Los Bienes Terrenales Del Hombre
Enviado por valeriasol • 17 de Septiembre de 2014 • 551 Palabras (3 Páginas) • 295 Visitas
el siervo: menos maltratado, es verdad, que el esclavo de otros siglos, pero, de todos modos, desposeído de todo derecho personal.
CAPÍTULO II.— Aparece el comerciante
Se narra, de una manera somera y sencilla, el cambio operado en la vida feudal con el incremento del comercio. Si, en un principio, el feudo era autosuficiente, poco a poco —con el crecimiento de la población— va haciéndose necesario buscar productos que no se tienen en él. Nace así el intercambio de cosas por cosas: el dinero aún se emplea poco. Va surgiendo entonces la actividad comercial, en lo cual influye mucho un hecho importante: las Cruzadas, que con sus grandes movimientos de personas de toda índole, van creando el interés por los objetos de otras regiones.
Nace así un género especial de personas, los comerciantes, que se encargan de poner las mercancías cerca de los lugares de consumo. Un núcleo importante en el Mediterráneo lo constituye Venecia, que fue —dice el autor del libro— una de las ciudades más beneficiadas por las Cruzadas. Al crecer el comercio se hace necesario efectuar las transacciones con mayor agilidad: el dinero adquiere un papel importante y nace entonces el cambista o «cambiador» de dinero.
CAPÍTULO III.— Vamos a la ciudad
Con el auge del comercio crece la población flotante, especialmente en puntos neurálgicos de confluencia de caminos y desembocaduras de ríos. Esta población se va agrupando alrededor de la catedral o de los sectores fortificados llamados burgos. Nace entonces el fauburg o «fuera del burgo», donde se instalaban los comerciantes y viajeros a la sombra del burgo. Poco a poco se organiza la vida del fauburg, se fortifica también y se constituye en algo organizado y con vida propia. Van naciendo las ciudades; la movilidad del dinero aumenta, el comercio y las relaciones se hacen más ágiles y la posesión de la tierra deja de tener el interés tan grande que tuvo antes.
Pronto los comerciantes quieren tener leyes propias y se van organizando más y más. Se puede hablar entonces de una sucesiva independencia, de una libertad conquistada paulatinamente de la rigidez esclavizante de los feudos.
Más tarde se fueron organizando dentro de estas ciudades «fuera del burgo» los gremios, con un sistema duro y cerrado contra quienes no pertenecían a él. Tales gremios se fueron haciendo cada vez más fuertes, hasta llegar casi a dominar en las ciudades, llegando a tener una gran influencia en lo que antaño eran los señores feudales. «En el primer periodo feudal, la tierra sola era la medida de la riqueza de un hombre. Después de la expansión del comercio apareció una nueva clase de riqueza: la del dinero. En aquel periodo feudal el dinero había sido inactivo, fijo, sin movimiento; ahora se hizo activo, vivo, fluido. En el feudalismo los clérigos y los guerreros que poseían la tierra estaban
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