Masculinidad
Enviado por josevgomez • 26 de Julio de 2011 • 1.279 Palabras (6 Páginas) • 833 Visitas
EL ESTUDIO DE MASCULINIDAD, GÉNERO Y SALUD
Solo en fechas muy recientes, los estudiantes e investigadores comenzaron
a indagar sobre la influencia de género en la salud y en la enfermedad
de los hombres (Lorber 1997; Sabo y Gordon 1995). Los movimientos
defensores de la salud de las mujeres surgieron durante los años 1960 y
1970, y desde mediados de la década de 1980, el tema de género fue adquiriendo
una importancia creciente en los estudios epidemiológicos, de
sociología médica e interdisciplinarios dedicados a los aspectos psicosociales
de la enfermedad (Verbrugge 1985; Waldron 1983; Stillion 1985). Sin
embargo, una característica común a la mayor parte de estos trabajos sobre
género y salud fue que la investigación y la teoría se centraban casi exclusivamente
en las mujeres. Algunas de las primeras publicaciones sobre
“estudios en hombres” defendían que la conformidad con la masculinidad
tradicional suponía a menudo un incremento de los riesgos para la salud
física y un empobrecimiento de las vidas emocionales de los hombres
(Feigen-Fasteau 1974; Farrell 1975; Brannon 1976). Se utilizó la teoría de
los papeles sexuales para afirmar que los niños aprenden a adoptar comportamientos
masculinos que, a su vez, aumentan su propensión a sufrir
enfermedades o a morir por accidente.
Durante los años 1990 aparecieron análisis feministas críticos del
hombre, la masculinidad y la salud en forma de “estudios de la salud del
hombre” (Sabo y Gordon 1995). Los pensadores feministas críticos, a la
vez que desarrollan una crítica de la estrecha visión con que la teoría de los
papeles sexuales se centra en la identidad de género, la socialización y la
conformidad con las expectativas preestablecidas, subrayan que son las
diferencias de poder las que configuran las relaciones entre hombres y
mujeres, mujeres y mujeres y hombres y hombres. Mantienen asimismo
que la identidad de género y los comportamientos no son simplemente
impuestos a las personas por la socialización, sino que son las propias
personas las que construyen activamente su identidad de género y sus
comportamientos. La identidad de género es un proceso generado activamente,
remodelado y mantenido por los que se encuentran inmersos
en redes de relaciones de poder creadas social e históricamente (Connell
1995, 1987). Dicho de otra forma, las definiciones culturales de “masculinidad”
y “feminidad” se contemplan como construcciones históricamente
emergentes y estructuralmente dinámicas a través de las cuales los
individuos y grupos interpretan activamente, comprometen y generan sus
Comprender la salud de los hombres 3
comportamientos y relaciones cotidianas (Messner 1998; Messner y Sabo
1994; Baca-Zinn, Hondagneu-Sotello y Messner 1997).
Construcciones de la masculinidad y la salud del hombre
Cuando las personas participan activamente en la construcción de su
identidad y comportamiento sexual, se dice que están “haciendo género”
(West y Zimmerman 1987). Para muchos niños y hombres de los Estados
Unidos, el “hacer masculinidad” tradicional se asocia a un riesgo mayor
de morbilidad y mortalidad (Sabo 1996; Harrison, Chin y Ficarrotto 1988).
La revisión de Courtenay (2000) sobre la investigación más reciente demuestra
que las probabilidades de adquirir malos hábitos de salud son
mayores en los hombres estadounidenses que comparten las creencias
tradicionales sobre la hombría, que en sus contemporáneos no tradicionales
(Eisler, Skidmore y Ward 1988) y que los riesgos de sufrir depresión
y fatiga nerviosa son también mayores (Eisler y Blalock 1991; Good y Mintz
1990; Sharpe y Heppner 1991; Oliver y Toner 1990); además, su reactividad
cardiovascular ante las situaciones de estrés es mayor (Lash, Eisler
y Schulman 1990). Helgeson (1995) observó que los hombres diagnosticados
y tratados por cardiopatía isquémica que poseen rasgos masculinos
negativos comentan sus problemas cardíacos con sus familias con menos
frecuencia, tienen mayores probabilidades de llevar a cabo comportamientos
nocivos para la salud y disponen de redes sociales defectuosas.
Se ha establecido un vínculo entre la identificación con la masculinidad
tradicional y las tres primeras causas de muerte, es decir, las lesiones no
intencionales, el homicidio y el suicidio en los hombres de 15 a 34 años de
los Estados Unidos (Morbidity and Mortality Weekley Report 1994). Stillion
(1995) señaló que los esfuerzos de los hombres jóvenes por parecer fuertes
suelen llevarlos a ignorar las normas de seguridad en el trabajo, mientras
que otros conducen de manera arriesgada como demostración de
valentía. La fascinación y el respeto de los hombres por
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