Masculinidad Y Feminidad

¿Quién domina y es víctima de quién?

El propósito primordial de este escrito pretende deliberar desde un punto de vista personal como las discrepancias de género simbolizan en la actualidad una disputa persistente por el logro de la hegemonía, en el caso masculino de espacios de poder, pero también de emancipación femenina, quienes batallan febrilmente por posicionarse en las áreas del sector publico que durante siglos le han sido negados. Paradójicamente, nos hallamos sumergidos en una competencia persistente pero también en complementariedad, un fenómeno social que bien podría ser escrito en un guión de fábula donde todos ganan algo pero pierden inconmensurablemente.

El tema de la masculinidad - feminidad ha sido a lo extenso del tiempo una representación cuasi histriónica del victimario y la víctima, del amor y el rechazo, de la aprobación y los limites, de la admiración y el descrédito. Esta coexistencia perpetua, una de las más complejas de la humanidad, ha sido cimentada, según autores como Bordeau a partir de lo biológico para instaurar una superioridad masculina, con todo su preponderancia fálica y de empuje postural y mitológico sobre la oculta e invisible (vagina) mujer quien se tenía que satisfacer con las actividades domesticas. Durante más de dos mil años, esta maniobra logró manipular un orden social que casi a la perfección, con una efectividad derivada de haberla instituida dentro de la familia, como un componente prioritario que enseñaría a los futuros hombres y mujeres obedecer estas costumbres impuestas, quienes los hicieron mantenerse a través de ritos, símbolos y representaciones graficas, lúdicas y verbales, para asentar los deberes propios de los géneros sobre la tierra.

Sin embargo cabe insinuar que también el autor tomó en cuenta la cultura de cada civilización que tendría las variantes propias de sus dogmas y primacías en cuanto a la importancia de los roles, primordialmente de la mujer, por ejemplo en el ámbito de la fertilidad. Para complementar quiero referir la postura de Guevara (2008) en el artículo “Masculinidad y feminidad, identidades genéricas en la actualidad”. Guevara se introduce en la masculinidad y el campo del orden de género, su posición social, así como la diversidad de posiciones. Emplea su visión desde la óptica masculina encumbrado en la cúpula de poder, y como desde aquí se ha fortificado el entramado para perpetuar el dominio que ha soslayado a la mujer a lo largo del tiempo.

Pero también logra enunciarnos como se ha producido una transformación en el contexto en donde muchos hombres se han solidarizado en el ámbito de acciones para acabar con el machismo. Pero tampoco se deja de lado el cómo se continúan organizando las relaciones sociales entre hombres con hombres y mujeres con mujeres. Que también se constituyen como un microcosmos de dominación, volviendo al de por si complejo mundo de la

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