MÉXICO PROFUNDO. Una civilización negada
Enviado por Avi Perera • 10 de Mayo de 2016 • Ensayo • 1.891 Palabras (8 Páginas) • 536 Visitas
ENSAYO
MÉXICO PROFUNDO. Una civilización negada
Guillermo Bonfil Batalla
Introducción
Se pretende exponer una forma de ver a lo indio en el México mesoamericano y su persistente lucha en contra del establecimiento de un proyecto civilizatorio de una sociedad moderna occidental.
Se plantean estas dos civilizaciones: la mesoamericana y la occidental.
México ha estado en constante enfrentamiento entre los que quieren imponer un régimen civilizatorio; que llegó con la invasión europea pero que permaneció aún después de haber concluido la “independencia” de México ya que, a pesar de que hubo resistencia, nunca se dejaron de realizar las prácticas occidentales ya establecidas, se adoptaron comportamientos y formas de vivir occidentales más que elementos culturales; con el México mesoamericano, al que Bonfil Batalla le llama el México profundo, el cual mantenía una organización ideal y autosuficiente y que está en constante resistencia a la dominación y el sometimiento colonial.
Este enfrentamiento lleva aproximadamente cinco siglos en los que los pueblos indígenas sobrevivientes aún representan una parte de aquel México que va recreando su cultura y que está en constante movimiento para reforzar sus elementos culturales, mantener presente la esencia de la vida mesoamericana y hacer frente ante el México imaginario que pretende desindianizar mediante un proyecto de México civilizatorio que quiere acabar por completo con la población indígena y la heterogeneidad del país, en lugar de realizar un proyecto de unificación de civilizaciones creando una nueva en la que todos puedan desarrollar sus propios intereses.
A través de toda esta historia de enfrentamientos hemos llegado hasta nuestra actualidad en la que aún se sigue luchando por mantener una identidad indígena que demuestre la extensa y variada diversidad cultural que permanece en nuestro país a pesar de la dominación colonial y que se pretende mantener vigente para un futuro que deberíamos procurar y que Bonfil Batalla expresa como un nuevo proyecto nacional dirigido a crear nuestra propia realidad que se enmarque con un debido proyecto civilizatorio y no que la oculte.
Desarrollo
Comenzamos con la diferenciación entre las dos civilizaciones en conflicto en México.
La civilización mesoamericana mantenía una organización ideal con costumbres y una forma de vida de autosuficiente que consistía en actividades del campo como la agricultura, que se cree, era la primera forma de subsistir, existía la domesticación de animales para tiro, arado, etc. y la recolección de principales fuentes de alimentación como lo era el frijol, aguacate, chile y claro, el maíz. También tenían grandes construcciones y formas de intercambio comercial como el trueque.
La civilización occidental se basa en una sociedad enfocada al avance, sometimiento y exceso de producción y consumo, sobreexplotación y control.
Existe una inminente negativa hacia el rostro del indio, se tiene una fuerte práctica discriminatoria respecto al indígena. La realidad del significado de la palabra indio viene de la forma de vestir, usos, costumbres, fiestas, formas de resolver los problemas de su comunidad, la forma de pensar y organizarse y la comunicación única que existe entre ellos. El indio aprende a realzar actividades a partir de la observación y practica constante y no con manuales e instrucciones como lo realiza la civilización occidental. La posición de la mujer indígena es igualitaria respecto a la del varón, mantienen un mismo nivel jerárquico aunque las actividades asignadas sean diferentes, por ejemplo, el hombre se dedica al campo, la agricultura, creación de herramientas que facilitaran las actividades diarias; la mujer, a la crianza de los hijos y actividades de la casa.
Ellos no conocían el salario, hacían intercambios y todos colaboraban dentro de la misma comunidad, tenían fiestas y bailes propios que todos sabían, etc.
El origen del indio mesoamericano pertenece a una civilización que se caracteriza por la división de los diferentes grupos distinguidos por rasgos culturales, espirituales, sociales y culturales existentes en todo el territorio y que delimitan territorios más no se discriminan entre sí. En el México profundo no existe una cultura ni una identidad nacional consolidada, existe un conjunto de diversos tipos de vida social organizada, esto debido a la gran variedad de geografías existentes dentro de la República como resultado de la historia provocada por una diversidad cultural.
Al indio se le consideró así como producto-resultado de la instauración del régimen colonial. Antes de la conquista española no existían indios, sino pueblos y pobladores identificados como diferentes, pero todos respetaban sus espacios y áreas de desarrollo comunitario.
Con la llegada de la Corona española, surgieron las divisiones de clases y entonces se impusieron dos categorías: los Españoles y los Indios, estos últimos eran considerados como categoría inferior ante la corona; eran tratados como esclavos. La violencia fue implantada por los europeos mediante la introducción de armas de fuego, armaduras, espadas, caballos, perros de caza, etc. Definiendo así, la superioridad con respecto a los indios. La violencia fue su principal argumento para mantener sometidos y dominados a los indios y utilizarlos para sus beneficios. Otra manera de someter al indio era traer enfermedades originarias del continente europeo que eran completamente desconocidas en Mesoamérica y con las que amenazaban la vida de los habitantes inferiorizados, ya que al no ser conocidas dichas enfermedades, no existían vacunas ni medicamentos que pudieran controlar o erradicarlas y como resultado de esto, se propagaron epidemias que ocasionaron incontables muertes y sufrimiento para los sobrevivientes. También se implantó la religión a los indios, se les hizo cambiar su ideología para mantenerlos bajo sumisión e ignorancia ya que ellos no tenían el más mínimo conocimiento acerca del dios venido de occidente y les hicieron creer que sus dioses no eran los verdaderos; la Iglesia-Estado los mantuvo bajo una ciega devoción hacia el dios que Europa les impuso y así seguir controlando.
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