Recursos Humanos

Recursos humanos de Antonio Ortuño:

Teniendo una vida llena de carencias como supervisor en una empresa de diseño e impresiones, Gabriel Lynch decide sacar todo su rencor y frustraciones contra Constantino, su jefe, el perfecto hombre empresarial que ganó el puesto que Lynch quería y además de eso a la mujer Fernanda, la encargada de Recursos Humanos , con tal de ascenso por la escala de Jacob que hace , con rabia, con odio. Despedazando por doquier. Sabe que el ascenso al cielo de los ángeles (manera en la que se refiere a los pisos superiores del edificio, donde reposan los altos ejecutivos) requiere la destrucción de la carne, y está más que dispuesto a sacrificar su humanidad a cambio de un cheque mayor ; estas frustraciones , odio y rencores según Lynch son debido a que en el transcurso de la lectura asegura : “He vivido como si fuera hijo secreto de un rey, en espera de que algún cortesano me rescate. Claro que nadie me rescató; nadie rescata a nadie. Por ello dejé las pretensiones en un cajón. No era más guapo que ellos, no había ido a mejores escuelas ni me vestía mejor y carecía de su encanto. Pero había decidido apegarme al fundamento que hace triunfar a los bandidos: olvidar minuciosamente la compasión”. La rebelión “lícita” de Lynch comienza con la quema del lujoso coche del jefe, resguardándose, con la oscuridad de la noche. Lynch se relaciona con algunas mujeres de su oficina a las que incluso en variadas ocasiones llega a nombrar malolientes; la primera , Fernanda a la que en una de sus tantas citas roba todo el dinero de su cartera y con ello logra alejarla para que caiga “inocentemente” en los brazos de su enemigo , Constantino, al ver esto el se acerca a Verónica, la esposa del hermano de Constantino y una de las antiguas amantes del colega Miguel Paruro, quien la había abandonado y se había ligado con Jeannette, la mujer de un policía.

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