Las Corporaciones

LAS CORPORACIONES

William H. Sewell, Jr.

Las comunidades legítimamente establecidas reemplazan a las personas. Se consideran un todo único. Y las comunidades actúan como cualquier persona: ejerce sus derechos, trata sus asuntos y actúa en la justicia.

Los príncipes tienen reservado en particular el poder de establecerles como cuerpo, de darles estatutos y otorgarles inmunidades y privilegios, para estimular a los artesanos a perfeccionarse en su arte y a servir al pueblo fielmente

Cada arte tenía sus propias cualidades que y sus propias reglas que lo distinguían de otro.

Todo el cuerpo de maestros se reunía habitualmente al menos una vez al año para supervisar el trabajo de los jurés y para analizar y emprender acciones sobre asuntos comunes de la colectividad.

Se exigía a los jurés realizar visitas sin anunciar, en ocasiones un número determinado de veces al año, al taller de cada maestro del oficio .

Cada maestro de la comunidad quedaba limitado a un solo aprendiz, durante este periodo de iniciación por el maestro en todos los secretos del arte el aprendiz solo recibía un salario nominal

Se exigía al candidato que hubiera completado satisfactoriamente su aprendizaje, también superar un examen de su arte. Además el candidato había de disponer de capital suficiente para abrir un taller y tenía que pagar una importante cuota de entrada a la comunidad .

Las mujeres solían quedar excluidas de la participación activa en las corporaciones, excepto en el caso de unas pocas corporaciones de los oficios textiles exclusivamente femeninas. Una viuda podía heredar los privilegios de maestría de su marido, pero no cabía que ejerciera esos privilegios por sí misma .

COMUNIDAD MORAL

Los maestros utilizaban su indiscutible supremacía en la corporación para restringir el acceso a la maestría y mantener a los oficiales en una posición de subordinación estricta .

Era la cofradía del oficio donde el aspecto solidario de las corporaciones se manifestaba de forma más clara.

La cofradía del oficio era la que repartía las charités: los subsidios y la atención médica a los enfermos, las pensiones a viudas y huérfanos .

El gran acontecimiento anual de la cofradía era la celebración de la fiesta del patrón, solía ser la ocasión para designar nuevos jurés, admitir nuevos maestros a la comunidad y renovar el juramento solemne de fidelidad de todos los maestros.

Aprender un oficio no era adquirir simplemente las habilidades necesarias para practicar un trabajo de adulto. Era entrar en una comunidad moral de alcance amplio y profundo, una fraternidad espiritual fundamentada.

La persistencia del compromiso con una comunidad de oficio estaba también marcada por

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