¿Por Que Compramos?
Enviado por Califa11041968 • 14 de Diciembre de 2014 • 1.171 Palabras (5 Páginas) • 307 Visitas
La empresa que quiera sobrevivir debe cumplir tres leyes relacionadas: conseguir unos niveles mínimos de eficacia y de eficiencia; entender que el nivel de eficacia puede disminuir si la eficiencia aumenta; y saber que la forma de aumentar la eficacia y la eficiencia conjuntamente es por medio de la consistencia. En su libro "Consistencia. La estrategia de la empresa es la estrategia sobre sus personas", el profesor del IESE José Ramón Pin desarrolla a fondo el concepto de "consistencia", las claves para conseguirla, los beneficios de la misma y los problemas que genera su falta. También ofrece ejemplos de cómo se aplica a la dirección de personas.
Según el diccionario, la consistencia es la cualidad de las cosas que las hace compatibles unas con otras y, aún más, potencia sus efectos. Un sistema empresarial consistente es aquél cuyas acciones producen un aprendizaje que hará que las actuaciones sean cada vez más eficaces y eficientes. Sin embargo, conseguir un alto grado de consistencia no es fácil, y crecer en ella es aún más difícil. De hecho, afirma Pin, probablemente no existe la consistencia perfecta en una empresa. Es más, la actual velocidad de cambio hace que las organizaciones pasen de periodos de "casi consistencia" a periodos de "una cierta consistencia". Si en alguno de ellos la inconsistencia es demasiado grande el peligro de desestabilización es inminente.
Para Pin, la clave del éxito empresarial reside en conseguir cuatro consistencias básicas: con el entorno, con la estrategia de la empresa, entre los diferentes sistemas de la Dirección de Personas, y de todas ellas con lo que el autor denomina el "ADN de la organización". Por ello, asegura el autor, dirigir con consistencia es una exigencia de "quienes tienen la obligación de cuidar del general de la empresa", es decir, la Alta Dirección.
Consistencia con el entorno
Aunque parece una obviedad, para que una organización funcione, sus normas deben ser consistentes con el contexto legal, socio-cultural y sectorial en el que opera.
El primer aspecto a tener en cuenta es el entorno jurídico. Hay que conocer la normativa a la que está sujeta el sistema de dirección de personas. Estas leyes abarcan aspectos como los derechos laborales, los tipos de contratos o la manera de despedir, pero también los convenios y los códigos profesionales. El autor advierte que cumplir la ley no impide aplicar la imaginación y el coraje.
Por otro lado, las políticas de dirección de personas de la empresa deben ser compatibles con los usos y costumbres del entorno socio-cultural. Esto es especialmente importante cuando se pretende internacionalizar la empresa. Aspectos como los horarios, salarios u otras prácticas deben adaptarse al entorno, pero ello no significa que la empresa no pueda influir o modificar el entorno y, en algunos casos, también se pueda llegar a ir contra corriente. En parte, explica Pin, eso es lo que hacen las empresas que innovan y, muchas veces, esta innovación se convierte en factor de competitividad.
Otra forma de consistencia con el entorno es la que lleva a las empresas a seguir unas pautas sectoriales o tecnológicas. Evidentemente, es difícil saltarse determinados estándares, pero en opinión del autor, la dirección de personas puede añadir valor buscando la diferenciación sectorial y tecnológica. Una forma de abordar esta diferenciación es aplicar políticas de recursos humanos distintas aprovechando las ventajas que ofrece la tecnología (el teletrabajo o la movilidad, por ejemplo).
Consistencia con la estrategia
La estrategia de negocio es un elemento crucial para la empresa. En su libro, Pin hace tanto hincapié en que la dirección
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