La violetas son flores del deseo.
Enviado por Rodrigo Vázquez Vela Hernández • 12 de Abril de 2016 • Ensayo • 3.171 Palabras (13 Páginas) • 473 Visitas
Las violetas son flores del deseo
Trabajo final
Rodrigo Agustín Vázquez Vela Hernández
A01023470
ITESM CSF
Las violetas son flores del deseo cuenta la historia de Julián Mercader. Un hombre con una vida difícil y peculiar. Cuenta los intereses que este hombre tenía en la vida y los deseos que despertaron de su ser conforme su vida avanzaba. Todo lo que hizo para poder conseguir lo que quería y las personas que estuvieron involucrada a lo largo de su historia.
LAS VIOLETAS SON FLORES DEL DESEO
INTRODUCCIÓN
Uno de los temas centrales de esta historia es el deseo y como todo comienza con “una mirada”, hasta una violación.
La autora de este libro, tratará de explicar todo lo que envuelve un suceso, o una vida entera. Como los actos de cierta manera son el resultado de todo lo que una persona ha atravesado a lo largo de su vida. Como te puede llegar a marcar tu infancia, la familia que te rodea , así como el ambiente en el que te desarrolles.
El protagonista Julián Mercader, cuando apenas es un niño, observa unas imágenes no apropiadas para su edad, esto y todo el ambiente y las personas que lo rodean, lo llevan con el tiempo a crear un tipo de muñecas perversas, llamadas Violetas y que al mismo tiempo llevan el nombre de su única hija, lo que lo lleva a casi enloquecer, al no saber si su deseo es también hacia su propia hija.
Un gran número de acontecimientos se relatan, para tratar de entender todo lo que puede provocar un deseo, y una historia que el protagonista no podrá parar , porque explica cómo a través de una primera mirada, el deseo entrara en ti y siempre tratarás de saciar, aunque esto te lleve a hacer cosas que nunca imaginaste.
Julián Mercader, protagonista de esta historia, comienza platicando como algunos de los filósofos y pensadores han tratado de “explicar el no-sentido de nuestra existencia”9, como “Tántalo, el siempre deseante”9, el cual “ padecía el tormento de la sed y el hambre en su límite extremo”10. Toda esta historia lo llego a trastornar un poco, al escucharla de voz de su maestro, el cual a su vez permanecía mirando a una niña que jugaba en el patio llamada Susana Garmendia, considerada “la fruta más apetecida del huerto”12. Para que más tarde fuera expulsada por comportarse de manera indecente con un niño.
Después de un tiempo el adolescente decide escribir su trabajo final, sobre Tántalo, y lo que le provocó sentir el placer más grande, fue la mirada de aprobación de su maestro y no tanto su excelente calificación. Pero esa mirada también tenía un fondo que le decía: “la sed no ha de ser nunca saciada”14. De lo anterior mencionado podemos concluir que miles de consecuencias trae solo el acto de mirar, todo comienza con una mirada, como por ejemplo una violación.
El protagonista, nos quiere contar en este libro : “la vida de un hombre, este es el relato de un sueño”17. Continuando con el tema de la mirada, hay otro acontecimiento que lo marcó de alguna manera al admirar una fotografía de Hans Bellmer, en la cual se encuentra una muñeca torturada.
Adentrando un poco en su infancia, él cuenta que su padre decidió invertir su herencia en una fábrica de muñecas, y que al mismo tiempo Teresa su madre ya se encontraba embarazada de él. Al nacer se encontró siempre rodeado de mujeres, por lo que su padre más adelante decide llevarlo con él a la fábrica, para que pasen tiempo juntos, aunque en realidad con quien pasa la mayoría del tiempo es con Klaus Wagner, que era el supervisor de la fábrica de su padre.
Por algún momento, su padre se preocupa de que a su hijo le gusten tanto las muñecas, hasta que un día Klaus deja abierto su cuarto privado, para que el niño de seis años, vea aquellas imágenes en donde tiene fotografías del Bellmer, el personaje mencionado anteriormente. En ese momento Klaus le dice a su padre “que no se preocupe que el niño es de los suyos” y que ya es todo un hombrecito, que será igual que el.
Un dia que se encuentra jugando con la hija de la afanadora llamada Naty, se disponían a poner a todas las muñecas sentadas y sin ropa, por lo que la niña dispone quitarse la ropa y sentarse junto a las muñecas, por lo que el asustado le dice: “estas rota”22. Para enseguida darse cuenta que es igual a las muñecas y ellas no están rotas.
La palabra “perverso” es todo lo que aunque nos lastime no podemos dejar de ver. “Sombras al acecho con una sed irrevocable de encarnar”. Es algo de lo que nunca pensamos fuéramos capaces de desear. Pero por el contrario, el dice que tiene la conciencia tranquila, que podría morir en paz.
Pasados los años a su mente viene el recuerdo de su cuñada Isabel, la cual era la hermana menor de su amada Helena, que mientras jugaba con ella haciéndole caballito le decía: “Helena es mi preferida, pero tú… tú eres mi novia consentida”26. El explica que dejó la carrera de medicina para dedicarse por completo a la fábrica de muñecas, pues su padre acababa de morir. Esto provocó que se volviera socio de Klaus para fabricar las muñecas prohibidas: las Violetas, las cuales muy pocos podrían pagar.
El nombre de Violeta, fue a sugerencia de su esposa Helena, porque en su infancia había tenido una gran amiga llamada así y porque siempre quiso tener una hija con ese nombre. Y porque recordando unos versos de Neruda, escogió que ese sería el color de su pasión. Tanto así que ella decía: “De tanto amor mi vida se tiñó de violeta”28.
Tras varios años de intentar quedar embarazada, por fin lo consiguió y no dudó ni por un segundo de que se trataría de su tan esperada Violeta. Por el contrario, su propio esposo siente que este embarazo traerá problemas, hasta separarlos. Cosa que se convierte realidad Helena después del nacimiento de la niña se desentiende de él y de las Violetas. Y por consecuencia Julián se refugia en la fábrica, en las muñecas, en sus libros y películas, en compañía de Klaus. Recordando otra historia, la de la hija de Butades, en la cual habla del amado que parte y nunca regresa.
Julián menciona que tampoco podía olvidarse de Tántalo, por tratar de acercarnos al cuerpo del deseo, porque el cuerpo es la materialidad del deseo. Recuerda como Helena olía a “Madreselvas y madera”33. Desde ese momento las Violetas empezaron a oler. Al contrario la primera Violeta prohibida, solo olía a la original, a la niña de 12 años. Su aroma era a bosque y miel. Para ese entonces Helena, ya los había abandonado, se había ido con el profesor de teatro de Violeta. Y dijo: “Y entonces anticipé el sueño por el que he vivido, el recuerdo de esa herida en el que podría resumirse mi existencia”34.
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