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LA VIDA ES SUEÑO


Enviado por   •  14 de Marzo de 2012  •  37.817 Palabras (152 Páginas)  •  501 Visitas

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LA VIDA ES SUEÑO

CALDERON DE LA BARCA

Personas que hablan en ella.

ROSAURA, dama

SEGISMUNDO, príncipe

CLOTALDO, viejo

ESTRELLA, infanta

SOLDADOS

CLARÍN, gracioso

BASILIO, rey

ASTOLFO, príncipe

GUARDAS

MÚSICOS

Jornada primera

Sale en lo alto de un monte ROSAURA en hábito de hombre, de camino, y en representando los primeros versos va bajando.

ROSAURA.

Hipogrifo violento,

que corriste parejas con el viento,

¿dónde rayo sin llama,

pájaro sin matiz, pez sin escama

y bruto sin instinto

natural, al confuso laberinto

de esas desnudas peñas te desbocas,

te arrastras y despeñas?

Quédate en este monte,

donde tengan los brutos su Faetonte

que yo, sin más camino

que el que me dan las leyes del destino,

ciega y desesperada,

bajaré la cabeza enmarañada

deste monte eminente

que arruga el sol el ceño de la frente.

Mal, Polonia, recibes

a un extranjero, pues con sangre escribes

su entrada en tus arenas;

y apenas llega, cuando llega a penas.

Bien mi suerte lo dice;

mas ¿dónde halló piedad un infelice?

Sale CLARÍN, gracioso.

CLARÍN.

Di dos, y no me dejes

en la posada a mí cuando te quejes;

que si dos hemos sido

los que de nuestra patria hemos salido

a probar aventuras,

dos los que entre desdichas y locuras

aquí habemos llegado,

y dos los que del monte hemos rodado,

¿no es razón que yo sienta

meterme en el pesar y no en la cuenta?

ROSAURA.

No quise darte parte

en mis quejas, Clarín, por no quitarte,

llorando tu desvelo,

el derecho que tienes al consuelo;

que tanto gusto había

en quejarse, un filósofo decía,

que, a trueco de quejarse,

habían las desdichas de buscarse.

CLARÍN.

El filósofo era un borracho barbón.

¡Oh, quién le diera

más de mil bofetadas!

Quejárase después de muy bien dadas.

Mas ¿qué haremos, señora,

a pie, solos, perdidos y a esta hora

en un desierto monte,

cuando se parte el sol a otro horizonte?

ROSAURA.

¡Quién ha visto sucesos tan extraños!

Mas si la vista no padece engaños

que hace la fantasía,

a la medrosa luz que aún tiene el día

me parece que veo

un edificio.

CLARÍN.

O miente mi deseo,

o termino las señas.

ROSAURA.

Rústico nace entre desnudas peñas

un palacio tan breve

que el sol apenas a mirar se atreve;

con tan rudo artificio

la arquitectura está de su edificio

que parece, a las plantas

de tantas rocas y de peñas tantas

que al sol tocan la lumbre,

peñasco que ha rodado de la cumbre.

CLARÍN.

Vámonos acercando;

que éste es mucho mirar, señora, cuando

es mejor que la gente

que habita en ella generosamente

nos admita.

ROSAURA.

La puerta

(mejor diré funesta boca) abierta

está, y desde su centro

nace la noche, pues la engendra dentro.

(Suena ruido de cadenas.)

CLARÍN.

¡Qué es lo que escucho, cielo!

ROSAURA.

Inmóvil bulto soy de fuego y yelo.

CLARÍN.

Cadenita hay que suena.

Mátenme, si no es galeote en pena;

bien mi temor lo dice.

Dentro SEGISMUNDO.

SEGISMUNDO.

¡Ay mísero de mí! ¡Y ay infelice!

...

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