LA PROFESIÓN DEL HISTORIADOR
Enviado por anamsolla • 8 de Diciembre de 2017 • Resumen • 2.345 Palabras (10 Páginas) • 208 Visitas
En los diversos capítulos de este libro, el autor reflexiona sobre la profesión de historiador y de sus principales problemas, denominados “hambre de historia”, sobre el reconocimiento de la historia como literatura, de las relaciones entre la historia y la novela, sobre el futuro de la profesión y sobre el cambio de era y su repercusión sobre la historia.
Capítulo I. LA PROFESIÓN DEL HISTORIADOR
Apartado 1. Este capítulo comienza con un breve apartado dedicado a la aparición de la conciencia histórica. Lukacs se pregunta sobre el estado de la narración hoy en día y señala que, después del renacimiento, se sitúa lo que él denomina “el surgimiento de la conciencia histórica en la Europa Occidental”, lo que significó un cambio de mentalidad y de vocabulario.
Por último, Lukacs señala que durante el siglo XVIII la historia empezó a florecer como literatura, pero la enseñanza de la historia no estaba institucionalizada y no existían historiadores profesionales.
Apartado 2. En este apartado, el autor empieza comentando brevemente la historia de la historia profesional y a continuación establece una breve relación sobre la consideración de la historia en los últimos siglos (en el siglo XVIII la historia era considerada una forma de literatura, en el siglo XIX era considerada como una ciencia y en el siglo XX pasó a ser considerada una ciencia social).
Apartado 3. Lukacs, en el tercer apartado del primer capítulo, comenta la consideración de la historia como ciencia social, principalmente en la primera mitad del siglo XX.
Más adelante, el autor dedica un amplio comentario a los historiadores profesionales norteamericanos de orientación progresista, quienes defendían que la historia era una ciencia social. Para él, el progresismo norteamericano no era en realidad moderno ya que aceptaba una visión materialista del hombre y de la historia próxima al marxismo del siglo XIX.
Apartado 4. Este apartado está centrado en el tema de ser historiador en la época actual dominada, según el autor, por la crisis. Lukacs empieza comentando el carácter estadounidense e ilusorio de la visión de la historia como ciencia social. En su opinión, el siglo XX fue un siglo dominado por los norteamericanos, ya que a medida que avanza el siglo eran cada vez más los historiadores que alcanzaban fama y reconocimiento internacional. Lukacs atribuye parte de este éxito a los contenidos de las investigaciones, a la calidad de las bibliotecas de archivos norteamericanas y a la llegada a EEUU de muchos pensadores procedentes de Europa.
Más adelante, Lukacs comenta que para algunos historiadores la búsqueda de nuevas técnicas y métodos aparece asociada al deseo de hacer una historia más científica, y afirma que aunque en el pasado ya existían excelentes historiadores dedicados a la historia social, los libros y los artículos de esta disciplina aumentaron de forma espectacular desde 1970.
El autor reconoce que hoy en día existen historiadores profesionales que, en su opinión, escriben una historia excelente.
Apartado 5. En el último apartado de este capítulo, Lukacs destaca la opinión del famoso pensador Huizinga, que afirma que el pensamiento histórico ha penetrado en todo el ser humano.
Este capítulo acaba con una cita del filósofo Julián Marías, que insiste en el papel fundamental del pensamiento histórico.
Capítulo II. PROBLEMAS PARA LA PROFESIÓN
Apartado 1. Lukacs inicia este segundo capítulo hablando de la definición de “Historia” que hace el diccionario de la Real Academia Francesa en su edición de 1964. Para él, esa definición de historia pertenece a una era aristocrática ya pasada y reproduce una cita de Shakespeare que afirma que la vida de todos los hombres constituye una historia. El autor afirma que toda persona es una persona histórica y que cada fuente es, a menudo, una fuente histórica, pero recurre a una cita del
filósofo Kierkegaard que afirma que la verdad absoluta solo le pertenece a Dios, y a los hombres solo les queda la búsqueda de la verdad, la cual no permanece inalterable con el paso del tiempo. Lukacs reconoce que en la era democrática actual hay que tener en cuenta las circunstancias de la vida material, pero también las ideas y las creencias de grandes masas de personas en cuyo nombre se hace la historia, lo que supone problemas complicados para los historiadores profesionales.
Apartado 2. Este apartado está centrado en Tocqueville, un político y escritor francés, y en su obra “La democracia en América”.
Apartado 3. Lukacs inicia este apartado con un comentario sobre los cambios de los temas de la historia desde la historia política de EEUU propia del siglo XIX a la historia de los pueblos característica del siglo XX.
Según el autor, el pueblo no tiene ideas, sino que las elige, y la opinión pública en el siglo XIX era la opinión que sostenían las clases medias y altas, que constituían las minorías más influyentes de la sociedad. Sin embargo, desde principios del siglo XX, lo que se tiene en cuenta no es la opinión pública, sino “los sentimientos populares” que, según Lukacs, aparecen mediatizados por la publicidad.
Finalmente, el autor afirma que en el siglo XX existe un grave problema de documentación, ya que el número de fuentes históricas resulta excesivo e inmanejable y su calidad es inferior con respecto a los siglos anteriores.
Apartado 4. Este apartado está dedicado a lo que el autor denomina “el sentimiento de las naciones”. Lukacs critica el escaso interés de la historiografía actual por el estudio de la diplomacia y las relaciones entre las naciones y considera que lo que antes de denominaba “historia diplomática” ahora se denomina “política internacional”.
Más adelante hace una comparación entre el ser humano y la nación y añade que las características y tendencias de una persona o nación difícilmente pueden separarse del conocimiento que tienen de sí mismos.
Por último, el autor afirma que cuánto más reciente es un estado nacional, más pobre e inmaduro es su nacionalismo.
Apartado 5. Lukacs comenta en este quinto apartado del segundo capítulo, lo que denomina “estructura de los sucesos” y hace referencia a los cambios experimentados por esta en el siglo XX. El autor señala que la historia era, es y será impredecible y comenta que los historiadores de la época aristocrática tendían a exagerar la importancia de determinados individuos en la historia, mientras que en la era democrática acostumbra a atribuir gran parte de la historia a causas generales más complicadas y difíciles de conocer. En consecuencia, estos historiadores tenderán al determinismo.
Apartado 6. Lukacs comenta y critica lo que denomina “modas pasajeras”
...