La Magia De Escribir
Enviado por MiaLMDR18 • 25 de Enero de 2014 • 2.671 Palabras (11 Páginas) • 318 Visitas
EN EL PRINCIPIO FUE LA EXPRESIÓN
El hombre expresa lo que siente a través de la palabra. Expresar es lo mismo que exprimir, ya que saca algo de algo mediante presión.
Sólo se sabe algo cuando se tiene la respuesta preparada en la memoria, no cuando hay que buscarla o conseguirla uniendo informaciones dispersas.
Los psicólogos llaman “conocimiento inerte” a cuando nos dedicamos a narrar lo que tenemos en la memoria, en vez de transferir conocimientos de una asignatura a otra, de captar relaciones, sacar conclusiones, etc. Esta pasividad intelectual nada tiene que ver con la curiosidad natural del hombre, con su impulso de exploración, de invención, de recreación.
La inteligencia y el lenguaje están estrechamente unidos, tomamos posesión del mundo mediante el lenguaje, nuestro pensamiento es lingüístico, por ello la incapacidad de articular la experiencia en un discurso articulado es un fracaso de la inteligencia. Las cosas existen cuando logramos nombrarlas de alguna forma, a partir de ahí la inteligencia juega consigo misma y al final logra transformar la realidad antes nombrada dándole un nuevo significado.
Actualmente en pleno cambio educativo se entiende que una de las competencias básicas que tienen que adquirir los niños es la lingüística, entendida como la adquisición de habilidades lingüísticas o comunicativas que ayuden a resolver los problemas complejos que demanda la sociedad actual.
Como dijo Emilio Alarcos “en vez de tanto análisis sintáctico, la escuela debería centrarse en la práctica de la Lengua, en leer, hablar, y escribir bajo tutela y corrección, ya que de la carencia que hay de no enseñar esto es por lo que hay mucha pobreza en el uso del lenguaje, la falta de claridad, la incapacidad para decir exactamente lo que uno quiere decir”
Esta competencia es básica porque enseñar el lenguaje es enseñar a usar el lenguaje, a usar la inteligencia.
La lógica nos enseña que el pensamiento lógico es necesario para pensar formalmente bien, pero esto no nos garantiza que estemos pensando bien porque esto dependerá de muchas otras cosas. Cuando hablamos de escribir bien no sólo nos referimos a hacerlo bonito, puesto que en muchos contextos expresarse bien es pensar bien, pensar lógicamente y muchas cosas sólo pueden pensarse escribiéndolas.
Por ello proponen entender la enseñanza del lenguaje como energía, no como los tratados de lingüística a los que estamos tan acostumbrados y que quedan muy lejos de la verdadera función del lenguaje. Sería una clase de lengua más parecida al entrenamiento de los bailarines o tenistas o jugadores de baloncesto, cuyo objetivo sería adquirir musculatura, agilidad, eficacia, gracia y destreza mediante la práctica.
Las funciones del lenguaje son tales como: pensar, convencer, informar, ordenar, conmover, preguntar y jugar. “Expresarse bien es, también, pensar bien”.
Los niños, mientras aprenden a hablar, se divierten jugando con el lenguaje. Este primer contacto tendría que durar para siempre; los adultos disfrutaríamos del uso lúdico del lenguaje y la expresión para que nuestra inteligencia permanezca activa y creadora.
¿QUIÉN HABLA?
Luis Vives dice que el lenguaje es la expresión del alma entera, por ello podemos decir que mediante el lenguaje se va constituyendo la personalidad, lo que Bajtín, lingüista ruso, estudió con gran entusiasmo.
Así Bajtín descubrió que nuestra habla interior tiene dos formas de discurso: el monólogo y el diálogo.
El niño antes de hablar ya forma significados; oye una palabra e intenta relacionarla con alguno de los significados que ya ha expresado, o por el contrario, procura inventar significados que se corresponden con la palabra que escucha. Así podemos deducir que la inteligencia siempre crea sentidos, unas veces por encargo y otras espontáneamente.
Es emocionante vivir junto a los niños el proceso de aprender hablar: desde que nacen ya tienen la necesidad de expresarse; están perfectamente diseñados para ir adquiriendo habilidades expresivas: juegan, tantean, se divierten, y esperan las respuestas a sus balbuceantes expresiones. Es como si estuvieras reviviendo la invención del lenguaje, cuando un grupo de hombres y mujeres comenzaron lentamente a comunicarse entre ellos.
El niño nos ha tenido que adivinar siempre, pero ahora cuando comienza a hablar, somos nosotros quienes tenemos que adivinarle a él, lo que quiere decir, especialmente cuando usa expresiones “holofrásticas”, es decir, frases de una sola palabra con las que el niño cree que está comunicando todo lo que quiere decir o piensa. El niño disfruta aprendiendo el lenguaje, se siente mejor al poderse comunicar con adultos.
Hablamos con nosotros mismos, pero también dialogamos con nosotros mismos. Uno de los protagonistas es mi voz personal, y otro sin embargo, es la voz que evalúa mis pensamientos. De la unión de ambas va a resultar la voz creadora. Como maestros tenemos que conseguir mejorar ambas voces, porque si enseñamos a hablar bien estamos educando el yo ocurrente.
Lo expertos recomiendan que se enseñe a los niños pequeños el léxico de los sentimientos, para que puedan hablar de lo que sienten. Según los psicólogos, la expresión se los sentimientos es muy importante ya que hablando, los niños, se sienten comprendidos, escuchados y protegidos.
La conversación es un intercambio de sentimientos, informaciones, pensamientos, en el que los temas no tienen un fin, ya que aparecen y desaparecen, se van cambiando de uno a otro, y es necesaria para la vida. Por el contrario el diálogo es importante para el conocimiento y suele tener una finalidad.
La palabra es la herramienta de todo educador, mediante ella podemos guiar a los alumnos hacia el conocer y la acción. Para ello, es necesaria una retórica pedagógica que sepa cambiar los sentimientos, fomentando la educación en la curiosidad, el premio, el reconocimiento, la motivación del logro, el interés, la intriga, el placer del descubrimiento, el sentimiento de pertenencia a una comunidad, la competencia, el ánimo, la sorpresa y la admiración. Es en resumen, educar la inteligencia emocional.
BREVE HISTORIA DE LA ESCRITURA
Siempre ha habido grupos humanos que han desarrollado un lenguaje, el ser humano necesita mejorar su capacidad de manejar símbolos, de comunicarse, de guardar información, y esta necesidad fue alumbrando las palabras, la sintaxis.
Del hablar se pasó al escribir, y este es un logro fundamental en la historia de la humanidad, que surge del ansia de dejar constancia de nuestro paso, dejar huella de lo vivido. Se buscaba la permanencia gráfica de la palabra, de ahí surgieron los alfabetos, y no importaba que no hubiese papel, se utilizaba
...