OPINIÓN SOBRE UN TEMA: EL ENSAYO

OPINIÓN SOBRE UN TEMA: EL ENSAYO

El ensayo se considera una opinión sobre un tema único, el cual puede ser libre. Este ensayo se enfoca en los ensayos literarios, aunque explica también uno de los más importantes, que es el ensayo científico. El ensayo literario se puede explicar cómo una crítica basada en los sentimientos u emociones, sin embargo no es una crítica hacia el contenido que se trata de explicar.

Es una explicación personal del tema, por lo tanto debe estar escrito con las propias palabras pero sin parafrasear. Es una recomendación donde se destacan las características más relevantes sin llegar a ser un resumen.

El ensayo tiene una estructura, pero no tiene una metodología. Se puede desarrollar en un inicio-desarrollo-conclusión, aunque, al ser un texto personal, ya es a gusto del escritor.

Existen muchos tipos de ensayos, pero los más relevantes es el científico y el ensayo literario. El literario, como su nombre lo dice, está enfocado a la literatura y específicamente a las artes; y el ensayo científico, al igual que su nombre, es enfocado a las ciencias. La extensión mínima en el caso del ensayo científico es de siete a quince cuartillas, esta extensión es porque al llevar una metodología, se tienen que explicar paso por paso los experimentos que se deben de llevar a cabo sin dejar de lado ninguna parte de este procedimiento; sin embargo, el ensayo literario tiene una extensión mínima menor al científico, puede ser de una cuartilla hasta seis cuartillas, esto depende de la profundización que se le esté dando al tema tratado.

Un ensayo, por lo tanto, debe ser breve, pero no debe ser una reseña ni tampoco se deben plantear noticias en él, ya que no es su función, sino contener las opiniones o críticas.

Debe ser en prosa, en la mayoría de los casos es en tercera persona aunque hay excepciones porque también puede presentarse en primera persona. Va con el tiempo verbal en infinitivo. El lenguaje utilizado es libre, ya que su público es en general toda persona que sea culta. Se debe tener en cuenta a qué público se dirige porque algo que no está correcto es mezclar diferentes aspectos de un mismo público.

Para hacer un ensayo primero se debe de elegir el tema literario, que puede ser como el amor, la belleza, el placer, entre otros. Después se debe de hacer una lluvia de ideas sobre este tema y también investigar información para complementarlo. Para hacerlo más completo podemos hacer preguntas como ¿qué?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿a quién? o ¿por qué?, y de estas preguntas formularemos la hipótesis de nuestro ensayo. Un ejemplo de esto sería en el tema de la belleza: ¿qué? Es el reflejo del alma; ¿cómo? Se manifiesta de muchas formas, de una manera noble o de una manera despiadada; ¿cuándo? La belleza está desde el principio de la vida; ¿dónde? Está en donde queramos verla; ¿a quién? a todo lo que nos hace sentir algo; y ¿por qué? Porque es una cualidad de todo. De estas preguntas podemos sacar que la hipótesis de este tema es que la belleza es subjetiva.

Por lo tanto, el ensayo se considera un escrito que resalta características y valora “temas” dirigidos a un público en general.

En el documento de Mauricio Echeverry1  él nos explica que el ensayo, es quizá, dentro del mundo de la escritura, el género más cercano a la libertad. Su mismo nombre nos exonera un poco de la responsabilidad que en la mayoría de los géneros sugiere la acción de escribir: es un ensayo, una prueba, un sondeo. Cuando se escribe un ensayo sobre un tema XY, se están explorando las múltiples posibilidades que XY ofrece desde la subjetividad del autor. Esta subjetividad es precisamente la ruptura del ensayo tradicional con los textos filosóficos y científicos. Pocos textos ofrecen esa libertad de simplemente expresar, lo que se piensa y siente sobre un asunto determinado.

En 1580 un escritor y pensador francés llamado Michel de Montaigne (1533-1592) fue el primero en denominar y publicar un conjunto de textos con el título de “Ensayos”; sin embargo, esta forma de escritura la podríamos rastrear hasta la Antigua Roma, e incluso, si somos amplios en la definición, hasta la Antigua Grecia. En estos periodos encontramos algunos textos de Seneca (4 a.C.-65 d.C.), Plutarco (46-120) y Epicuro (341 a.C.-270 a.C.) que guardan gran semejanza con estos textos que en la actualidad, gracias al nombre que les dio Montaigne, conocemos como ensayos.

A partir de este momento, el siglo XVI, el ensayo empieza a ocupar un lugar privilegiado en la historia del pensamiento occidental. El ser un género que ofrece grandes libertades en la expresión y en la forma de escritura ha llevado a que un gran número de personalidades de los últimos cuatro siglos expresasen sus ideas a través del mismo. La mayoría de los filósofos, escritores de todos los rincones del mundo, periodistas y políticos, han recurrido al ensayo para proponer ideas, discutir conceptos, divagar sobre asuntos diversos. Son, no obstante, los siglos XIX y XX, los que marcan la consagración del ensayo en los diferentes ámbitos del mundo occidental.

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