La autoimagen.

La autoimagen

En la vida del ser humano la autoimagen juega un rol muy importante, se vuelve  parte esencial ya que ayuda a cada uno a desarrollarse como persona, tiene factores que forjan, le brindan identidad y valor para enfrentarse a los retos que se presenta en la vida de cada individuo.

Según Feldenkrais (1972) “la autoimagen consta de cuatro componentes que intervienen en toda acción: movimiento, sensación, sentimiento y pensamiento.” Cada uno de estos componentes actúa en distintas proporciones dependiendo de cada contexto particular. Y en cada uno de estos componentes intervienen los demás.

La autoimagen es el creer o tener confianza, es aquello que pensamos de nosotros mismos; puesto que ligada con la autoimagen va la personalidad , ya que al ir adquiriendo experiencias vividas desde la infancia por medio de los sentidos nuestro subconsciente va desarrollando la imagen que tiene de uno mismo. Esta imagen que se crea maneja nuestra personalidad e influye en lo que somos en este momento.

Cada momento, cada cosa que se aprende, se vive desde pequeños, nuestra propia concepción y la de los demás de sobre quienes somos o creemos ser influyen en conductas que se desarrollaran mas adelante.

A lo largo de la vida el hombre va desarrollando su autoimagen, pero esta se puede ver afectada por factores como: la familia, el lugar en el que vivan, el circulo social en el que se desenvuelvan, la educación, etc.

Según afirma Feldenkrais (1972) “el individuo actúa de acuerdo con su propia autoimagen”; ya que esta se va a ver reflejada en el momento de afrontar y eliminar las situación difíciles que se le presenten, tener confianza en si mismo, trazarse metas y lograr lo que se propongan.

Mantener una buena autoimagen es importante ya que no solo se mantiene el bienestar propio si no que también lo reflejara frente a los demás, pero esta no está relacionada con como nos veamos físicamente si no al contrario se refiere a como nos vemos interiormente y de la imagen que tenemos de nosotros mismos; por ejemplo para que el individuo logre una adecuada adaptación, alcance felicidad personal y para un funcionamiento eficaz y la persona no posee una autoimagen adecuada, no puede estar abierta a sus propias experiencias afectivas (Villa & Auzmendi, 1999); la autoimagen debe ser desarrollada sin importar o sin dejarse influenciar por la sociedad, ya que cada uno percibe de manera diferente el mundo y cada quien tiene aspiraciones diferentes en la vida.

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