Los reveses que da la vida

Los reveses que da la vida.

Quien lo diría, desde que se graduó de abogada con todos los honores, Marcela, se había jactado de ser la que mejor suerte había tenido en la vida, de todo el grupo de amigos.  Pues como ella decía,  tenia la casa, el carro, y todo el menaje de casa que cualquier mujer de su edad quisiera. Contaba en ese entonces con veinticuatro años.  

Antes de graduarnos, conocimos a Manuel,  un tipo que de verdad le quitaba el hipo a cualquiera.   Era un hombre espectacularmente guapo,  que entre todas hicimos la apuesta de quien lo conquistaría de primero.

No dudo que más de dos o tres de mi grupo se fue a la cama con él con tal de atraparlo,  pero era tan escurridizo que nadie lo pudo cazar.  

Marcela, no se inmuto, pues decía que todos los hombres caían rendidos a sus pies.    Ella esperó hasta que un día supimos que lo había invitado a irse de viaje con ella a Europa,  allá se casaron.  

Cuando nos reunimos para darle la bienvenida, nos cobro la apuesta.   Ella se había quedado con “el muñeco”.   Pasaron diez años, sin que la viéramos ni supiéramos nada de ella.  Según contaban había dejado su bufete y se había quedado en la casa dedicada a su hijo y a su marido.

La última vez que la vi, hace como dos años  se le miraba abatida.  Me contó que ya estaba harta de estar con un solo rol,  y que tomaría decisiones importantes.  

No supe de ella hasta semana pasada,   La verdad no la reconocí.  Se me acercó, era otra mujer,  estaba radiante, proyectaba ser mucho mas joven de lo que es.   Le pregunte la causa y me dijo: “Las rupturas son lo único trascendental de la vida porque rompen la asquerosa rutina”.

 No entendí, hasta que me contó:  Me separe de mí marido y, mi hijo se fue con él.   Yo ahora salgo con Percy no tenemos obligaciones ni responsabilidades, vivimos el momento.   Volví a levantar mi bufete y hoy vuelvo a ser “La Marce” que conociste.  

¡Jamás me volveré a amarrar!

MOL,   06 agosto 2011

...