La casa de los espíritus- Reporte de lectura
Enviado por freddy940201 • 24 de Noviembre de 2016 • Reseña • 4.604 Palabras (19 Páginas) • 725 Visitas
ALUMNO: Erick Jarquin Reyes
LICENCIATURA: Relaciones Internacionales
GRUPO: 207-A
LIBRO: La casa de los espíritus
AUTOR: Isabel Allende
PERSONAJES PRINCIPALES.
Esteban Trueba: Es el personaje eje, alrededor del cual va girando la historia, esto por ser el mismo quien narra parta del libro. Esteban era un hombre con un carácter ambicioso, dominado por sus muchas pasiones, y que tras la muerte de su prometida Rosa, no logró recuperarse del todo jamás, hasta que encogiéndose, envejeció.
Rosa del Valle: El personaje aparece solo en algunos capítulos del libro, cobrando mayor protagonismo solo en el primero, sin embargo, es de tal su aparición, que la obra queda marcada por su vida, pero mayormente por su muerte. Se le describe como una joven de sobrehumana belleza, piel pálida, ojos amarillos y un peculiar cabello verde; si no fuese porque tenía piernas, bien podía ser considerada una sirena.
Clara del Valle: Es la hija menor de los quince hijos de la familia del Valle, un personaje esencial en la obra de Isabel Allende. Clara es descrita como poseedora de un peculiar talento, clarividencia, dicho don le permite, a lo largo del libro, presagiar sucesos que acaecerían en la familia del Valle. Pero más allá de eso es su carácter lo que distingue a Clara a través de la obra, pues es de su vientre que sale la generación de los Trueba, y de quienes nos escribe la autora en este libro.
Nota: Consideré a bien describir a solo tres personajes de la obra que nos ocupa, pues es alrededor de ellos que la historia encuentra su eje, y por ser ellos los más significativos (a mí parecer) en la novela, sin embargo, personajes cómo Férula Trueba, Pancha García, o Pedro Tercero serán narrados a lo largo de este trabajo escrito, considerando así, su importancia en el libro.
LA CASA DE LOS ESPÍRITUS (Capítulos del I al VIII)
Esta obra, narrada por la autora chilena Isabel Allende, nos habla de la historia de tres generaciones de una familia latinoamericana del siglo XX, esta novela, con exquisita narrativa nos sumerge, al mismo tiempo, en el proceso de la vida democrática de un Chile que tambaleaba entre el conservadurismo y el pensamiento liberal. La casa de los espíritus es sin duda una historia que nos transporta, no solo a la ideología del siglo pasado en Chile, sino en casi todos los países de América Latina; una obra que logró posicionar a su autora, entre los escritores más leídos en la literatura hispanohablante.
CAPÍTULO I- ROSA, LA BELLA
Aquél jueves santo sería distinto a cualquier otro día, no solo por la celebración religiosa que se daba lugar, sino porque sería uno de los muchos aconteceres que se recordarían después de años, para memoria de futuras generaciones. Al igual que cualquier familia del pueblo, los Del Valle se dieron cita ese día en la iglesia para escuchar otro radical sermón del padre Restrepo, en el que seguramente habría más víctimas apuntadas por su gran dedo condenador.
Es así como la autora nos sumerge en la historia generacional de los Del Valle y los Trueba. La familia Del Valle estaba constituida por Severo del Valle, Nívea del Valle y once de sus quince hijos que habían tenido a lo largo de su etapa fértil, dos de ellos eran Rosa y Clara del Valle; la primera descrita como poseedora de una belleza inhumana, una joven que parecía antes bien algún ser mítico, que un humano, con su piel con el color como el de la porcelana nueva, sus pupilas de oro y sus hermosos rizos verdes que cautivaban a cualquiera; la segunda por su parte como dueña de un talento sobrenatural, que le permitía presagiar desgracias no ocurridas aun, o simplemente arrastrar el salero por toda la mesa sin mover un solo dedo. Si bien Severo y Nívea no eran demasiado adeptos a la vida religiosa (Severo como buen político era ateo y masón) debían guardar las apariencias, por lo que asistían puntualmente a las misas del padre Restrepo. Sin embargo, ese día en medio de un silencio sepulcral en el que había quedado la misa, Clara del Valle, la hija menor, dejo ver su inteligencia y su abundante lucidez, aun para su corta edad.
Después de un desagradable momento en la misa ese día, los del Valle recibieron la noticia de que el tío Marcos, un aventurero empedernido, estaba arribando en un espantoso ataúd. A lo largo de su vida, el tío Marcos había dado de que hablar con sus muchas desventuras, pero ahora la fiebre amarilla había reclamado el protagonismo acabando de una vez con su vida. Su hermana Nívea guardo el duelo correspondiente, después del cual viviría solo en la memoria de Clara. Este acontecimiento hubiese sido fatal para la niña Clara si no hubiese sido por Barrabás, una extraña raza de perro que la acompañaría hasta iniciar su vida con Esteban Trueba.
No muchos días después, Severo consigue ser promocionado por el partido liberal, apuntando a una candidatura en un pueblo sureño, que si bien era remoto, le bastaba para posicionarse, como él decía, en la esfera política. Tal fue el alboroto por su candidatura que se llevó a cabo una gran fiesta, aprovechando un enorme pavo relleno con codornices, que a su vez estaban rellenas con ciruelas y una garrafa del mejor aguardiente del lugar, que le habían sido obsequiados; la fiesta se realizó sin mayor percance. Es días después que Clara anuncia la tragedia, presagiando que habría una muerte, pero que sería una muerte por accidente, tras el cual, Rosa cae enferma por fiebre, el doctor solo le receta descanso y una limonada con un toque de aguardiente. Al otro día, Rosa del Valle amaneció muerta en su cama, más hermosa que nunca, con su piel que se asemejaba al marfil nuevo, y su cabellera definitivamente verde. El diagnóstico del doctor fue sencillo pero fatal, Rosa había muerto envenenada debido a la garrafa de aguardiente que le habían regalado a Severo del Valle, y con la cual se pretendía que el muerto fuese él.
La muerte de Rosa marcó en definitiva el rumbo de la historia, pues como dice la autora, sería el principio de una serie de hechos violentos que se darían lugar en esa familia. Su prometido, Esteban Trueba, que para entonces trabajaba como minero, fue el más afectado, nunca logró reponerse totalmente de tan trágica pérdida. Clara del Valle por su lado, tras presenciar la autopsia de su hermana, no volvió a hablar en nueve años, cuando anunció que iba a casarse.
CAPITULO II- LAS TRES MARÍAS
Tras la muerte de Rosa, Esteban Trueba regresó a la casa de su madre, donde vivía además su hermana Férula. Férula es uno de los personajes más interesantes que nos presenta Isabel Allende. Férula es una mujer desgraciada, en cualquier sentido que pudiese atribuírsele a esta palabra; la enfermedad de su madre la ató a ella, permaneciendo como su enfermera de cabecera, siempre sufrida, cuidando con el fervor de un mártir de la condición de su madre; cualquiera hubiese tomado a Férula como una santa, pero solo ella sabía todo el odio y el resentimiento que guardaba hacia su madre y hacia ella misma, la eterna solterona. Esteban no había tardado mucho en darse cuenta de ello y huyó de la sombra fatídica de su hermana, antes que su miseria lo alcanzara a él también.
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