Marshall ¨Ciudadanía Y Clase Social¨

La hipótesis sociológica latente en el ensayo de Marshall, postula que existe una especie de igualdad humana básica, asociada con el concepto de membrecía completa de una comunidad, o como diría Marshall de ciudadanía, que no es inconsistente con las desigualdades que distinguen a los variados niveles económicos en la sociedad. En otras palabras, la desigualdad del sistema de clases puede ser aceptable, siempre y cuando la igualdad de ciudadanía sea reconocida.

Por otra parte, al observar a su alrededor hallaba la evidencia de que, los artesanos especializados, cuya labor no era mortífera ni destructiva de lo espiritual, ya estaban logrando la condición que el preveía como el logro último de todos. Están aprendiendo, decía, a valorar la educación y el ocio más que los solos incrementos de salarios y confort material, están poco a poco incrementando su captación del hecho de que son hombres y no máquinas que producen. Poco a poco se están haciendo gentleman. Así, cuando el avance técnico haya reducido el trabajo pesado a un mínimum y éste sea dividido en pequeñas partes entre todos, entonces en la medida en que las clases obreras son hombres que tienen un tal excesivo trabajo que hacer, en esa misma medida las clases trabajadoras habrán sido abolidas. De esta forma, Marshall nos da una clave adicional al sugerirnos que, cuando decimos que un hombre pertenece a las clases trabajadoras, ¨estamos pensando en el efecto que su trabajo produce en él, más que en el efecto que él produce en su trabajo¨.

Por otra parte, propone dividir la ciudadanía en tres partes. Llamará a estas tres partes, o elementos, civil, político y social. El elemento civil está compuesto por los derechos necesarios a la libertad individual-libertad de la persona, libertad de palabra, de pensamiento y de religión, el derecho a poseer propiedades y a llevar a efecto contratos válidos, y el derecho a la justicia. El último es de un orden diferente al de los primeros, porque es el derecho a defender y afirmar todos los derechos que uno tiene en términos de igualdad con los demás y por un proceso legal normal. Esto muestra que las instituciones más directamente asociadas con los derechos civiles son los tribunales de justicia. Por elemento político quiero significar el derecho a participar en el ejercicio del poder político, como miembro de un cuerpo investido con autoridad política o como un lector de los miembros de un tal cuerpo. Las instituciones correspondientes son los parlamentos y los consejos de gobierno local. Por elemento social quiero decir toda la gama que va desde el derecho a un mínimo de bienestar y seguridad económicos hasta el derecho a compartir de manera total la herencia social y a vivir la vida de un ser civilizado de acuerdo con los estándares que prevalecen en la sociedad. Las instituciones más claramente conectadas con este elemento son el sistema educacional y los servicios sociales.

A su vez, Marshall sugiere que en épocas más tempranas, estos tres hilos estaban unidos en una sola cabulla. Los derechos estaban unidos porque las instituciones estaban amalgamadas. Existe entonces una fusión de las instituciones y derechos civiles y políticos. Pero los derechos sociales de una persona estaban formando parte de la misma amalgama y se derivaba del status que también determinaba la clase de justicia que podía obtener y dónde la podía obtener y la forma en la cual podía tomar parte en la administración de los asuntos de la comunidad de la cual era miembro. Pero este status no era de ciudadanía en el sentido moderno nuestro. En la sociedad feudal el status era la marca principal de clase y medida de desigualdad. No había una uniforme colección de derechos y deberes con la cual todos los hombres estuvieran investidos en virtud de ser partes de la sociedad. En este sentido no había un principio de la igualdad de los ciudadanos que oponer al principio de la desigualdad de clases.

Asimismo, su evolución implicaba un proceso doble, de fusión y de separación. La fusión era geográfica, la separación funcional. Dos consecuencias importantes se siguieron de esto. En primer lugar, cuando las instituciones de las cuales los tres elementos de la ciudadanía dependían se apartaron, se hizo posible para cada uno tomar su camino separado, viajando cada uno a su propia velocidad bajo la dirección de sus propios y peculiares principios. Sólo en el siglo presente, podría decirse que los tres elementos han llegado a emparejarse.

En segundo lugar, las instituciones eran nacionales y especializadas, no podían estar tan íntimamente ligadas a la vida de los grupos sociales a los cuales servían como aquellos que eran locales y de carácter general. De esta forma, cuando los tres elementos de ciudadanía se separaron, pronto ya casi ni se reconocían mutuamente. Tan completo fue el divorcio entre ellos que es posible, asignarle el período formativo en la vida de cada tipo de derechos a un siglo diferente, los

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