OPIO EN LAS NUBES
Enviado por maiden1323 • 14 de Septiembre de 2012 • 2.023 Palabras (9 Páginas) • 802 Visitas
Opio en las nubes
Rafael Chaparro Madiedo
“La literatura se convierte en un lenguaje de reconstrucción social, dotado de significados que llegan a los lectores y les permiten construir preguntas fundamentales sobre su razón de ser”
Representar el mundo actual no es fácil, un mundo mutante y acelerado, más aún si hablamos de la vida colmada por la mediatez, de las ciudades contemporáneas llenas de vacíos e incomprensiones; Opio En Las Nubes logra darnos un panorama de ello, narrando los pormenores de la vida en una ciudad que puede ser cualquiera ubicada en el planeta tierra, pero que sin lugar a dudas es Bogotá. Una urbe poblada y de cierta manera devastada por la dinámica humana de consumo sin medida, consumo de sustancias psicoactivas (licor, drogas), consumo de recursos naturales que terminaron brindando a la ciudad un mar, consumo de la razón debilitada por el insomnio y la soledad.
Para Rafael chaparro, Opio en las nubes, su única novela, conquistó el premio de literatura de Colcultura. Escribir era su forma de sentirse libre. Creía que: “La literatura es el ejercicio del alma y del cuerpo, no solo de la imaginación”.
Siempre tuvo inquietudes artísticas, sin embargo, probó con la filosofía, carrera que culminó con honores. Allí descubrió a Rimbaud, Sam Shepard y Capote, a Rimbaud lo consideraba su maestro: “El me dio el ritmo”. Y cuando habla de ritmo es mejor decir vértigo. Cada párrafo suyo era como si una banda de Hell Angels atravesara la carrera séptima a toda velocidad en bulliciosas Harley Davidson.
A Shepard, Bukoswki y Capote los convirtió en sus mejores puntos de referencia. Ellos sabían recoger los colores de la ciudad y el humo de las carreteras. Se sentía ligado a esa generación que hizo literatura de las historias del cemento y la basura.
Su inclinación por la novelística urbana lo llevó a acopiar el lenguaje de la calle. Todas las palabras tenían su valor. Eran necesarias e importantes. Incluidas esas que hacían enrojecer a los Académicos de la Lengua. “La vulgaridad no es vulgaridad, es una ficción social. No hay malas palabras y cuando lo son, siempre tienen una pizca de belleza” .
Opio en las nubes es a simple vista el retrato de una sociedad sucia, condenada a la desolación, al tedio, al alcohol, a las drogas, a la soledad, en definitiva al cansancio que provoca el trajín de la vida diaria y sumerge al hombre en los laberintos intricados de las horas, los minutos y los segundos, siendo prisioneros del caos estimulado por las avenidas azarosas, por los bares de caída libre, por las ciudades rotas perdidas en las calles de los sentimientos de los hombres y por las playas secas de escape, en definitiva, por el ruin de la humanidad actual.
Es evidente, el autor no hace su arte para sí mismo, busca unos lectores,
tiene una intencionalidad pragmática al abordar su obra, por solitario que parezca este al menos tendrá un lector, permitiendo que la literatura se convierta en un lenguaje de reconstrucción social, dotado de significados que lleguen a los leyentes y les permitan construir preguntas sobre su razón de estar en el mundo o al menos, datar sobre una época prescrita, un contexto determinado y mejor aún, las pasiones que definen al ser de este periodo.
Opio en las nubes no representa una Utopía moderna, ni una política determinada, sino la aceptación de un mundo en el que convergen diferentes culturas y costumbres. Los individuos actuales, carentes de cualquier ideología y precedente histórico, desprovistos de valor e importancia por las relaciones sociales que los conllevan a la “realidad” o al futuro, pues lo más importante es vivir el momento, cubierto de imaginación y alegría confusa sin tener en cuenta las causas y consecuencias que esta les puede presentar posterior al instante.
En sí la historia nos muestra diversas historias que revelan al lector la vida de varios personajes, todas unidas por el hilo conductor de la narración que son los espacios por los cuales arrastran sus pasos, unos pasos hipnotizados, ebrios, casi ensoñados que se encargan de hacer evidente la crisis del ser humano contemporáneo que no reflexiona sobre la vida, su sentido en el mundo lleno de soledad; de esta manera nos encontramos con Pink Tomate, Amarilla, Marciana, Sven, Max, Gary Gilmour, Alain, entre otros, quienes van relatando sus vidas y las de los demás en todas esas zonas comunes que giran en torno a la obra, espacios como los bares, la Avenida Blanchot, el malecón, la playa, las calles, el hipódromo y los parques que configuran una entidad viviente, no solo porque soportan las acciones de los personajes, sino que representan el contexto y se establecen, en ocasiones, como lo principal del relato.
La novela se configura como una serie de narraciones dinámicas, que podrían funcionar como cuentos independientes, sin embargo la maestría de Chaparro al vincularlas mediante el uso de espacios, tiempos y lenguajes que proporcionan un mismo tono e integran de forma conjunta a la trama del relato, que, aunque varíen los narradores, hablando de los lugares de la ciudad o de los sucesos de otros personajes con los cuales conviven, siempre poseen una historia común. La estructura textual de la novela guarda entonces directa relación con el papel de los protagonistas, dado que la narración no se encuentra dispuesta de manera continua y ordenada (establecida cronológicamente), sino que su estructura se halla fragmentada por la intercalación de relatos. Así por ejemplo, en Una Ambulancia con Whisky, Sven cuenta la historia de una enfermera que le “mandaba besos con las manos, con la punta de los dedos” “(Chaparro, 2002)” mientras cantaba Spend the Night Together. De pronto, hacia la mitad del mismo relato, Sven muere y aparece en el siguiente párrafo saliendo del hospital, reunido con Amarilla, caminando sin rumbo fijo, llegando a El Café del Capitán Nirvana y sentado tomando vodka y escuchando I Shot The Sheriff.
Como puede anticiparse, el manejo del tiempo narrativo en relación con la posición de los personajes es fluctuante, y por lo tanto, variado. De ahí que en la novela sea posible combinar dicho método de maneras diversas: un personaje narra
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