La tigra y la feminidad

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR

NOMBRE: Sofía Loza Trávez                          FECHA: 10 de diciembre del 2015

ANALISIS Y REDACCIÓN DE TEXTOS ll

La voz de la mujer ecuatoriana: de apagada a una luz constante

Cuando la Tigra fue publicada en 1932 por el escritor guayaquileño José de la Cuadra, la situación de la mujer en el contexto ecuatoriano no había avanzado mucho en cuanto a la equidad de género. Aunque ya se había conseguido el derecho al voto femenino, en las familias ecuatorianas predominaba aun la autoridad del varón sobre su esposa. La mujer no tenía la facilidad de expresarse en ningún medio, la opresión hacia ella, desde su familia, sociedad, y el dominio masculino la mantenía al margen de cualquier intento por pronunciarse frente a algo. Podría decirse que la voz de las mujeres estaba apagada, relegada a aceptar lo que el hombre y la sociedad, el gobierno decidiera por ella.

En el Ecuador persistía una legislación (de enorme resonancia machista) que atentaba contra la mujer, a tal grado que la reducía a objeto de propiedad; cuerpo legal que le otorgaba al hombre <> que sin duda eran parte de esa concepción de las relaciones de poder y dominación (Serrano R, 2003, pág. 172)

Es por esto que el presente trabajo tiene como objetivo analizar esta evolución en el Ecuador de la voz femenina. Que en un principio se hallaba en total oscuridad y que al pasar de los años por varios factores entre ellos el intento de algunos escritores por dotarle de un discurso, ha ido creciendo y tomando espacio en la sociedad hasta ser escuchada desde diversos ámbitos como las bellas artes, la política, la ciencia, entre otros y muchos ámbitos más.

Los inicios de la reivindicación feminista datan desde la revolución industrial, mientras la mujer empezaba a formar parte del sistema trabajador, los intentos por crear una igualdad de derechos crecían. En Ecuador varios de los escritores, tomaron el papel de la mujer muy enserio y le dieron protagonismo en sus obras, uno de ellos es José de la Cuadra, en su obra La Tigra antes mencionada, quien propone una mirada al mítico personaje de la mujer independiente, que adopta las características del hombre, especialmente la dominación y autoritarismo. Todo lo que en cuestión la mujer ecuatoriana de los 30’ no poseía. Humberto Robles (1976) caracteriza a la Tigra como una mujer que figura por su carácter fuerte y capacidad por imponer su voluntad sobre los hombres, textualmente la describe como: la mujer bravía (pág. 234)

En esta obra De la Cuadra nos muestra lo que a mi parecer significa el ideal utópico de una mujer relegada al cuidado de su familia, sin opinión, sin queja, tan solo sujeta a la obediencia, resignación y sumisión frente al otro género de la especie. Y también una especie de crítica en contraposición a la figura machista de la época, es decir “La Tigra” y su temperamento, su forma de ser ante los hombres es similar a la idiosincrasia masculina de la época frente a la figura femenina. Recrea un microcosmos representado por la hacienda “Las Tres hermanas” donde la mujer es el centro de todo, quien manda y a quien se le debe obediencia sin cuestionamientos.

Según se cuenta, de una selva remota, para algunos inaccesible, emerge violentamente la figura de una mujer que ha hecho suyos los atributos del macho. (Ubidia A, ‎1999, pág. 67)

Otro ejemplo lo vemos en la obra de Pablo Palacios, Humberto E. Robles (2005) en otra de sus publicaciones en donde analiza el papel de la mujer en la obra de estos autores afirma que Palacio se centró en el tema del adulterio, de la mujer y sus derechos dentro del Código Penal (pág. 129) por ejemplo en un artículo de 1932 en el diario El Día de Quito Pablo Palacio apuntó que:

Cualquier día de estos va a estallar la gran revolución de las mujeres contra el Artículo 24 del Código Penal, que autoriza al marido para matar a la mujer que no le ame; ahora que no se conquista a la mujer por la fuerza, sino con un clavel en el ojal, con un par de guantes, con un bastón y con una hermosa caída de ojos en una tarde primaveral (en Serrano R, 2003, 172)

Aunque en aquellas décadas la voz ahogada de la mujer no pudiera emitir nada, esta intervención de escritores que trataban desde su perspectiva, dotarle de una voz a la mujer, lograron brindarle la opción de abrirse a la sociedad, esta construcción del personaje mítico de “La Tigra” por De la Cuadra muestra una mirada más al fondo del potencial de la mujer, y la importancia que le da en el cuento es claramente inspiradora.

Bien sabemos que no es desde hace mucho que la mujer y su papel en la sociedad han tomado un papel importante, es decir la lucha por los derechos de la mujer ha empezado desde hace muy poco, los movimientos feministas llevan algunos años luchando por la igualdad, y aunque estos grupos son de mucha ayuda para el desarrollo de las políticas de igualdad la voz verdadera de la mujer viene desde la propia individualidad pues si no es ella misma quien se esfuerza por demostrar en su propio ámbito de trabajo, de estudio, las exigencias necesarias para su desarrollo

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