La Quinta Montaña

Empecé a leer “La Quinta Montaña” de Paulo Coelho unas semanas atrás. Me recordé que hace unos 4 o 5 años este escritor era muy famoso, y todas mis amigas leían “Veronika decide morir” o “A Orillas del Río de Piedra me senté y Lloré”. Una de ellas me regaló un libro de este autor (de hecho, ya no me acuerdo del nombre) y mis papás me lo quitaron. Decían que no era apropiado para alguien de mi edad, en ese entonces tenía 15 años. Coelho generaba controversias, y no entendía por que. Sin embargo, luego de esto, nunca me llamo la atención leer algún libro suyo.

Este es mi segundo año de universidad, y en un curso nos asignaron este libro, “La Quinta Montaña”. Al principio pensaba, “que aburrido, Paulo Coelho”, pero apenas lo empecé a leer y no me pude despegar. Este libro habla de muchas cosas significativas para mí, que a lo largo de estas páginas iré expresando.

La historia habla sobre Elías, un personaje de la Biblia. Elías es profeta en Israel, desde pequeño, ha tenido charlas con los ángeles de Dios, las cuales hacían preocupar a sus padres. Ellos llevaron a Elías con un sacerdote que les dijo que Elías “se exaltaba con la voz de Dios” (en aquel entonces así se les llamaba también a los profetas). Los padres querían esconder lo que era Elías y poco a poco, sus visiones fueron disminuyendo. Al cumplir 18 años, Elías puso una carpintería para ganar un poco de dinero, le gustaba trabajar con madera y tenía muchos proyectos, siempre estaba ocupado. Las ciudades en esta época, por lo que leí en el libro, estaban muy interesadas en el comercio, así que Elías ganaba bien. Pero un día todo se oscureció, y de pronto apareció una luz muy fuerte: un ángel. El ángel le dijo que tenía que hablar con los reyes, para que las costumbres de Baal (dios extranjero) se acabaran. De no ser así, no volvería a llover.

El rey de Israel, Ajab, se casó con Jezabel, una princesa proveniente de otra ciudad, que quería implementar su religión en la ciudad de Ajab. Esto incluía adorar a Baal. Así que Elías fue y hablo con los reyes, quedó impactado con la belleza de Jezabel, pero sin embargo ésta mando a matar a todos los profetas que existieran en Israel, si no se convertían y adoraban a Baal. Elías estuvo escondido por un tiempo en el establo, cuando decidió que debía morir, el nunca iba a cambiar a su Dios. Salió del establo y un soldado de Jezabel le disparó una flecha, pero fue a parar a otro lado. Esta era la oportunidad de Elías para vivir, para seguir su camino, sabía que Dios aún tenía algo preparado para el. Así que se acercó a un río, el Querite, y se quedó ahí por unos días, pensando que en los siguientes días no iba a correr agua por ahí. Fue entonces cuando tuvo otra visión, un ángel le decía que una mujer viuda lo iba a acoger, le iba a dar comida, bebida y reposo. Y así lo hizo tanto Elías, como la mujer.

Al estar Elías en la casa de la viuda, los vecinos se dieron cuenta del extranjero y lo comentaron con las autoridades del pueblo, quienes lo mandaron a llamar y lo interrogaron. Elías les dijo que estaba huyendo de la princesa Jezabel, quien perseguía a todos los profetas por creer en Dios. Asñi que las autoridades decidieron que Elías podía permanecer en la casa de la viuda, pero cuando estuvieran en deuda con la princesa, pagarían con la cabeza del profeta.

Los días de Elías fueron pasando en la casa de Elías normalmente, hasta que el hijo de la viuda se vio muy enfermo, tanto que al final murió. Todos los ciudadanos de Akbar le echaban la culpa a Elías, decía que había enojado a los dioses de La Quinta Montaña, así que decidieron que debía ser matado después de subir a pedir perdón a los dioses de esta montaña. En la montaña, Elías escuchó a un ángel decir que se le sería permitido un milagro, para que reviviera al hijo de la viuda. Elías baja de la montaña y le dice al pueblo que tiene una misión de Dios y guiado por su poder

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