Materiales para una teoria de las identidades sociales

MATERIALES PARA UNA TEORÍA DE

LAS IDENTIDADES SOCIALES

Gilberto Giménez

“La Identidad, como principio esencial

de la reapropiación de los espacios”

La Identidad

La identidad es un concepto muy reciente, no porque a través de la historia este no se haya considerado importante, sino porque la situación actual conlleva a hacer una fina y muy suspicaz delimitación de territorios, espacios, sentidos e ideales, debido a las “flamantes” agresividades por parte del dominio occidental y hegemónico de las grandes potencias. Dicha situación ha conllevado a las distintas comunidades étnicas, culturales, e ideológicas, a reconsiderar y reflexionar ante el concepto de identidad y lograr apropiarse de él.

La identidad es la subjetividad cultural, no sería más, que las representaciones de los actores sociales pertenecientes a un grupo específico, sean estos individuales o colectivos, sin embargo la distinguibilidad de cada actor y de cada sociedad es lo realmente importante, aquel y aquellos que saben distinguirse del resto de seres humanos. Y es que ello compete no sólo reconocerse como tal, sino que dicha distinguibilidad debe ser reconocida en espacios de interacción y comunicación por el resto, la distinguibilidad es un espacio de intersubjetividad lingüística que conlleva a una doble dimensión de la identificación, es decir que exista un carácter intersubjetivo y relacional, que no sólo sea de percepción subjetiva sino de un reconocimiento objetivo generando una confrontación con otras identidades.

La inclusión de la personalidad individual en una colectividad genera un sentimiento de lealtad, dicha inclusión se fortalece a través del reconocimiento de roles, así mismo la importancia que se le dé a cada miembro provocara en él un proceso de interiorización y pertenencia que nace a partir de su apropiación con el papel que le ha sido asignado, y es que ello depende del complejo simbólico cultural, lo que implica compartir el núcleo de  idealizaciones para poder defender aquellos espacios; y es que los hombres piensan, sienten y ven las cosas desde el punto de vista de su grupo de pertenencia o de referencia.

Dichas identidades individuales permiten que la identidad colectiva se forme y se fortalezca, aquella que forja una entidad relacional, un sentido común y un sentimiento de pertenencia, incluso dicha colectividad puede verse representada en un solo miembro por la manera en que se representan los elementos idiosincrásicos mayor relevantes característicos de una memoria colectiva. La identidad a través del tiempo y del espacio, permitirá la solides y veracidad de las creencias trasmitidas de generación en generación.

La identidad deberá siempre acomodarse a la evolución y trasformación histórica, y es que la adaptación al entorno no debe nunca alterar los rasgos distintivos y particulares, más bien deben siempre permanecer, haciendo una recomposición adaptativa, que no afecte las estructuras internas, sin embargo la identidad siempre debe estar dotada de cierto valor positivo para los sujetos y el colectivo en general pues ello estimulara diversos valores que ocasionaran un gran sentido de pertenencia, y que además permitirán que los actores y los colectivos defiendan sus espacios, territorios, identidades, ideologías y convicciones.  

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