La Etnografia Y El Maestro
Enviado por mariiiacortesss • 1 de Abril de 2014 • 1.215 Palabras (5 Páginas) • 300 Visitas
La Etnografía y el Maestro
La enseñanza y la investigación educativa no han gozado de una feliz asociación. A muchos maestros, gran parte de la investigación educativa les parece que no tiene razón de ser. Apenas participan en la iniciación y conducción de la investigación. Los problemas seleccionados para el examen no son sus problemas. Se los define con muy escasa atención a las complicaciones cotidianas de la tarea del maestro y se los expone en una jerga incomprensible en medio del misterio metodológico. A continuación reproducimos un comentario típico de un maestro.
«Algo en ello parece muy artificial. Parece un simple medio para un fin. Un trozo de papel que se entrega al final a la persona que ha realizado la investigación, para probar que ha dejado satisfechos a los examinadores. La investigación real carece de significa- do en sí misma, y es ajena al trabajo concreto de cualquier maestro... No me parece que se tome siempre realmente en serio al maestro en la clase... y tanta teoría... no tiene mucho que ver con la realidad de lo que sucede en una aula o en una escuela.» (Citado en May y Rudduck, 1983)
Una de las razones principales de este abismo entre maestros e investigadores reside, me temo, en el simple hecho de que gran parte de la investigación educativa no ha sido realizada por maestros. Por el contrario, se ha originado en el interior de un cuerpo de conocimiento relacionado con disciplinas tales como psicología, sociología y filosofía y sus intereses teóricos (véase también Adelman, 1985). No se trata de que sea ajeno al interés de los maestros, sino de que, para que el objetivo principal de la investigación atañera a la práctica del maestro, tendría que ser orientada de otra manera, así como habría que aclarar también los nexos vinculantes. Los maestros podrían quejarse de exceso de filosofía y de teoría y de falta de atención suficiente al modo en que la investigación se relaciona con la práctica. Podrían además, acusar a los investigadores de no explicarse adecuadamente. Los investigadores podrían argumentar que únicamente los maestros son capaces de interpretar la pertinencia de cualquier estudio para la práctica del aula, pues únicamente ellos tienen experiencia en los múltiples factores diferentes que confluyen en la forma de decisiones en una situación real. Entre ellos, a menudo se pierde el significado práctico del trabajo.
La situación ideal es en principio la de amalgamar en una misma persona ambas funciones: la producción de conocimiento y la demostración de su aplicabilidad a la práctica educativa. En este sentido ha habido un movimiento desde ambos extremos: del lado de la investigación, una salida académica en forma de «maestros de maestros», y del lado de la docencia dando lugar a los «maestros-investigadores» (STENHOUSE, 1975). Sin embargo, ambos papeles están aún firmemente localizados en sus respectivas esferas, con todos los problemas limítrofes concomitantes. ¿Pueden los investigadores o los profesores formadores de maestros apreciar realmente la práctica docente sin una experiencia propia y continuada de ella? ¿Pueden, por otro lado, los maestros y otros profesionales, sin una disposición mucho mayor de tiempo libre, comprometerse en cualquier investigación que valga la pena?
Muchas son las dificultades, pero lo que subyace a este capítulo es la creencia de que precisamente en esto reside la mejor esperanza de salvar el hiato. Los capítulos posteriores apuntarán a ayudar, tanto a maestros como a otros profesionales e investigadores, a adquirir un enfoque particularmente útil de la investigación para este tipo de esfuerzo. Para justificar lo que hemos dicho acerca de la potencialidad de la síntesis en etnografía, es menester considerar primero la índole del conocimiento pedagógico.
Conocimiento pedagógico
En primer
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