MARÍA ACASO LAS TORRES GEMELAS

Tras leer este libro, me invade un sentimiento de desesperación, vacío y desconcierto. Cómo puede ser que un alumno de Educación Primaria como soy yo, y como cualquiera de mis compañeros, que está a las puertas de acabar una formación profesional para educar y guiar a la población temprana, a aquella que sustentará las bases de la sociedad del futuro, no se haya cruzado en los 3 años restantes del periodo formativo con ningún profesor o ningún tipo de agente (interno o externo) o medio que le haga conocedor de este tema. Aquí es donde se verifica la poca accesibilidad que según la autora del libro tiene la micronarrativa de las imágenes en la sociedad actual. Estoy totalmente seguro de que si a lo largo de nuestra formación desde que somos prácticamente unos niños se nos presentara una amplia selección de micronarrativas de artistas relevantes adaptadas al contexto y a las diferentes edades no estaría ocurriendo esto, y tanto yo como la ma-yoría de las personas activas académicamente tendríamos nociones básicas de la impor-tancia de las imágenes y del papel que estas juegan en nuestra educación y en nuestro conocimiento, sobre todo en contextos no formales y por lo tanto más alejados de las instituciones y de las escuelas. Con respecto a esto, hay algo de lo que la autora no ha-bla o a lo que esta no hace alusión. Después de leer el libro y tras reflexionar sobre el tema tengo muy clara la importancia que tiene o que se le debe de dar a la educación visual en la formación de cada persona, pero no el cómo hay que hacerlo para que el problema se ataje desde las escuelas elementales a nivel global y no de forma individua-lizada para aquellos que tienen la suerte de tropezarse con este libro o con cualquier otro estudio por el estilo, y de aquí creo que es de donde surge uno de los principales moti-vos por los que la mayoría de la población no tiene consideración alguna sobre el tema, y es que no hay un amplio margen de profesorado que este formado en el tema y que esté motivado a paliar el problema desde sus propias clases. Pienso que el cambio que necesita la educación visual, a la que hoy día no se le presta prácticamente un mínimo de atención desde el currículo oficial del Estado, no va a venir dado precisamente por este. Esto se debe primordialmente a que como bien se relata en el libro, los estados son los menos interesados en que esto cambie, de aquí la famosa frase “una población anal-fabeta es una población fácil de manejar”. Es el momento de volver a la cuestión princi-pal que encabezaba este ensayo, y es que en 22 años que tengo ha sido ahora cuando yo he tenido la suerte de encontrarme con un profesor que me ha aportado conocimiento y algo de luz sobre el tema a partir de la lectura de este libro. ¿Cómo puede ser esto?, ya he cursado anteriormente en la carrera universitaria otras asignaturas referentes a artes visuales y no he tenido contacto con la problemática, por lo tanto ¿están

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