Realidad nacional

       UNIVERSIDAD TÉCNICA DEL NORTE[pic 1]

FACULTAD DE INGENIERÍAS EN CIENCIAS APLICADAS

REALIDAD NACIONAL

NOMBRE: GARCÍA NATHALIA

FECHA: 18/05/2018

Si bien se sabe que en la década de gobierno del exmandatario Rafael Correa fe llamada década revolucionara, algunos ciudadanos dirán que fue ganada o perdida, algunas de estas personas que la distinguen como ganadora ya que de alguna forma se han lucrado de manera individual a costa de estafa y peculado, de fondos que debían ser destinados para obras para el pueblo Ecuatoriano.

Hoy en la actualidad se puede observar que ciertas figuras públicas están presos, privados de su libertad por malversación de fondos del estado, pero a pesar que se pudo demostrar la culpabilidad ; no su pudo recuperar la suma o dichos  montos que nos fueron quitados.

La llamada década revolucionaria como a inicios de la gobernanza del expresidente Correa se veía que no era  de izquierda, ni tenia ideas de partido socialista; en el periodo te gobierno los ciudadanos y ciudadanas  que depositaron la confianza tenían la expectativa de que todas sus propuestas progresistas se cumplan como fueran establecidas para el beneficio de la ciudadanía, más aun a las personas de un bajo nivel económico.

Si alguien tenía bien en claro  a lo que se define como revolucionario  esperaba que el partido Alianza País demostrara  cambios positivos lo que bien promulgaba. El tiempo paso y una década gobernó ¿Dónde están dichos proyectos que generarían cientos empleos?, proyectos fantasmas que se puede ver espacios que han sido destinados para ser planteados y han quedado en la anda. Hoy se ve reflejado el mal manejo la mala inversión de fondos  públicos que se ve enmarcado en ese periodo de gobierno, que se ven involucrados mandatarios de alto nivel; hasta el mismo presidente. Ese periodo declarado como década revolucionaria que más bien fue un régimen que institucionalizo el autoritarismo y todo ello quedo en la impunidad.

En este libro titulado ¿Una década revolucionaria? Se puede visualizar claramente el mal llamado “Socialismo del buen vivir” en el que se adentra reforma política, estado y democracia, la perversidad de la corrupción, déficit fiscal y deuda pública.

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