Primeras Paginas Del El Malestra En La Globalizacion
Enviado por juanca789 • 16 de Agosto de 2011 • 405 Palabras (2 Páginas) • 788 Visitas
En 1993 abandoné la vida académica para trabajar
en el Consejo de Asesores Económicos del presidente
Clinton. Tras años de investigación y docencia, ésa fue mi
primera irrupción apreciable en la elaboración de medidas
políticas y, más precisamente, en la política. De ahí
pasé en 1997 al Banco Mundial, donde fui economista
jefe y vicepresidente senior durante casi tres años, hasta
enero de 2000. No pude haber escogido un momento
más fascinante para entrar en política. Estuve en la Casa
Blanca cuando Rusia emprendió la transición desde el
comunismo; y en el Banco Mundial durante la crisis financiera
que estalló en el Este asiático en 1997 y llegó a
envolver al mundo entero. Siempre me había interesado
el desarrollo económico, pero lo que vi entonces cambió
radicalmente mi visión tanto de la globalización como
del desarrollo. Escribo este libro porque en el Banco
Mundial comprobé de primera mano el efecto devastador
que la globalización puede tener sobre los países
en desarrollo, y especialmente sobre los pobres en esos
países. Creo que la globalización —la supresión de las barreras
al libre comercio y la mayor integración de las
economías nacionales— puede ser una fuerza benéfica y
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su potencial es el enriquecimiento de todos, particularmente
los pobres; pero también creo que para que esto
suceda es necesario replantearse profundamente el modo
en el que la globalización ha sido gestionada, incluyendo
los acuerdos comerciales internacionales que tan
importante papel han desempeñado en la eliminación de
dichas barreras y las políticas impuestas a los países en
desarrollo en el transcurso de la globalización.
En tanto que profesor, he pasado mucho tiempo
investigando y reflexionando sobre las cuestiones económicas
y sociales con las que tuve que lidiar durante
mis siete años en Washington. Creo que es importante
abordar los problemas desapasionadamente, dejar la
ideología a un lado y observar los hechos antes de concluir
cuál es el mejor camino. Por desgracia, pero no con
sorpresa, comprobé en la Casa Blanca —primero como
miembro y después como presidente del Consejo de
Asesores Económicos (un panel de tres expertos nombrados
por el Presidente para prestar asesoramiento
económico al Ejecutivo norteamericano)— y en el Banco
Mundial que a menudo se tomaban decisiones en
función de criterios ideológicos y políticos. Como resultado
se persistía en malas medidas, que no resolvían
los problemas pero que encajaban con los intereses o
creencias de las personas que mandaban. El
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