciones, sus personajes llenaban el aire con sus aventuras.
Durante un terremoto, las estanterías se vinieron al suelo, comprendió que los personajes no podrían encontrar el camino de regreso a sus páginas y se verían forzados a buscar refugio en el primer volumen a su alcance. La imagen de los personajes exiliados de su propio libro la han perseguido desde entonces. A veces imagina que esos seres perdidos acuden a ella para que escriba una historia en la que ellos puedan sentirse a gusto.
La escritura es, para la autora, un intento desesperado de preservar la memoria, escribe para que no la derrote el olvido.
En los caminos quedan los recuerdos, por eso, sentarse ante su computadora es volver recordar todo lo que le marco en su vida, las decisiones y personas que tuvieron mucho que ver en su iniciación de las radionovelas, con cada una de ellas aprendió que la escritura es un mundo de comunicación.
Escribir ha sido su salvación en los periodos trágicos de su vida y es su manera de celebrar las épocas alegres. Comenta que debe inventar muy poco para sus novelas, porque la realidad es siempre más espléndida que cualquier engendro de su imaginación.
Un acontecimiento vulgar transformado en una verdad poética, en eso consiste a menudo la escritura: encontrar tesoros ocultos, dar brillo a los hechos gastados y revitalizar el alma desesperada mediante el soplo de una imaginación.
El 8 de enero de 1981, recibe la triste noticia que su abuelo agonizaba, eso incentivo a agarrar su máquina de escribir y realizar una carta espiritual, que él no podría leer. Esa noche sus dedos volaron, no lo entendía, pero siguió para ver hasta donde ese trance podía detenerse. Pasó el tiempo y ya no era una carta, era un libro. La soledad y la nostalgia motivo ‘’La casa de los espíritus’’, aquella primera novela cambió su destino y la iniciaron en el mundo sin retorno de la literatura.
Cada 8 de enero, cuando comienza otro libro, lleva a cabo una breve ceremonia, luego pone los dedos en las teclas y deja que la primera frase se escriba sola, tal como ocurrió la primera vez.
Sus libros se gestan a partir de una impresión o una emoción profunda que la acompaña por un largo tiempo y no de una simple idea, no elige el tema, el la escoge a ella. Tampoco inventa los personajes, cree que existen en una dimensión misteriosa, esperando que alguien los traiga a la realidad.
Isabel Allende plantea que una novela larga y el desafío de un cuento corto, son dos géneros muy distintos. En una novela uno crea un universo, lo que importa es la impresión general, se necesita tiempo, concentración y ojo para los detalles. Un cuento, en cambio, no hay tiempo ni espacios para errores, todo se nota. Si no está bien a la primera, es mejor dejarlo. Exige inspiración y buena suerte.
Es dedicar tiempo y disciplina, deja que sus dedos empiecen a escribir por si solos, como la primera vez, la historia y sus personajes se va definiendo de forma natural. La realidad se le desdibuja, cree oír voces, ver fantasmas. El tiempo se enreda, pero ella piensa que el tiempo no corre, sino que nosotros pasamos a través del tiempo; y que la habitación puede estar llena de fantasma de diferentes épocas, y todo lo que ha sucedido y sucederá coexiste en un presente eterno.
Isabel Allende comenta que no puede separar su vida, de su trabajo. Su vida se hace al escribirla, lo que no escribe se lo borra el viento. No distingue la realidad cotidiana de la ficción, cree que todo lo que escribe es verdadero y si no lo es ahora, será mañana.
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