Mi Biblioteca Personal

Fundamentación:

La lectura y la escritura son prácticas sociales con un objeto particular, la lengua escrita. Esta es mucho más que un conjunto de marcas gráficas para sonorizar o transcribir. El lenguaje escrito representa distintas formas discursivas que están presentes en la vida del niño. Mientras se lee con un propósito auténtico, se aprende a leer, porque los textos auténticos permiten a los chicos emplear sus saberes acerca del mundo y acerca de los textos, para obtener significados.

Transformándose así en una práctica social. El jardín de infantes debe orientar esas prácticas sociales de lectura y escritura con un propósito comunicativo, en la que los niños encuentren razones significativas para leer y escribir. Es importante incorporar la lengua escrita en el jardín de infantes porque los niños que están en un entorno urbano y entre adultos alfabetizados, tienen contacto con el lenguaje escrito desde muy pequeños y se plantean interrogantes sobre la lectura y la escritura. Y porque a aquellos niños que están diversa y desigualmente expuestos a prácticas sociales de lectura y escritura en el marco familiar, el jardín de infantes debe ofrecerles variadas situaciones de interpretación y producción de textos, ejerciendo de este modo una verdadera función democratizadora.

La creación de una biblioteca es un proyecto didáctico de larga duración que permitirá organizar en la sala un espacio que nutrirá buena parte de las actividades de lectura, escritura y oralidad, ya que posibilitará situaciones de lectura por placer, momentos de indagación bibliográfica para profundizar sobre un tema, o establecer intercambios orales acerca de lo leído.

 Algunos de los objetivos que podríamos llegar a tener en cuenta a la hora de armar la biblioteca serian:

• Constituir con el grupo de alumnos una comunidad de lectores, que recurran cotidianamente a los textos para informarse, para entretenerse, para disfrutar de un cuento, para encontrar datos o instrucciones que permitan resolver problemas prácticos.

• Propiciar la participación en la organización y funcionamiento de la biblioteca de la sala como miembros de una red de lectores.

• Configurar la sala como un espacio donde la lectura sea una práctica habitual. Contar con libros, agendas, calendarios, etc.

• Recuperar la lectura diaria de literatura, cuentos, poesías.

• Generar un ambiente de trabajo cooperativo en donde es aceptado y valorado el aporte de cada niño, donde se estimula la confrontación y donde todos sepan que pueden y que cuentan con la ayuda de los compañeros y de la docente.

• Organizar proyectos y situaciones donde la lectura aparezca contextualizada en alguna práctica que exista en nuestra cultura, como leer una receta, buscar información específica de algún tema, etc.

 Dentro de estos objetivos aparecen los siguientes contenidos a trabajar:

• Hablar a distintos interlocutores y en diferentes situaciones.

• Conversar con otros niños.

• Conversar con otros niños con la intervención de la maestra.

• Narrar experiencias personales, anécdotas, sucesos, cuentos conocidos.

• Compartir sentimientos o expresar emociones.

• Hablar para jugar.

• Formas convencionales de escritura. El nombre propio.

• Características de diferentes textos en función de su intencionalidad comunicativa.

• Describir personajes, lugares, objetos.

• Intercambiar en situaciones de lectura.

• Explicar.

• Lectura de imágenes.

• El placer e interés por la lectura y escritura.

• La valoración de la lectura como fuente de placer, recreación, información y transmisión de cultura.

• El respeto por las normas acordadas en el uso de libros y materiales impresos.

 Características a tener en cuenta para la selección de las obras:

1 a 3 años: A esta edad es importante que el relato este cargado de onomatopeyas (sonido que hace el gato, el perro, el auto, etc.) Le gusta que le digamos que el personaje principal se llama igual que ellos, así tendremos asegurada la atención. El niño a esta edad disfrutando escuchando un cuento como viendo imágenes. Las imágenes deben ser sencillas, claras y cotidianas para el niño. Contarles historias sencillas como ir a la plaza, al jardín, subir en la hamaca o simplemente de su mascota a los cuales ellos pueden identificar. Los argumentos deben estar basados en hechos y personajes reales. Los libros para estas edades deben ser de materiales resistentes, en lo posible con texturas o partes móviles que el niño (2 y 3 años) pueda manipular.

3 y 4 años: El niño se siente impactado por el sonido de las palabras, que muchas veces lo toma con sentido humorístico. A esta edad, no necesita de verdaderas historias, sino de secuencias en las que un personaje familiar cumpla ciertas acciones. Es importante que la narración sea simultánea a la observación de la lámina, que puede ser del libro, siluetas o muñecos.

La figura u objeto pasa a corroborar el significado de la palabra oral facilitando así la comprensión. El niño de3 años “anima” objetos y animales y acepta que ellos hablen y se expresen como personas. Los cuentos breves le permitirán reconocer al “héroe” y el encuentro con situaciones familiares le darán cierta seguridad al ver que él no es el único, por ejemplo, que se equivoca o hace travesuras.

Los argumentos de los cuentos en niños pequeños deben giran en torno a desobediencias comunes de su edad o asentimientos como dudas, timidez, necesidad de cariño, celos, búsqueda de identidad. No deben faltar las repeticiones puesto que además del gozo personal está el placer por lo ya conocido. Los acontecimientos y palabras deben repetirse a lo largo del relato par que el niño pueda recordarlo. Son ideales las repeticiones rimadas, los juegos de palabras con el nombre del personaje o los lugares que aparecen en la historia, puesto que la capacidad de imitación a esta edad es asombrosa y llegan acopiar gestos e inflexiones de voz con total exactitud. Esto el permitirá ir perfeccionando su pronunciación.

Los valores éticos están en desarrollo rudimentario y sus motivaciones emocionales están relacionadas con lo agradable y desagradable. Es posible que en el desarrollo del relato el niño no pueda captar todo, pero sí puede intuir a través de las inflexiones de voz, los gestos que utiliza la maestra y las onomatopeyas. Si el docente utiliza adecuadamente este recurso narrativo y explota al máximo las posibilidades del personaje, el niño se entrega por completo a tal punto que pude imitar los movimientos de la mano o gestos del

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