Marco Denevi y La Odisea

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ODISEO EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

Recepción de la Odisea en un autor posterior

2016

Asignatura: Cultura grecolatina

Estudiante autor: Flores Gonzalo

Registro:

Profesor/a: María Guadalupe Barandica

ÍNDICE

La Odisea según Denevi………………………………….. 3

Una mentira piadosa……………………………………… 3

Odiseo: Cobarde o neurótico……………………………... 4

Marco Denevi………………………………………….…. 5

Bibliografía……………………………………………….. 6

Odiseo, de Lewis Carroll

Odiseo según Denevi

El relato de nuestro héroe empieza en un libro donde el no es el personaje principal, donde lo nombran como ser ingenioso, pero pocas veces tiene la oportunidad de demostrarlo y como un hombre fuerte, pero sin embargo no imprescindible, en el campo de batalla. Quizás el buen Odiseo que es llamado a sí mismo como el más fuerte y capaz entre los presentes, durante los juegos con los feacios, siempre tuvo un papel secundario en una historia de la que quiso ser protagonista. No vamos a negar que estar a la talla de un grande como Aquiles no es para cualquiera, pero la valentía del primero ha de ser digna de comparar con las del hijo de Peleo.

Durante todo el transcurso de la segunda novela de Homero, vemos un protagonista ingenioso, desconfiado, fuerte y heroico que guarda un solo anhelo en su vida, la vuelta a casa. Embarcado a una guerra que solo debería haberlo mantenido lejos de esta unos diez años, por castigo de los dioses se alarga su viaje unos diez años más. En otra cara de esta historia, el escritor y dramaturgo Marco Denevi nos muestra en  su obra Falsificaciones, un microrrelato llamado “EPÍLOGO DE LAS ILÍADAS”, donde podemos ver a este prudente hombre volviendo a casa después de treinta años sin el menor parecido a lo que alguna vez fue.

Penélope, desde el alcázar del palacio, lo vio llegar a Itaca. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Habían transcurrido treinta años desde que Odiseo partiera hacia Troya. Y ahora estaba de vuelta, débil, viejo, enfermo, arruinado por los padecimientos y las privaciones. Pero yo le prepararé un regreso glorioso, pensó.
-Tú -le dice a una muchacha- siéntate en mi silla e hila en mi rueca.
-Y vosotros -añade, dirigiéndose a los jóvenes- fingid ser los pretendientes. Y cuando él cruce el lapídeo umbral y blandiendo sus armas pretenda castigaros, simulad que caéis al suelo entre ayes de dolor o huid como delante del propio Aquiles.
Y la provecta Penélope de cabellos blancos, oculta detrás de una columnas, sonreía con desdentada sonrisa y se restregaba las manos sarmentosas. (Marco Denevi, Falsificaciones, ed. Corregidor, p62)

Una mentira piadosa

La reina Penélope decide prepararle un regreso digno de cualquier héroe, haciendo que una joven muchacha tomara su lugar de reina, y haciendo fingir a algún grupo de jóvenes ser un grupo de fuertes pretendientes, y así dandole el final glorioso que ya todos conocemos. El amor de una mujer que con una mentira piadosa crea un final épico para el héroe, es sin duda un eterno signo de amor, y muchos que lo analicen desde esa perspectiva pensarían que no es un mal final. Solo que en ese momento, penetra en las mentes seguramente, la pregunta de si todas las aventuras vividas por nuestro noble personaje han sido verídicas, mucho tiempo atrás, o si quizás sean delirios del mismo.

Odiseo: Cobarde o neurótico

Quién puede asegurar que Odiseo fue quien cegó al cíclope Polifemo, como también la existencia del mismo, al igual que la hechicera Circe y todos las tierras que fueron pisadas por el mismo. Quizá la ninfa Calipso, de ser real, nunca tuvo prisionero al ingenioso Odiseo, quizás este se quedó de buena gana por la virtud del vino y el placer de yacer en el mismo lecho que la diosa que nunca tuvo la capacidad de ofrecerle la inmortalidad. De ser así, solo era cuestión de tiempo para que el cuerpo del hombre se pusiera viejo y arrugado. No solo tendríamos un personaje que no ha pasado por los padecimientos que nos conmovieron, además estaríamos parados frente a un hombre muy distinto al que hemos creído conocer, un ser egoísta, cobarde y débil.

Seguramente los escuchas de esta historia épica no estarían conformes con un ser tan absurdo para tomar el papel de héroe, sin embargo Homero sabe como no decepcionar a sus “fans”. El esposo de la buen Penélope vuelve a casa y se venga de los que mancharon su honor, tal como lo había predicho Teoclímeno: “Noche oscura os envuelve la cabeza, y el rostro, y abajo las rodillas; crecen los gemidos; báñanse en lagrimas las mejillas y así los muros como los hermosos intercolumnios aparecen rociados de sangre”(Homero, Odisea, Canto XX, p345). Aunque grotesco es el final que el público de la época deseaba seguramente, la mejor demostración de diké que podríamos encontrar. Pero sin embargo gracias al escritor argentino, nos podemos preguntar de nuevo que tan cuerdo puede haber estado el pobre Odiseo. Quizás siempre estuvimos frente a un hombre con Micropsia que era capaz de ver a sus propios compañeros como monstruos de uno u dos ojos que despertaban el miedo atroz a ser devorado por elllos. O tal vez la misma guerra le dejó rasgos de neurosis que han de acompañarlo durante toda su vida, a causa de un stress postraumático que le creo falsos recuerdos para suplantar lagunas de una amnesia disociativa. Quizás siempre fue un ser esquizofrénico que sentía que sus compañeros planeaban matarlo por las noches y por no poder pegar un ojo con esa incertidumbre decide deshacerse de ellos. Quizás este último rasgo es el que lo hace ser como es, un ingenioso y desconfiado personaje que teje toda una historia sobre la muerte de sus aliados por temor a sufrir el mismo fin que Agamenón, sin tener la certidumbre de que su hijo lo vengará. En todo caso nos encontramos con una persona peligrosa que puede estar tramando o no acciones hostiles en contra de cualquiera que se ponga en su camino, un ser igual de hostil que el cobarde Odiseo que ya nombramos, solo que este cree estar llevando sus acciones por un acto noble.

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