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Nuestro Tempano Se Derrite


Enviado por   •  17 de Septiembre de 2012  •  437 Palabras (2 Páginas)  •  701 Visitas

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Es una fábula que trata de cómo salir adelante en un mundo tan cambiante. La historia comienza en una colonia de pingüinos que ha vivido en la Antártida durante años, hasta que uno de ellos descubre un problema potencialmente devastador (un témpano de hielo que se está derritiendo) y que pone en peligro su hábitat, pero casi nadie le pone atención.

En la colonia todos sabían que tenían que permanecer estrechamente unidos para sobrevivir, y habían aprendido a depender los unos de los otros. Se comportaban a menudo como si fueran una gran familia. Los pájaros eran realmente hermosos, se llamaban pingüinos emperador. Constituían el más numeroso de los diecisiete tipos de animales de la Antártida. Doscientos setenta y ocho pingüinos vivían en la colonia. Uno de ellos era Fico (un pingüino de la colonia bastante peculiar), Pero Fico era distinto de los demás pingüinos de los demás pingüinos por un aspecto importante: era extraordinariamente curioso y observador. Otros pingüinos se iban a cazar criaturas del mar y pasaban gran parte del tiempo con sus amigos y parientes. Fico pescaba menos y estudiaba más el tempano de hielo flotante y el mar. A menudo se iba solo a tomar notas de lo que observaba. Tenía una cartera llena de observaciones, ideas y conclusiones. La información era más y más alarmante. La información empezaba a decir a gritos: ¡es tempano se está derritiendo y pronto puede despezarse!

Un tempano que de pronto estalla en mil pedazos sería un desastre para los pingüinos. Muchos de los más viejos y de los más jóvenes sin duda perecerían. ¿Quién podía prever todas las consecuencias? Como sucede en los siniestros que no se esperan, no había ningún plan para hacer frente a semejante catástrofe. Fico, comprendía que tenía que hacer algo, si bien no estaba en capacidad de hacer pronunciamiento alguno ni de ordenar como habían de manejarse los demás. No era él uno de los dirigentes de la colonia. Carecía de antecedentes que lo autorizaban como pronosticador de témpanos de hielo. Muy bien recordaba cómo habían tratado los pingüinos a su amigo Enrique cuando este se atrevió a decir que su hogar se estaba haciendo más frágil. Nadie pareció interesarse en este asunto y cuando Enrique trato de presentar algunos indicios, sus esfuerzos solo merecieron comentarios como: “Enrique, tú te preocupas demasiado. Comete un calamar y te sentirás mucho mejor”. Algunos de los pájaros no hicieron ningún comentario pero de ahí en adelante trataron a Enrique de otra manera. El cambio fue sutil; sin embargo, Fico lo vio: era bien claro que ese cambio no era favorable. Fico se sintió mas bien solo.

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