Ensayo I Tema 2: Distancia y compromiso en el oficio de la historia.

El presente ensayo pretende abordar la temática de distancia y compromiso en el oficio de la Historia. El historiador existe cuando hace historia, es por ello que Prost reconoce la historia como un oficio^[1]. Hacer historia hoy, significa describir la historia de los hombres en sociedad y a través del tiempo^[2]. Pero ¿qué describir de la historia de los hombres? La vida en sociedad nos entrega una gama infinita de posibles hechos históricos de los que un historiador se puede hacer cargo. Se puede hacer historia de todo^[3], esto porque todos somos historia, o todos formamos parte de ella. Sin embargo, la distancia desde la que se escribe la historia y los hechos que se seleccionan de ella, depende de las interrogantes que cada historiador se cuestiona.

En base a lo anterior, se puede señalar que el ejercicio crítico del historiador consiste en seleccionar aquellas interrogantes que le van a permitir comprender a otros, y a él mismo, las razones de la historia pasada, y de su influencia en el presente. Y, a pesar de que hoy no seamos capaces de justificar esas razones, el historiador nos ayuda a construir consciencia de estas, para darle significado y sentido a la vida presente. Este escrito tiene como objetivo abordar lo anteriormente señalado, cuestionando la influencia que puede llegar a tener la selección de interrogantes “adecuadas” para promover en el resto de la sociedad una empatía histórica.

El concepto de empatía histórica ha sido muy estudiado en el área de la educación, ya que se cree es una habilidad importante de desarrollar en los estudiantes para promover la comprensión y el aprendizaje de la historia. Para Barton^[4], la empatía histórica es la habilidad de reconocer cómo las personas en el pasado, y bajo ciertas circunstancias, evaluaron sus opiniones y tomaron decisiones en base a sus percepciones, que son moldeadas de acuerdo a sistema de valores, creencias y actitudes. Comprender esos actos (que muchas veces han sido reconocidos como hechos históricos dignos de estudiar para muchos historiadores) sin juzgar con ojos del presente, es parte esencial del oficio del historiador, que siendo bien desarrollado permitiría a los otros (no historiadores) también comprender la historia.

Lograr traducir épocas, hechos y fenómenos distantes es entonces la labor del historiador. Esto lo logra mediante la selección de interrogantes que lo llevan a estudiar la vida de los hombres en el tiempo. En base a lo anterior, es importante destacar que dichas interrogantes vienen equipadas de documentos y huellas^[5] a través de las que se puede dar a conocer el hecho. Ahora bien, no existen fuentes neutrales^[6], por ende, no se puede realizar una lectura definitiva de un documento dado^[7], ya que su interpretación dependerá de la interrogante seleccionada por el historiador para abordar algún hecho histórico de su interés. Entonces, la pregunta ocupa un lugar fundamental en la construcción del objeto histórico^[8]. Y en relación a esto se puede reafirmar la labor crítica del oficio de la historia.

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