Monografía sobre religión en las fábulas de Augusto Monterroso

En la siguiente monografía, se analizará el tema conocido como religión, explicado a partir de las fábulas “El apóstata arrepentido”, “Monólogo del bien”, “Sansón y los filisteos”, “Caballo imaginando a Dios”, y “El paraíso imperfecto” de Augusto Monterroso.

Según el diccionario Grijalbo, Gran diccionario enciclopédico ilustrado (1998), religión significa: “Creencia íntima o social en realidades espirituales que es expresa mediante culto a las mismas”, o también “natural elaboración filosófica de los siglos XVIII (18) y XIX (19), de carácter teísta, que basaba el descubrimiento de lo divino en el solo acto de la razón”.

El objetivo de esta monografía será el intento de resolver las siguientes preguntas (sin orden y/o sin responderlas específicamente): ¿Por qué la religión se toma como un tema principal?, ¿Por qué Monterroso eligió escribir fábulas basadas en dicho tema?, ¿Se crítica a la religión? En caso de respuesta positiva ¿se critica de forma positiva o negativa?, ¿De qué modo se presenta dicho tema en las fábulas?, ¿Qué tipo de religión mayormente se usa y por qué?

La religión como punto de partida.

Ya varios escritores, y personas de cualquier rama artística, usan lo religioso como un medio para buscar relevancia, polémica, o simplemente  hablar de aquello solo para criticar, y Monterroso no iba a ser la excepción ante usar este tema.
En sus fábulas, en algunas mejor dicho, hay varios hincapiés hacia la religión católica. ¿Por qué la religión católica? Pues puede ser porque es la religión con más “fama” en el mundo, la más popular; en otras palabras, es la religión más conocida y por lo que no es necesario hacer a gran escala todo un análisis para solo crear una fábula de tres renglones, lo cual es característico de este escritor.

Dicho tema sirve para criticar otros puntos de la sociedad de hoy en día, pues detrás de las historias que cada religión contiene, se pueden relacionar con situaciones de la actualidad sin vínculo alguno hacia éstas.

“Se dice que había una vez un católico, según unos, o un protestante, según otros, que en tiempos muy lejanos y asaltado por las dudas comenzó a pensar seriamente en volverse cristiano; pero el temor de que sus vecinos imaginaran que lo hacía para pasar por gracioso, o por llamar la atención, lo hizo renunciar a su extravagante debilidad y propósito”. (El apóstata arrepentido, Monterroso, 1998: 20).

En esta fábula, el autor intenta demostrar que siempre hay que confiar en las decisiones propias y no dejarse convencer por los demás, ¿pero por qué menciona al catolicismo, cristianismo, y protestantismo? Pues bien, primero y principal, hay que aclarar que, católico y cristiano es casi lo mismo; para ser católico hay que ser cristiano, aunque el cristiano no llega a veces a ser católico. En lo único que se diferencian es que, el cristianismo solo cree y sigue la idea de Jesucristo como único Dios verdadero, mientras que el catolicismo idolatra santos y vírgenes, y tiene al Papa como la par del “Cristo perfecto” (como características más relevantes). Por mientras, el protestantismo rompe con algunas tradiciones de los dos anteriores (no siguen al Papa, no idolatran imágenes de santos, el bautizo no es obligatorio, etc.)

Regresando a la fábula, ésta dice que el personaje podía ser o católico, o protestante, y buscaba ser cristiano, ¿tal vez para centrarse en un solo idealismo? ¿Un estilo de vida más exigente con respecto a sus creencias? Pero además, temía por lo que podrían decir los demás. Esto se debe a que el cristianismo tiene ciertas reglas a seguir, como por ejemplo ir a misa todos los domingos y días festivos correspondientes, respetar y defender a la Iglesia y cumplir con lo que mande, rezar a la mañana, luego un rosario y demás oraciones antes de acostarse, y demás cosas que logran llamar la atención de la gente, temor que lo terminó convenciendo de abandonar su propósito, además de que un cambio de religión a otro llega a ser “polémico” según el punto de vista de la persona que se entera, por lo que también hubieran podido pensar que solo lo hacía para hacerse el gracioso, tal como dice el relato. Y es por eso que su moraleja es el ya mencionado párrafo atrás; en lugar de arrepentirse gracias a los demás, es mejor seguir con el ideal que uno mismo elige tener.

“(…) el Mal se esconde detrás de mí, como aquel día que el hipócrita de Abel se hizo matar por su hermano Caín para que éste quedara mal con todo el mundo y no pudiera reponerse jamás” (Monólogo del Bien, Monterroso, 1998: 31)

En la cita mencionada, se hace referencia a dos personajes bíblicos: Caín y Abel.
Caín era un agricultor, y Abel un pastor. Un día, los dos deciden hacerle una ofrenda a Dios, por lo que Caín le entrega alimento cultivado por él mismo, mientras que Abel le entrega la mejor oveja que tenía. Dios termina eligiendo la ofrenda de Abel como su favorito, cosa que a Caín le enfureció en demasía. Se dice que esto ocurrió porque Abel si amaba a Dios y a su hermano, en cambio Caín sentía todo lo contrario.
Por la envidia que le tenía a su hermano, un día le pide que lo acompañe hasta el campo y allí lo mata. Luego de aquello, Dios termina castigando a Caín con el destierro, obligándolo a alejarse de su familia e irse a tierras lejanas, con una de sus hermanas que luego sería su esposa.

El mal y el bien trabajan en conjunto, según la fábula. Puede ser que el bien es representado por Abel, y el mal por Caín, aunque deja pensando al lector, ya que Abel claramente se podría haber defendido del ataque, ¿no? Se puede pensar que era todo un plan de que, como él era el favorito de Dios, sabía que aún muerto no iba a sufrir y terminó permitiéndole a su hermano que le quitara la vida, total, Caín iba a ser el que terminaría ensuciando su persona y no él.

La moraleja es, hay que aceptar las versiones reales, pero siendo objetivos (uno se basa en pruebas y hechos de fuentes confiables) sobre la situación.

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