Los universos privados, las familias
Enviado por fatimalujan • 14 de Noviembre de 2017 • Ensayo • 1.100 Palabras (5 Páginas) • 221 Visitas
Los universos privados, las familias, esa cosa pequeña que puede ser un mundo, son muy ricos para contar cosas universales. Una vez le preguntaron a Antón Chéjov[1] por qué escribía sobre lo cotidiano, lo tan íntimo. Y él dijo: “Para que haya un drama, no necesariamente una persona tiene que subir el Himalaya. A veces un drama se da entre una mujer y un hombre frente a un plato de fideos, en silencio”. El encierro es un tema en la novela policial “Tuya” de Claudia Piñeiro[2]. Y, con respecto a la clase media argentina, eso se potencia porque tiene que ver con el qué dirán, con aparentar que somos una familia de determinado estilo cuando en realidad adentro pasan otras cosas. Los personajes que pueden salir de esos encierros son los que tienen alguna diferencia, aunque a veces lo hacen de la peor manera. Si las personas se sienten a gusto en esa situación en la que todos aparentan ser felices–volvemos al mandato–, no lo critico. Pero me interesan los otros, porque solamente los distintos pueden salir de ese juego extraño.
Por eso me interesa Inés, una típica señora de su casa, la que se ocupaba y preocupaba simplemente de tener una familia ejemplar, una casa limpia y bien cuidada y una imagen social que combine con el lugar donde vivía. Con un mandato social de antaño que decía que la mujer tenía que estar en su casa, cuidar a los hijos, mantener al marido contento y lo más importante: no había que hacer preguntas y no las hizo, pero tampoco se quedó en su lugar de señora: cambió su realidad.
Una familia de clase media acomodada, una mujer que se dedica a los quehaceres domésticos con una hija a punto de terminar la secundaria. Prácticamente una vida resuelta: “teníamos una familia bárbara, una hija a punto de terminar la secundaria, una casa que más de uno envidiaría. Y que Ernesto me quería, eso nadie lo podía negar. Él nunca me hizo faltar nada” .Una mujer sin grandes preocupaciones en mente, salvo una: el qué dirán. Pero a pesar de que Inés se desespere por guardar las apariencias la situación era simple, un hombre infiel, una mujer desesperada por mantener el matrimonio a toda costa y una hija adolescente dejada de lado por unos padres indiferentes, que no quieren escucharla realmente y que siempre terminan dedicados a sus problemas. Pero Inés tenía una teoría “Para qué andar ventilando trapitos al sol” (2O12:34).
Por esta razón, es significativo que esta mujer se mueva en la cotidianeidad y se construya como el efecto de las acciones del hombre: desde el padre de Inés quien abandona a la madre, pasando por Ernesto, hasta el mozo que la inculpa. No menos interesante es observar cómo se codifica la cultura argentina a través de la clase media durante el menemato donde el confort y la apariencia se vehiculizaban a través de la imagen de la pizza y el champagne, tal como lo expresa Inés:
“Es que vivimos en un residencial, todas casas con jardín y pileta, y para todos los días el taco aguja y la ropa de seda no van. Ni qué hablar de la medibacha. Acá todas nos vestimos de elegante sport, un lindo pantalón, una linda blusa, chaquelitos de bremen, de vez en cuando un blazer, una pashmina. Una no puede regar las plantas o podar una Santa Rita con la medibacha puesta”. (2012: 33-34).
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