La Rueda de la vida escrito por Elisabeth Kübler Ross

“Siempre digo que la muerte puede ser una de las más grandiosas experiencias de la vida. Si se vive bien cada día, entonces no hay nada que temer”

La tanatología, de acuerdo con la literatura revisada en clase, se definen como “La disciplina para ayudar al paciente y a su familia a afrontar el momento de la muerte y llegar a la resolución del duelo con el menor dolor emocional”. Como podemos notar, la tanatología está presente en los momentos complicados de la vida, cuando perdemos algo o a alguien. Aquellas perdidas envuelven reacciones físicas, emocionales y mentales. Esta disciplina entonces busca sanar a las personas y ayudar a que puedan continuar con su vida de la manera más saludable (en todo el aspecto posible).

El libro “La rueda de la vida” escrito por Elisabeth Kübler Ross narra la vida de la escritora. Esta mujer es una psiquiatra que desde su niñez tuvo un especial interés y una serie de circunstancias que la llevaron a cumplir su destino, encontrarle un sentido a la muerte a través de la vida. A lo largo del libro se muestran aquellas perdidas, pensamientos, experiencias, personas que formaron parte de su vida y fueron clave para que esta mujer fuera clave en la tanatología que conocemos hoy. Además de dar un sentido a las pérdidas, también nos brinda una gran filosofía de vida, en la que nos menciona como una buena vida, nos da una buena muerte; la muerte es lo único que tenemos seguro, así que este libro nos ayuda a hacer las pases con lo que nos espera a todos.

En este ensayo nos daremos a la tarea de analizar y describir de que manera la experiencia de vida de la autora, da importancia y sentido al estudio de la tanatología, una disciplina que actualmente es considerada importante y se le da el respeto que merece, pero nos daremos cuenta como en la época laboral de Elisabeth, era un tabú y solía ser juzgada.

“Las cosas que me ocurrieron me tenían que ocurrir”

Considero que una de las principales experiencias que impactaron a Elisabeth Kübler-Ross para desarrollar sus teorías y seminarios sobre la muerte y los moribundos fue cuando ella misma estuvo en el hosipital cuando tan solo era una niña. Ella dice en el libro: “Lo que yo necesitaba desesperadamente era un abrazo. Deseaba escuchar sus voces; Estaba enferma, me sentía sola y ansiaba el calor del contacto humano “.

Ella el haber vivido el poco trato humano que había en el sector de salud pudo darse cuenta de cuales eran las necesidades de un paciente, que era aquello que los enfermos anhelaban más al momento de estar enfermos. Ella al darse cuenta de aquellas necesidades y deseos más profundos que tenía en aquel momento ayudó a comprender las necesidades de sus futuros pacientes.

La muerte de su conejo “Blackie” también fue uno de los acontecimientos más cercano a la muerte, ya que le dolió mucho que tuviera que llevar a su mascota a la carnicería. Este momento podemos analizarlo más, pues en aquel entonces ella comprimió sus sentimientos, no se despidió de aquel animal y años después se vio reflejado, cuando más de cuarenta años después, en un viaje, al mencionar las islas de Pascua comenzó a llorar, después entendiendo que estaba llorando por aquel conejo al cual no le lloró. Esta parte del libro me pareció sumamente importante ya que demuestra como una persona que no se permite sentir o cerrar ciclos cuando es necesario, podrá pagar la factura tiempo después.

Me parece asombroso como por una u otra razón los momentos de su vida se fueron hilando para que al final ella cumpliera con su misión de vida. Para empezar, ella luchó siempre para estudiar medicina, a pesar de que su padre tuviera planeada otra vida para ella; Elisabeth prefirió trabajar en casas antes que trabajar en la oficina de su padre, ahí se notó la determinación que tenía la protagonista. Posteriormente, todas las veces que fue voluntaria fueron moldeando su personalidad para que después, ya como profesional, tuviera ya experiencia y

anécdotas importantes que ayudaron a comprender las necesidades de aquellos que más necesitaban ayuda, aquellos que habían perdido seres amados, sus hogares o alguna otra cosa importante para ellos. Por último, otro acontecimiento que guío a Elisabeth fueron sus embarazos, ya que cuando algo iba a suceder relacionado con una especialidad que no fuera la de psiquiatría resultaba que ella estaba embarazada.

Por último, es necesario mencionar como todas las experiencias fueron formando una ideología y una personalidad ideal para desarrollar los trabajos que logró completar enfocados en el auxilio a los pacientes moribundos. Elisabeth Kübler- Ross comprendía la muerte y no le temía. En el mismo libro se menciona que ella veía la muerte de una manera natural, “Soñaba con el día en que se diera prioridad a las necesidades de un ser humano”, veía la vida como una oportunidad de crecer y aprender, la vida que hiciéramos sería la muerte que tendríamos. A pesar de haber sido juzgada siempre por explotar a los moribundos, ella siempre confió en que lo que hacía era por el bien de la persona que más la necesitaba “Mis pacientes moribundos jamás mejoraron en el sentido físico, pero todos mejoran emocional y espiritualmente”.

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