La Hija Del Adelantado

Don Pedro de Alvarado regresa a Guatemala como Gobernado de Santiago de los Caballeros de Guatemala, elevado a la categoría de “adelantado” por sus conquistas. Llegó a la ciudad acompañado de su segunda esposa Doña Beatriz de la Cueva, hermana de su difunta primera esposa, de nombre Francisca de la Cueva. También lo acompaño en este retorno su hija Doña Leonor Alvarado Xicotencal y su cuñado don Francisco de la Cueva.

Doña Leonor Alvarado Xicotencal estaba prometida en matrimonio con Don Francisco de la Cueva, aunque ella estaba en secreto enamorada de Don Francisco Portocarrero, sin embargo entendía la imposibilidad de rebelarse ante esta situación por lo que era un amor callado y lo que hizo era decirle a su papa que deseaba tomar los hábitos en un claustro, ya que prefería eso que llevarle la contraria a su papá y a su madrastra Doña Beatriz de la Cueva.

Don Pedro Portocarrero, amigo entrañable y fiel del gobernador ama a su vez a Doña Leonor, comprendiendo sin embargo que no podía este amor realizarse. El amor de esta pareja se ve amenazado no solamente por la promesa de el adelantado a su cuñado sino también por los chismes y hechicería de Agustina Córdova y su fiel amigo el Dr. Juan Peraza, herbolario, que compartía con Agustina el secreto inconfesable de haber asesinado entre ambos por medio de un veneno al esposo de la primera.

En el afán de separar a esta pareja, cometieron una infinidad de delitos desde mentiras hasta brebajes. Sabiéndose la verdad hasta casi finalizada la novela.

Don Pedro Portocarrero tiene a su vez otro enemigo, Veeder Gonzalo Ronquillo quien lo envidia profundamente y en vez de estarle agradecido por haberle salvado previamente la vida, le tiene un odio feroz, buscando siempre la oportunidad de deshacerse de este personaje.

Gonzalo Ronquillo intimo amigo de Castellanos, forman parte de los conspiradores en contra de el Adelantado, Esta funesta pareja intenta en un torneo provocan un confuso incidente en el que Don Pedro Portocarrero es mal visto y se ve obligado a pedirle una disculpa pública a Gonzalo Ronquillo. Lo salva de esta humillación la intervención de Pedro Rodríguez que fue testigo cuando Don Gonzalo y Castellanos entraron donde estaban las armas resguardadas antes del mencionado torneo, al saberse esta situación Don Pedro Portocarrero se ve librado de la humillación provocando que Ronquillo lo odie más todavía.

El Dr. Peraza a su vez está obsesionado con el amor de la íntima amiga de Doña Leonor, Doña Juana de Artiga recurriendo al uso de brebajes para cambiar el odio por amor. Esta obsesión incluso lo llevó a que liberándose de la prisión, se atreviera a secuestrarla a Doña Juana de Artiga, casi provocándole la muerte, en un giro del destino se cambia esta situación siendo él que termina encerrado sin posibilidad de liberación y muriendo

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