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Reporte de lectura "El fantasma de Canterville"


Enviado por   •  6 de Febrero de 2018  •  Reseña  •  2.498 Palabras (10 Páginas)  •  1.390 Visitas

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Introducción

En este reporte de lectura del libro “El fantasma de Canterville” siendo sinceros al principio me confundí y pensé que era el de la película de los fantasmas de scrooge pero en cuanto leí el primer párrafo me di cuenta que no tenían nada que ver, lo único que tienen en común es la palabra fantasma en el título.

Sin embargo, este libro se trata de un fantasma que lleva aterrorizando gente por trescientos años y cuando llegan unos americanos no logra asustarlos.

Al final lo que no nos esperamos es que el fantasma… ¿Se rindiera?


Capítulo I

En el capítulo I se nos presenta el comienzo de la historia, el embajador de Estados Unidos en Londres compra un castillo, pero en este castillo en particular vivía un fantasma, mucha gente le decía a Hiram B. Otis que no comprara ese castillo porque todas las personas que habían vivido en ese castillo siempre salían mal de los nervios o el fantasma los hacia salir de ese castillo.

El embajador de Estados Unidos tenía un hijo, el mayor llamado Washington era un gran bailarín, después de Washington seguía Virginia una bella joven rubia de quince años y ojos azules, seguidos de Virginia estaban unos gemelos que normalmente la gente les llamaba las barras y estrellas porque siempre estaban juntos.

Era Julio y era una hermosa tarde a siete millas de Ascot, que era una estación próxima al castillo, en cuanto la familia se acercó a la entrada del castillo el cielo se oscureció y comenzaron a caer gotas de lluvia.

En el castillo vivía ya una señora que se podría decir era la sirvienta del castillo, y cuando la familia entró al castillo comenzaron a dar una mirada a toda la casa y pronto se percataron de que había una mancha de lo que parecía jugo en la alfombra así que la señora esposa del embajador le dijo a la señora que si alguien había derramado algo sobre la alfombra a lo que: “La anciana sonrió y, en el mismo tono grave y misterioso, añadió: -Es la sangre de Lady Eleonora de Canterville, que fue asesinada por su propio marido en ese mismo sitio, el año 1575. Sir Simón la sobrevivió nueve años y desapareció repentinamente del modo más misterioso. No se logró encontrar su cuerpo, pero su alma en pena continúa rondando por el castillo. La mancha de sangre ha sido muy admirada por los turistas y visitantes, pero es imposible hacerla desaparecer”. (Wilde, 1887 )

Algo muy chusco es cuando Washington no cree que la mancha no pueda desaparecer y usa un detergente americano para intentar quitar la mancha. La mancha desapareció, pero depsues cayó un gran trueno y la anciana les dijo que seguramente lo había causado el fantasma, pero el Señor Otis (el embajador) le repitió que no le temen a los fantasmas así que se fueron a dormir.


Capitulo II

Al otro día de que Washington intentó y logro quitar la mancha esta estaba de nuevo en el piso de una forma inexplicable porque cerraron la biblioteca con llave y el señor Otis era el único que la conservaba, al otro día volvió a ocurrir eso y su familia comenzó a creer que en verdad existía el fantasma.

El tercer día que esto seguía ocurriendo a las once treinta las luces estaban apagadas y poco después el embajador comenzó a escuchar ruidos, unos ruidos como unas cadenas arrastrándose con un rechinar horrible, así que el embajador decidió prender una cerilla e ir a ver qué sucedía. Al abrir su puerta vio al mismísimo fantasma de Canterville y el embajador sin ningún temor le dijo que por favor dejara de hacer tanto ruido y que si no había pensado en engrasar sus ruidosas cadenas porque hacían demasiado ruido y le dijo que por favor aceptara la botella de aceite, una marca muy famosa en Estados Unidos seguramente, el embajador se la dejo al lado del barandal y se fue a dormir de nuevo.

El fantasma se quedó unos segundos impactado y seguramente se molestó de que un americano le dijera que no hiciera tanto ruido y le obsequiara un lubricante, el fantasma se fue pensando en todos los sustos que había sacado antes de esa manera tan simple, pero desde luego no se iba a quedar con los brazos cruzados y seguramente ya estaba pensando en cómo sacarle un buen susto a esa familia.


Capitulo III

A la mañana siguiente el embajador vio el lubricante y se molestó de que el señor fantasma no había aceptado el regalo que le había hecho y que seguramente seguiría haciendo ruido en las noches. La familia en el desayuno se discutió el tema acerca del fantasma y de cómo cada noche sigue apareciendo esa mancha en el piso y días es más oscura y otros más clara a pesar de que le cierran con llave.

En esa semana no volvieron a ser molestados por el fantasma hasta el domingo por la noche que el fantasma de alguna manera tiró una armadura de un caballero haciendo mucho ruido lo que causó que la familia bajara muy rápidamente y lo encontraran sentado tallándose con cara de dolor, los gemelos se prepararon para lanzarle proyectiles con una cerbatana per el fantasma se levantó rápidamente y desapareció ante sus ojos volviendo a aparecer en las escaleras y dando una gran y tenebrosa carcajada que seguramente muchas veces le funcionó para asustar a la gente, pero detrás de él estaba la señora Otis (esposa del embajador) y le ofreció un frasco con medicamento americano seguramente diciéndole que si tenía alguna indigestión ese medicamento era buenísimo para su malestar, el fantasma muy molesto despareció por no haber logrado asustarlos.

Durante algunos días estuvo muy enfermo el fantasma, peor un día en el cual el clima estaba absolutamente horrible el fantasma se dio cuenta de que era su oportunidad de asustarlos y para cada miembro de la familia planeo un susto, pero a ninguno logro hacerlo temer, el fantasma recordó sus antiguas hazañas que había hecho a otras personas a través de los años y que a algunas mujeres incluso las había hecho volverse locas de tanto susto.

Capitulo IV

El fantasma estaba cada vez más cansado ya que los gemelos se la pasaban jugándole bromas así que el fantasma ya no salía de su cuarto más que a seguir manteniendo viva la mancha, había pensado varias veces en dejar de mantenerla ya que si os Otis no la querían eran indignos de ella.

Su última oportunidad era un disfraz de Ruperto el Temerario o el Conde Descabezado para asustar a los gemelos, se puso incluso sus botas y quiso entrar a la habitación donde estaban los gemelos con una entrada terrorífica, pero al cruzar la habitación le cayó un balde de agua que le calo hasta los huesos, y que como consecuencia tuvo un resfriado muy fuerte.

El fantasma había renunciado ya a esa familia y ahora cuidaba de las agresiones de esa grosera familia norteamericana, pero lo que a continuación le esperaba al fantasma no se lo esperaba ya que él acostumbraba sentarse en las madrugadas a burlarse de las fotografías del señor Otis cuando:

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