Tema- Ensayo de Historia.

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¿Por qué es necesario un mejoramiento del transporte público en Chile?

A mediados del siglo XIX no se requería de un sistema de transporte público en Santiago, ya que las  ciudades eran pequeñas y se podía llegar a pie a cualquier lugar de la ciudad. Chile en ese entonces, tenía una expansión demográfica y económica progresiva, por lo que comenzó a necesitar algo que pudiera relacionar a distintas áreas lo más rápido posible; así surgió el primer transporte público (una línea de carros tirados por caballos) inaugurado en 1857. Ya en 1947 empezaron a circular por Santiago los primeros "trolleybuses" lo que condujo desaparición de los tranvías eléctricos, que dejaron de circular en el 1959. Desde ahí cada año se ampliaba más el transporte público a lo largo de todo el país.

Ahora en pleno siglo XXI en un periodo de innovación y desarrollo, se han expandido las ciudades y se ha hecho más necesario el uso de transporte vehicular, por lo que cada vez más personas optan por comprar un automóvil propio, lo que ha generado un aumento progresivo de vehículos que transitan a diario por las calles. En Chile según el Informe Anual de Medio Ambiente (2014) del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), publicado en febrero, la cifra de automóviles en nuestro país asciende a los 4.168.980 de vehículos y se estima que en el año 2020 tendremos siete millones de vehículos, con una tasa de motorización de 385 vehículos por cada mil habitantes. Esta cantidad ha generado que en ciudades como Santiago el 22,3% de la red vial se encuentre con niveles críticos de congestión en hora punta, situación que llegaría al 29% en seis años más, lo que empeoraría los problemas ya presentes en las ciudades de nuestro país como: congestión vial, accidentes automovilísticos, contaminación ambiental, entre otros.

¿Cómo incentivar a los ciudadanos a que prefieran el transporte público antes que sus automóviles particulares?, para esto es necesario que realicen profundos cambios en su infraestructura para que las personas opten por él como una alternativa de transporte viable, seguro y más cómodo. Además de implementar más carriles exclusivos para estos, puesto que los vehículos particulares son los que tienen una mayor preferencia en el uso de las calles.

Uno de los motivos por la que es necesaria una renovación en el transporte público es para disminuir la congestión vial que se vive al interior de las ciudades a lo largo del país, especialmente en las zonas con mayor índice de vehículos por persona; en el caso de Chile, en la zona central. 

Se debe tomar en cuenta que  “el bus supera al auto 2,5 veces, sin embargo un automóvil en las horas punta traslada en promedio 1,25 pasajeros, mientras un bus transporta aproximadamente 40 pasajeros. Si se hace un simple cálculo de eficiencia, da como resultado que un bus es 12 veces más eficiente que un automóvil en términos del uso del espacio vial”1.

Cada año aumenta el número de viajes en transporte privado, lo que se ve reflejado en los llamados “tacos” que muchos de los Chilenos vivimos diariamente, la capacidad vial de nuestras calles no es suficiente para la demanda de estas.

“La congestión tiene, como muestran los datos, un vínculo directo con la cantidad de accidentes. Es una mera cuestión probabilística. Mientras más vehículos circulan en las calles, se producen más accidentes”2.

La cifra de muertos por siniestros de tránsito en 2015 llegó a ser la más alta en 7 años, con un número de 1640 fallecidos, marcando un récord de mortalidad. Estos datos comprueban que el aumento de vehículos es directamente proporcional con el número de accidentes fatales. El mayor uso del transporte público ayudaría a disminuir esa cantidad, porque habría menos automóviles circulando por lo que la probabilidad de que ocurra un accidente se reduciría, haciendo más seguras a las calles del país.

Otro de los motivos es por la geoestrategia. Al haber más autos, se necesitan más recursos de hidrocarburos naturales (petróleo y gas). Chile tiene una dependencia con otros países ya que, teniendo en cuenta que solo produce el uno por ciento del total que necesita, tiene que acudir a medios externos. Esto algunas veces puede crear en algunos casos problemas socio-políticos entre los países productores respecto a los no productores.

Más del sesenta por ciento del petróleo importado a este país proviene de Ecuador y Brasil, aunque tomando en cuenta la compra de hidrocarburos que realiza el ENAP (Empresa Nacional del Petróleo) en Colombia y Argentina, Sudamérica representa un noventa y dos por ciento de las adquisiciones del crudo que utiliza la compañía y lo restante proviene del Reino Unido y Canadá. Teniendo en cuenta todo esto, se puede señalar que en Chile se invierte mucho dinero en petróleo, si al precio internacional del petróleo le sumamos los gastos de traslado, mantención y transporte del combustible, más el importe que las empresas distribuidoras le suman para su ganancia, queda un gran total en lo que es dinero.

Si más personas prefirieran el transporte público, sería menos la utilización del petróleo en nuestro país, por lo que la dependencia de otros países también reduciría y el dinero que está fijado para la compra de aquel combustible podría utilizarse con otros fines, como es el mejoramiento del transporte público.

En un principio el ambiente que habitamos estaba formado por sustancias químicas que se encontraban en equilibrio, pero los avances científicos y tecnológicos que nos han arrastrado a la era actual han generado un aumento de estos elementos provocando un grave desequilibrio en nuestro medio ambiente.

Avances tecnológicos como los vehículos motorizados particulares, (automóviles, motocicletas, scooter y ciclomotores) se han apoderado de las calles de nuestras ciudades incrementando los problemas de contaminación ambiental al expulsar por sus tubos de escape  grandes cantidades de gases tóxicos como monóxido de carbono, hidrocarburos y óxidos de nitrógeno. Estos tres gases forman el "smog oxidante fotoquímico" que resulta altamente nocivo para el ser humano.

Según los especialistas Walter Silva y Fredy Huayta, docentes de Ingeniería Industrial de la universidad Católica  “por cada diez kilómetros de recorrido, se pueden llegar a  producir entre 2.5 y 3.5 kilogramos de dióxido de carbono (CO2). Este cálculo se aplica a los vehículos que emplean gasolina o diésel, aunque puede ser menor en aquellos que emplean gas”.

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