LOLITA ¿VICTIMA O PROVOCADORA?.
Enviado por karenalvarez88 • 5 de Diciembre de 2016 • Ensayo • 2.427 Palabras (10 Páginas) • 486 Visitas
ÁLVAREZ LUGO KAREN VIRGINIA
LITERATURA MUNDIAL CONTEMPORANEA
10/06/16
LOLITA ¿VICTIMA O PROVOCADORA?
“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes: Lo. Li. Ta" (Lolita 5)
Así es como comienza la obra de V. Nabokov Lolita, una obra que fue catalogada como erótica y pornográfica por el hecho de que el tema de la obra fuera la relación de un hombre mayor y una niña de apenas doce años. Para algunos autores, en este caso Vargas Llosa la obra va más allá de este aspecto por el que ha sido visto por muchos años y cito “…conviene situarla donde le corresponde, es decir, entre las más sutiles y complejas creaciones literarias de nuestro tiempo. Lo cual no significa por cierto que no sea, también, un libro provocador.” (Vargas Llosa 65)
¿A caso una niña de doce años es seductora y provocativa? O es sólo que esta definición se le dio por el término que Humbert Humbert (H.H) personaje principal de la novela Lolita acuña a la descripción de Dolores Haze como ninfa o nínfula: "Entre los límites temporales de los nueve y catorce años surgen doncellas que revelan a ciertos viajeros embrujados, dos o más veces mayores que ellas, su verdadera naturaleza, no humana sino de ninfas (o sea demoníaca); propongo llamar nínfulas a estas criaturas escogidas.” (Lolita, 10)
Aunque para Vargas Llosa aquel término no fue acuñado por V. Nabokov en su obra Lolita sino que esta es sólo aquella que rompió todas las ambigüedades que existían para aquel término.
La nínfula (término que por una razón acústica carece de toda la ambigüedad perversa e incitante del neologismo original: the nimphet) no nació con el personaje de Nabokov. Existía, qué duda cabe, en los sueños de los pervertidos y en las ansias, ciegas y trémulas, de las niñas inocentes, y la evolución de los hábitos y la moral la iba cuajando, irresistiblemente. Pero, gracias a la novela, perdió su semblante vago y se corporizó, abandonó su clandestinidad nerviosa y ganó derecho de ciudad. (Vargas Llosa, 65)
Una de las portadas que más impacto tuvo para la representación de la obra de V. Nabokov, fue aquella que mostraba a una niña (“la actriz Sue Lyon la cual después de interpretar este papel y crecer no fue vista otra vez con buenos ojos, ya que siempre fue vista como Lolita de la representación cinematográfica por parte de Stanley Kubrick”) (Darío Rodríguez) con lentes en forma de corazón dejando a la imaginación de las personas de que lolita era una niña precoz y seductora tal como lo indica la definición de su nombre, dejando a un lado el hecho de que fue corrompida sexualmente a su corta edad mientras que la vemos a través de los ojos de H.H. Incluso H.H hace justificación de haberse enamorado de lolita utilizado figuras literarias como lo es Dante, Petrarca y Poe que de igual manera se enamoraron de mujeres muy jóvenes a las que dedicaron sus obras y parte de sus vidas. Lo que me lleva a otra pregunta ¿Es justificable aquella perversión si las ninfas son creadoras del arte? Al punto de vista de Nabokov, Humbert es un ser despreciable incluso en la mente de su creador, y gracias a una entrevista que el autor tuvo con Bernard Pívot podemos ver que Lolita, es sólo un personaje dañado que fue degradado por sus representaciones cinematográficas
Lolita es una niña de 12 años, mientras que Humbert es un hombre maduro, y el abismo entre su edad y la edad de la niña produce el vacío entre ellos; atracción de un peligro mortal. (...) Fuera de la mirada maniaca del señor Humbert no hay nínfula. Lolita, la nínfula, sólo existe a través de la obsesión que destruye a Humbert. Éste es un aspecto esencial de un libro singular que ha sido falseado por una popularidad artificiosa. (V.Nabocok)
“Desde el punto de vista jurídico, Lolita es un crimen; desde el punto de vista literario una historia de amor;” (Juan Villoro). Así es como describe Juan Villoro la historia de Dolores Haze y Humbert Humbert. ¿Era amor lo que sentía lolita? O lo que ella buscaba era una forma de escapar de la realidad con un hombre que parecía ser bueno. No puedo afirmar ninguna respuesta puesto que para esto necesitamos saber la versión de Dolores quien jamás habla en primera persona para hacer referencia a sus actos. Lo que sí puedo afirmar gracias al libro es que ella jamás amo a H.H “—No –dijo–, no puedo pensar siquiera en eso. Antes preferiría volver con Cue… Quiero decir... No encontró las palabras. Se las proporcioné mentalmente («Él me destrozó el corazón. Tú apenas me destruiste la vida»). (Lolita 163)
¿Cómo era Dolores? Es decir ¿Cómo era aquella ninfa que inspiraba el deseo en un hombre? ¿Qué era aquello que encontraba de encantador H.H en la figura de Lolita? “Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Lolita” (Lolita. 6) o en palabras de Juan Villoro Lolita era así
Vladimir Nabocov trazó un personaje tan emblemático como Werther, Don Juan, Hamlet, Fausto, Emma Bovary o Tirano Banderas. Ajeno a los temas ampulosos, creó un mito improbable: una niña caprichosa, calcetines sucios, con una inolvidable cicatriz en el tobillo, dejada por un patinador; una “consumidora ideal”, siempre dispuesta a mascar chicle mejor publicitado, que al ver el zapato de una víctima en un accidente automovilístico comenta con frialdad mercantil: “ése era exactamente el mocasín que quise describirle al empleado de aquella tienda”; una mezcla de madurez a destiempo e inocencia vulnerada; una vampiresa accidental, a punto de regresar a su condición de niña solitaria; una tenista veleidosa, que arriesga más en su segundo saque; una experta en bailar con el aro en la cintura; una conocedora de todo lo que le gusta y le duele a los mayores; una tirana del deseo incapaz de beneficiarse de sus poderes; la más regular de las musas.” (Juan Villoro)
Lolita una niña que a los ojos de todos sólo era Dolores Haze incluso para los del propio Villoro y los de su creador V. Nabocov pero que a los ojos de H.H era una nínfula que lo incitaba a estar cerca de él. Si bien, la obra en sí no es una novela que contenga descripciones explicitas sobre las escenas de sexo entre ambos protagonistas. El autor juega con las palabras para crear un ambiente creíble, ya que es la manera de escribir de V. Nabocov, de una forma que cada cosa dicha sea de suma importancia para el lector. Aquellas personas que en su tiempo se acercaron al libro creyendo que encontrarían algo como el Marqués de Sade se equivocaron porque pese al tema controversial del libro no encontrarán en él descripciones de carácter fuerte.
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